CLAUDIA VARELA

¿Emprender o aprender?

En los últimos años se ha disparado una gran explosión de emprendimientos. La gente quiere meterse en negocios nuevos, las redes sociales incrementan la facilidad de inventarse productos, de mostrar servicios y de lanzar cosas que antes eran impensables.

Claudia Varela, Claudia Varela
26 de enero de 2020

Hoy no importa mucho el lugar geográfico donde estoy si al final puedo enviar las cosas, escribir, tener citas virtuales, llamadas o videoconferencias. En resumen, el mundo ya está a la disposición sin necesidad de visa.

Esto es una oportunidad de mercado que aparece y que por supuesto no podemos desperdiciar. Sin embargo, el problema está en que hay varias variables que superar antes de pensar en lanzarse al emprendimiento sin conciencia.

La mayoría de las veces el emprendimiento aparece a través de una idea innovadora y el conocimiento de cómo llevarla a cabo. Luego surge la necesidad de tener dinero para ejecutarla y aquí ya empieza a fallar un poco la ecuación. Conozco varios casos donde el bolsillo de los padres cubre este gap necesario de llenar y la vida se soluciona. Es posible que la plata se pierda por que solo tener una buena idea no es soporte de éxito en un negocio.

He hecho varias mentorías a emprendedores y lo que termino de descubrir es que hay algunas habilidades y detalles que solo los dan la experiencia y muchas veces estos nuevos líderes que emprenden son muy jóvenes y aún no han desarrollado estas skills.

¿Qué he encontrado de manera reiterativa? Desorden y falta de planeación, se cree que solo con el conocimiento técnico y una buena red de contactos el éxito está asegurado. Pero esto no es viable así. Arrancando por lo básico hay que tener una planeación que lleve a tener unas metas e indicadores claros que en el camino posibiliten ver las alarmas de que habría que ajustar para llegar al cumplimiento de objetivos financieros.

En otras palabras, si no hay planeación clara, sino hay un norte y una manera de medir empezamos muy mal. Entonces antes de correr la maratón hay que tener las habilidades físicas, el aguante para poder saber que distancia correr y como hacer para que el cuerpo aguante.

De otro lado algo que es muy recurrente es que los nuevos emprendedores no tienen las habilidades de manejo de gente. Es obvio ya que solo manejando talento se adquiere la capacidad de gerenciar, pero como estos procesos inician muchas veces antes de tener cualquier experiencia laboral y los equipos empiezan a crecer de manera orgánica, de repente están al frente de un equipo y de exigencias que no tienen ni idea como manejar.

¿Qué hacer entonces? Planear es parte de la lógica de iniciar un negocio, así que lo primero es plantear lo básico, a donde vamos a llegar, que es un negocio exitoso, cuál es la misión y por supuesto que tenemos como objetivo financiero. Esto debe hacerse con base en una comparación de mercado y una lógica de precios y costos que permita aterrizar una idea de manera concreta. No hay que dejarse llevar por el sueño.

Otra cosa muy importante es saberse rodear. Hay que tener los consultores válidos, las personas que saben bien sobre el tema específico, ubicarlos y dejarse aconsejar. Como en el mercado hay demasiados expertos en “vender humo” hay que ser muy inteligente en la elección. Leer bien la hoja de vida, quien lo recomienda y pedir evidencias de resultados y referencias de trabajos anteriores.

Si el tema son habilidades blandas entonces hay que afianzarlas. Hay que buscar la forma de aprender para emprender de manera rápida pero profunda.

Un error en el equipo puede ser fatal, así que no es de poca importancia concentrarse en quien contrato y como armo la base de mi negocio a través del talento. Hay que pensar en gente confiable, que quiera crecer con el negocio, eso es vital para un start up.

El buen emprendedor tiene una buena idea innovadora y ejecutable. Pero más allá de eso, tiene la humildad para saber que no se las sabe todas y que debe rodearse de manera inteligente. “Los grandes líderes son casi siempre simplificadores. Pueden interrumpir cualquier argumento, debate y duda y ofrecer una solución que todos pueden entender” (Collin Powell).