OPINIÓN ONLINE

¿Es usted ‘obeso’ en sus finanzas?

Aunque el mundo esté más “en forma” corporal, los hogares sufren con mayor intensidad la “obesidad” financiera, es decir, un sobrecargo de gastos y deudas con ingresos limitados y sin crecimiento.

Manuel Restrepo
25 de abril de 2016

Cuidar la figura física es hoy más que nunca una prioridad para la población contemporánea. Los gimnasios, estudios de Yoga, clases de samba, y cualquier tipo de actividad deportiva con nombres exóticos, se vuelven populares en cuestión de días. Asimismo, es normal caminar por las calles de Nueva York, Londres, Hong Kong u otra ciudad cosmopolita y ver esquinas comerciales o camiones de comida donde anteriormente vendían comidas rápidas, que son reemplazadas por  restaurantes de comida orgánica. Después de excesos en el consumo de harinas, azucares y drogas en los 70s a 90s,  la civilización ha entendido que es importante cuidar el cuerpo perecedero que tenemos, y que para esto es necesario una combinación de conocimiento y actitud.

Sin embargo, aunque el mundo esté más “en forma” corporal, los hogares sufren con mayor intensidad la “obesidad” financiera, es decir, un sobrecargo de gastos y deudas con ingresos limitados y sin crecimiento. Como afirma Dave Ramsey en su libro, The Total Money Makeover, más de 85% de la población vive cheque a cheque, y 70% de las personas que ganan la lotería entran en bancarrota tiempo después de recibir su dinero. Esto es porque el manejo de las finanzas personales sigue siendo un tema de experimentación y no de capacitación.

La administración del dinero puede ser un tema mundano y superficial para ciertas personas, la realidad es que es algo tan importante para cada ser humano que llega a ser más íntimo que la misma sexualidad, ¿o acaso usted le cuenta cuánto gana o cuánto son sus deudas a sus personas más íntimas?

El secreto de la riqueza es … ningún secreto

Así como el secreto para la buena figura es 80% alimentación y 20% ejercicio, el secreto para la prosperidad es 80% actitud y 20% conocimiento. Para esto es fundamental entender los errores más comunes, y los principios que se deben aplicar.

La negación es la primera barrera que encontramos a un cambio positivo en nuestras finanzas. Negarnos a aceptar que tenemos una situación precaria financieramente, a reducir nuestros gastos excesivos, o lujos innecesarios, aumentar nuestras deudas, y rendirnos a encontrar alternativas para generar mayores ingresos, nos hunden en la perdición para la libertad económica. En contraste, las personas con malos hábitos financieros deben aceptar su mala situación, y tomar la decisión de hacer un sacrificio por un tiempo para no vivir sacrificados toda una vida.

Los mitos urbanos son un arma peligrosa de la cual nos debemos proteger constantemente. El comercio nos está vendiendo frecuentemente nuevos métodos de pago que lo único que hacen es hacernos pagar el triple por los productos que compramos. La deuda se expone como una herramienta de riqueza, y no de esclavitud como lo es realmente para la mayoría de los casos.

La competencia entre nuestros vecinos, compañeros de trabajo y amigos es para nuestros principios financieros como es la kryptonita para Superman. Comprar la ropa más costosa, o el automóvil más nuevo y costoso, o comprar la casa más grande incluso cuando nuestra capacidad de producción es limitada, es más común de lo que es el sentido común. Como afirma el escritor y economista Tim Jackson, la competencia hace que gastemos el dinero que no tenemos, para comprar cosas que no necesitamos, para agradar a gente que no conocemos, e impresionar a gente que no les interesamos.

Finalmente, aplicar disciplinas como la creación de un presupuesto, un fondo de emergencia, una estrategia de aumento de ingresos, y la liquidación de sus deudas, serán al final más gratificantes y reconfortantes para su vida que comprarse la casa más linda de su barrio.

Así como una persona obesa no debe esperar un infarto para saber que tiene que cambiar su rutina de alimentación y ejercicio, no espere a estar en la calle y gastar los ahorros de su vida por malas decisiones, para entender que tiene que planear su vida financiera.