CLAUDIA VARELA

El verdadero coach está en la cancha

Amo el fútbol porque amo el liderazgo que inspira y me gusta lo que hacen los seres humanos cuando tienen un proyecto colectivo.

Claudia Varela, Claudia Varela
24 de junio de 2018

Buen Mundial este. Partidos llenos de magia, de sorpresas, de emoción y donde no ganan los que todo el mundo espera. Jugadas rápidas, jugadas técnicas, hinchas enloquecidos haciendo cosas grandes, algunas mal hechas pero en general haciendo latir más rápido los corazones y también acompañando a sus equipos.

Jugadores como Messi que no entienden qué pasa. Jugadores como Ronaldo que demuestran su disciplina y su control mental para meter un gol. Arrogancia como la de Neymar que parece un niño malcriado en la cancha si no se hace lo que él quiere. Arqueros como Keylor Navas (ídolo) lleno de pasión, estrategia y ganas. Técnicos como Osorio que con máxima resiliencia a la crítica se mantiene firme en su estrategia ganándole al mejor equipo del mundo.

Amo el fútbol porque amo el liderazgo que inspira y me gusta lo que hacen los seres humanos cuando tienen un proyecto colectivo. Amo el fútbol porque hace que las pasiones más profundas salgan y haya una misma sensación cuando hay un gol a millones de personas. O la tristeza máxima cuando está en el propio arco o la alegría del éxtasis de un gol cuando es de tu equipo.

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El fútbol me enseña. Cada Mundial me muestra lo que es el ser humano y la vida. Ver el control mental y la apacible cara inexpresiva de los entrenadores europeos a la cara de sufrimiento de los latinos poniendo el alma. La hermosura de los hinchas orientales que desde su misticismo cuidan su entorno, no se sobrepasan y sonríen apaciblemente todo el partido.

Amo el fútbol porque abraza la diferencia. Porque cuando hay fair play se ve la garra de la verdad, la cancha y el balón no exime a nadie. Aunque hay árbitros un poco tendenciosos en general la cancha mide el talante. Y ahora adoro el VAR por que muestra realidades que pueden pasar del ojo humano y permite que la imperfección natural del arbitraje pueda revertir un penalty buscado por algunos drama queens del balón.

Me duele ver llorar a los niños porque sus equipos pierden. Pero amo cuando los veo sonreir y sentir algo que jamás van a olvidar en sus vidas. Porque la emoción de un gol y de la fiesta que genera la alegría del fútbol no repite. Por eso la fiesta se vive desde el álbum. Desde la cambiada de láminas.

¿Hinchas hermosos? Los africanos. Llenos de sonrisas, cantos, colores, fuerza y alegría. Moriría por entender cómo sonríen tanto. ¿Hinchas malos? Todos los que decidan denigrar, tratar mal o no llevar el fair play a la tribuna. ¿Hinchas desagradecidos? Los que no acompañan a sus selecciones en todos los momentos. La vida es eso, ganar y perder.

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Creo que el fútbol es la mejor clase de coaching que un buen líder puede tener. No es solo un tema de estrategia, es un tema de manejo de egos (caso Argentina con las mejores figuras que no logran jugar como equipo), mitigación de riesgo (Colombia al tercer minuto con reglas de juego totalmente imprevistas y variables exógenas como el clima imposibles de cambiar) de convicción por la estrategia colectiva (Méjico vs Alemania) de compromiso con la hinchada y el país (Rusia con fuerza imparable) de un buen líder respetado por sus colegas y permitiendo que no gane un individuo sino un proyecto colectivo (Portugal).

Todo lo que pasa en la cancha es dirigido, planeado y observado con el ojo estratégico del entrenador. Los admiro muchísimo. Me parece que tienen nervios de acero, templanza, manejo impecable (salvo contadas excepciones) de la frustración y por supuesto una mente ágil que permite cambiar de decisiones a pesar de lo que piense el mundo entero por que lo más importante es el equipo y el resultado conjunto que debe tener.

Amo el fútbol. Amo el modelo de liderazgo que enseña y las pasiones que produce. Y lo que más me gusta es que el verdadero Coach, el bueno, el que siente la adrenalina está en la cancha y vive el partido con su equipo. Que vivan todos los equipos que son equipos! Que viva el buen fútbol y sobre todo el fair play.

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