CLAUDIA VARELA

Enamorada de Jorge Mario

Que bueno que al menos tratáramos de emular a Francisco en su mensaje de perdón.

Claudia Varela, Claudia Varela
10 de septiembre de 2017

Los años y la experiencia ayudan a leer mejor a la gente. Cuando se tiene un buen corazón se lee desde los ojos, desde la mirada y la sonrisa. Puede parecer poético pero en realidad enseña una realidad que sirve en cualquier estamento de la sociedad. Los ojos sí son el espejo del alma.

Una semana de visita del papa en Colombia hizo cambios drásticos, al menos por estos días, en este sinsabor permanente de que todo es malo y pura oscuridad para el futuro del país.

Me enamoré esta semana, igual que la mayoría de los colombianos, de un ser de luz que brilla como líder, el papa Francisco.

Siendo el papa, máximo jerarca de la iglesia, una iglesia llena de dinero y lujos, Francisco es diferente. Tiene las condiciones claras de un líder que convence, no solo por lo que lo rodea  este halo de poder infinito, sino más bien como ser humano.

El papa Francisco inspira. Otras religiones pueden pensar que seguirlo es fanatismo, que el papa es solo una figura, la verdad es que no lo sé porque no soy la más rezandera ni asidua religiosa, pero entiendo lo que puede hacer un buen corazón en los demás.

Si tomamos a Francisco como ejemplo de lo que debe ser un líder, le gana de lejos a los líderes mundiales que por radicales, corruptos y poco transparentes solo generan más división social.

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Qué cosas debemos aprender (más allá por supuesto del tema espiritual y el mensaje evangélico) del papa Francisco:

  1. Lo que dice es claro y transparente. Su mensaje es básico, profundo pero no busca descrestar ni distanciarse. Busca cercanía a su iglesia, una iglesia que entiende pobre y cercana. Su mensaje es moderno, invita a vivir, a reír a gozar la vida porque es corta.
  2. Es humano. Contrario incluso a muchos de la iglesia católica, el papa se deja abrazar, sonríe, agradece los regalos que le dan y parece incansable. Si recordamos su edad esto le da tres veces más mérito.
  3. Rompe el protocolo. Con Francisco nunca se sabe. Habla con todos, hace bromas y puede romper la estricta agenda. Ejemplo vivo de que ser tan cuadriculado no es de un buen líder
  4. Entiende sus limitaciones. Más de una vez ha reconocido públicamente sus errores, su soberbia en años más jóvenes y ha compartido sus equivocaciones como modelo de aprendizaje para sus “ovejas”
  5. Conoce su propósito. El papa, sabe que no es Dios. Él es el líder de la iglesia católica, un mensajero, un representante de Dios en la Tierra.

Que bueno que al menos tratáramos de emular a Francisco en su mensaje de perdón. Que bueno que no se nos olvide a los colombianos que lo tuvimos aquí unos días , que este ser de luz habla con su sonrisa y con su profundo conocimiento de los problemas que aquejan hoy a la sociedad.

Si todos aprendiéramos a dar un poco más, a entender que hay que compartir más (incluido el carro porque la semana con pico y placa estuvo fenomenal) y a perdonar, sin importar la religión que se profese, seguro el mundo dejaría de auto-liquidarse.

No fui a la misa de Francisco (la vi toda por TV), ni siquiera voy a misa los domingos. Soy católica pero independientemente de mis creencias quiero resaltar a un ser tan especial y simple como Jorge Mario Bergoglio. Yo puedo decir que después de escucharlo y de leer más su mensaje, de ver como se portó con los jóvenes y con sus jerarcas de la iglesia, concluyo que le pido a Dios que nos envíe más seres así, más líderes como él. Y definitivamente confieso que yo me enamoré perdidamente de Jorge Mario.

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