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Este 2017, ¡que no lo ataque la páralisis por análisis!

Los propósitos de año nuevo, por lo general, no son más que buenas intenciones que se quedan en el papel. Siga estos consejos para aumentar sus probabilidades de hacerlos realidad.

Juliana Sánchez Trujillo
17 de enero de 2017

Se acabaron las novenas, las listas interminables de regalos y los villancicos y la fiesta de año nuevo; época de cambios, agüeros, nuevos propósitos y la ilusión de un nuevo comienzo. Vale la pena cuestionarse y hacer una revisión de los aciertos y desaciertos del año pasado y plantearse los propósitos del año nuevo.

A nivel laboral, cuando inicia el año, las organizaciones dedican un buen tiempo a realizar ejercicios de planeación estratégica que ayuden a definir el curso del nuevo año y su proyección a corto mediano y largo plazo. Sin embargo, aunque es una actividad fundamental para la búsqueda del crecimiento, muchas veces se sufre de parálisis por análisis y esos planes terminan quedándose en el papel, dejando un sin sabor de pérdida de tiempo. ¿Cómo bajar entonces la estrategia? A continuación algunos consejos para asegurar que los planes, bien sean personales o profesionales, no se queden simplemente en buenas intenciones:

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  1. Entienda el propósito: Los cambios solo se dan cuando se hacen significativos en nuestras vidas. Por eso, más allá de pensar en lo que tiene que hacer, tenga claro por qué lo está haciendo. Pues solo cuando se cree en la causa, nuestro lado emocional se motiva para llevar las ideas a la acción. Para que lo tenga aún más presente, escriba su propósito, dibújelo, plásmelo en fotografías o visualícelo constantemente en su mente. El poder de la intención es muy poderoso, por eso, entre más piense en alcanzar la meta, más factible será que pueda acercarse a ella.
  1. Empiece hoy: Como dice el viejo adagio, “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Esto también aplica para los propósitos de año nuevo. Si se queda esperando el momento perfecto para iniciar un cambio, éste nunca se concretará, pues siempre existirán obstáculos que limiten su accionar. Antes bien, aproveche la energía de soñar con un futuro mejor para comenzar a concretar, porque cuando se baja el entusiasmo, se pierden las ganas.

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  1. Celebre las pequeñas victorias: Cuando lo que queremos lograr representa una meta lejana, nuestra capacidad de compromiso y disciplina se va quedando en el camino. Por esta razón, divida su propósito en acciones pequeñas y celebre cada día los pequeños pasos que ha logrado dar en la búsqueda de sus sueños. Esto mantendrá viva la motivación y le permitirá disfrutar, pero sobretodo aprender del camino.
  1. No pierda de vista la meta: Es normal que en algún momento llegue la desmotivación, se pierdan las ganas y se quiera volver a lo mismo de siempre. Para que estos sentimientos no lo detengan en medio del camino, tenga siempre presentes las razones por las que se está llevando a cabo este cambio o propósito para que pueda continuar perseverando. Pero ante todo, evite dejar de hacer las cosas “solo por hoy”, pues el volver a la zona de confort hará que irremediablemente pierda el arranque y que, como la mayoría de las veces, esos propósitos se queden en buenas intenciones a principio de año.

Por último, al establecer sus propósitos de año nuevo, elija aciones alcanzables, pues muchas veces no es que nos falten las ganas, sino que no contamos con las posibilidades para hacer de estas metas una realidad.

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