JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

El trabajo, clave de la felicidad

En el mundo laboral, existen tres caminos que determinan cómo queremos vivir: ser empleado, independiente o empresario. Determine cuál es más afín con su proyecto de vida para ser feliz.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
24 de mayo de 2017

El trabajo es un área fundamental para la vida de cada persona, que en gran manera determina la satisfacción que se tiene frente a la propia existencia, pues es muy difícil sentirse pleno y feliz cuando no se cuenta con una vida profesional que llena las expectativas. Sin embargo, se debe entender que muchas veces encontrar esa satisfacción implica tomar riesgos y decisiones complejas; de donde la que más dificultad puede presentar es la de elegir entre ser empleado, independiente y empresario. Cada una de ellas tiene sus ventajas y desventajas, pero más allá de ser una decisión netamente económica, el saber elegir el camino correcto depende en gran medida del estilo de vida, de las metas que se tengan y de la disposición para tomar riegos.

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Así, el ser empleado es una buen lugar para todo aquel que busca la seguridad económica, que disfruta contribuyendo dentro de una organización y que siente cierta preferencia por un trabajo predecible que se determina por un horario de trabajo establecido y un sueldo a fin de mes. Aun así, existen muchas personas en esta posición que anhelan dar el salto por la independencia, por ser sus propios jefes y controlar su tiempo, pero que no lo hacen porque no cuentan con los recursos o porque simplemente el miedo se interpone en su camino.

Por otro lado, tenemos a los independientes o también conocidos como freelancers. Por lo general, las personas se inician en este camino por la necesidad de hacer un dinero extra  trabajando "por los laditos". Incluso muchas veces se da como una opción frente a la falta de trabajo, por la imposibilidad de encontrar los recursos necesarios para subsistir o también como oportunidad para despegar un nuevo negocio sin tener que tomar grandes riesgos.

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Por su parte, el último grupo; el de los empresarios, ve el emprender más allá de la libertad que se anhela tener y trabaja por crear una empresa en la que el trabajo no dependa exclusivamente de sí mismo, sino que se apalanque en un grupo de trabajo que le permita crecer y ser sostenible en el tiempo. Aquí lo importante es saber seleccionar al equipo con cuidado y aprender a confiar, pues cuando se busca siempre protagonizar por el simple hecho de ser pionero, se limitan las posibilidad de escalabilidad y por tanto de crecimiento.

Independientemente del camino que se elija, lo importante es tener convicción de lo que se quiere hacer, pues no todos los estilos son para todo el mundo. Además, no sobra un fuerte trabajo de introspección para asegurarse de que se está en el camino correcto y no dejándose llevar por el miedo, que resulta ser bastante traicionero, y en ocasiones nos llena de falsas creencias sobre lo que queremos y sobre lo que estamos en capacidad de hacer. Así mismo, tenga claro estos tres caminos a la hora de tomar decisiones, pues estos pueden actuar como marcos de referencia y poder así vencer las tentaciones que se presentan en el camino. Por último, visualice un mundo en el que usted siente plenitud y felicidad y pregúntese, más allá del dinero, qué lo motiva en la vida, y comience a actuar acorde a sus deseos más profundos.

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