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¿Las prácticas de Gobierno Corporativo influyen en la rentabilidad de las empresas?

El análisis de los estudios y acontecimientos empresariales de los últimos 30 años nos llevan a concluir cómo y por qué el gobierno de una empresa si es determinante en su grado de rentabilidad. Opinión de Gonzalo Gómez Betancourt.*

Gonzalo Gómez-Betancourt, Gonzalo Gómez-Betancourt
23 de febrero de 2015

Históricamente el mito: El gobierno corporativo (asamblea de accionistas y junta directivas) no influye en la rentabilidad de las empresas, empezó a derrumbarse, a medida que fueron surgiendo estudios y acontecimientos empresariales que empezaron a ligar la relación entre gobierno corporativo y rentabilidad. Mucho antes que surgieran los escándalos empresariales de Enron y Parmalat, entre el 2001 y 2003, que en gran medida fueron atribuidos en gran medida a malas prácticas de gobierno corporativo, no había evidencias empíricas para explicar qué tanto influían las juntas directivas en el desempeño de la empresa. La afirmación se hacía de manera indirecta dando por hecho que al tener una buena junta directiva, la empresa tenía una mejor estrategia y al tener una estrategia adecuada la compañía tenía una mejor rentabilidad.

Los Hallazgos
Entre los primeros estudios que indagaron sobre los factores que influían en la rentabilidad, el más significativo fue el de Rumelt (1991), titulado: “¿Cuánto importa la industria”? (How much does industry matter?), el cual hizo seguimiento a un número importante de empresas entre los años 70 y 90. El estudio arrojó que la varianza en la rentabilidad era explicada en un 8% por variables macroeconómicas, un 8% por variables sectoriales, en un 1% por pertenecer a una casa matriz, en un 46% por la estrategia de la unidad de negocio y un 37% por errores residuales no explicados por el modelo.

Hasta entonces, no se comprendía en qué consistía ese error residual tan alto porque faltaba estudiar más variables. Frente a estos resultados se concluyó que la estrategia era la que hacía una organización rentable por encima de la influencia que podía tener el sector donde competía. A partir de este hallazgo, los investigadores se centraron en conocer cómo era la estrategia de las empresas, la cual surgió como un camino importante para mejorar el desempeño.

Este estudio fue tan influyente que rompió las bases de una investigación anterior realizada por Richard Schmalensee en 1985 ¿Los mercados difieren mucho? (Do Markets Differ Much?), en el cual se concluyó que la rentabilidad de las empresas se debe en un 80% al sector donde se competía. Esta conclusión fue tan trascendental a nivel mundial que los bancos empezaron a medir el riesgo a partir del comportamiento financiero del sector al que pertenecía una organización en el momento de estudiar el crédito.

Sin embargo hoy, cuando han pasado más de 30 años, hemos aprendido que ese error residual tan alto presentado en el primer estudio al que hice referencia (Rumelt, 1991), se dio porque existen variables dentro de la empresa tan importante como el gobierno corporativo y las prácticas desarrolladas con los empleados que no fueron contempladas.

Razón por la cual, hoy los bancos ya no sólo miran el sector al que pertenece una empresa, sino otros aspectos como el manejo que los directivos le dan a sus compañías, qué hacen y cómo lo hacen.

Ya en 2004 y luego de muchos escándalos empresariales por malos manejos financieros, se empieza a estudiar con mayor dedicación la relación gobierno corporativo-rentabilidad. Algunos autores (Aguilera, Cuervo-Cazurra y Kim 2004) hicieron un balance de Investigación sobre Códigos de Buen Gobierno y encontraron evidencias empíricas de la relación entre las prácticas de buen gobierno con la gestión de la empresa y con su rentabilidad. Otros estudios como el de Weir y Laing (2000) en el cual se analizó una muestra de 200 empresas británicas entre los años 92 y 95, demostró que el valor del mercado de estas empresas fue mayor cuando adoptaron prácticas de gobierno corporativo. Estos estudios también son consistentes con los realizados en España (Fernández-Rodriguez, 2004) y en Estados Unidos (Brio y Ramírez- Perote, 2006).

Así como éstos encuentran evidencias empíricas que buenas prácticas de gobierno aumentan la rentabilidad de las empresas, otros investigadores encuentran una relación inconsistente o negativa. Entre ellos, Bhagat, Sanjai y Black, Bernard (2002), Nowakk Rotp y Nah Mark (2004) sumado a otros estudios como el de MacNeil y Li (2006).

El análisis
¿Por qué estudios realizados en diferentes países arrojan resultados contrarios? En mi criterio esto tiene que ver con el tipo de empresa que se es, familiar, no familiar, pública, privada, mixta. La investigación realizada en Colombia determinó que el gobierno corporativo influye de manera distinta en empresas familiares o no familiares. En Colombia, por ejemplo, evidenciamos que definitivamente si se comportan de manera distinta porque algunas prácticas son transversales y otras son específicas, según el tipo de organización.

Con base en todos estos estudios, hoy podemos afirmar que existen prácticas de gobierno que si influyen de manera significativa, estadísticamente comprobado a través de diferentes indicadores de rentabilidad como el ROA, el ROE, la utilidad operativa y el endeudamiento. A lo largo de este especial les iremos explicando el por qué.

Los Hechos
En mi experiencia como investigador, consultor y profesor he podido confirmar que aún para muchos empresarios, en especial familiares, las juntas directivas no influyen en absoluto en la rentabilidad de sus empresas. Lo afirman porque sin tenerlas han sido exitosos durante décadas, por tanto asumen que no las necesitan, “ya que” representan burocracia y generan costo.

Además, los empresarios familiares consideran que el Gobierno corporativo retrasa la toma de decisiones, que es precisamente su mayor ventaja competitiva. Efectivamente si uno mira la lista de los empresarios más famosos de Colombia y valida si han tenido o no juntas directivas, se da cuenta que quienes las tienen son como de papel, las conforman porque los obliga la ley, pero en realidad no gestionan como una junta porque son los fundadores quienes toman las decisiones.

Frente a estas afirmaciones, es importante tener en cuenta que hace 50 años los fundadores crearon negocios que hoy en día son megaempresas y para lograrlo no necesitaron del gobierno corporativo. Sin embargo, como lo demuestra el estudio de Richard Rumelt, el 37% de la varianza de la rentabilidad de las empresas, que en su momento no fue explicado, obedece a que muchos empresarios de la época, muy seguramente no tomaban decisiones solos, confiaban en otros a los que se les preguntaba por un acto prudencial cómo actuar en determinada circunstancia. . Estoy convencido que no hay empresario bueno que no tenga un consejero al lado con el cual valide sus ideas. Esos consejeros que siempre les hablaron al oído a los fundadores, son las que hoy llamamos miembros de Juntas Directivas. Por tanto hoy en día podemos afirmar que tenemos una explicación aproximada en un 80% de la varianza de la rentabilidad de las empresas.

Recomendaciones

Quiero invitar a los empresarios a reflexionar sobre un hecho fundamental: Una cosa es el pasado y otra es el futuro de las siguientes generaciones. En la primera generación de empresarios familiares usualmente se tienen consejos asesores, pero en la segunda generación donde por lo general los hijos se formaron en el manejo gerencial y por lo tanto quieren ejercer poder y autonomía en la toma decisiones, para no entrar en diferencias, es imperativo una junta directiva formal no sólo para mejorar la rentabilidad de las empresas sino para lograr riqueza socioemocional. Las prácticas de gobierno también influyen de manera contundente en las buenas relaciones de las familias empresarias.


* Ph.D.
gonzalo.gomez@inalde.edu.co
Director de Executive Education Inalde Business School, Universidad de La Sabana