CAMILO DÍAZ

El propio petróleo hará arder a Maduro

En Venezuela más del 90% del acceso a divisas depende de la venta del petróleo, pero el alto endeudamiento de PDVSA y la posible imposición de sanciones, pueden hacer arder al régimen.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
2 de septiembre de 2017

Está ampliamente documentado el caos político, social y económico que atraviesa Venezuela, consecuencia de la torpe gestión de Nicolás Maduro y su séquito, que han inventado todo tipo de maniobras para aferrarse al poder, aun a costa de la viabilidad del país y el bienestar de la sociedad. Aunque la oposición ha luchado para cambiar las cosas, parece que la esperanza retornará desde el sector petrolero, y no desde las acciones de la valiente oposición.

Venezuela depende netamente de sus ingresos petroleros para mantener el gasto del Estado y en ese mismo sentido para garantizar el apoyo de las fuerzas militares a los desmanes del régimen de Maduro, también para pagar las menguadas importaciones que no logran satisfacer las necesidades básicas de la sociedad. Si Venezuela pierde parte de los ingresos que recibe por el petróleo, el régimen de Maduro se quedará sin los apoyos que ha tenido hasta hoy, que lejos de ser políticos, son fundamentados en el favorecimiento económico financiado con los ingresos petroleros.

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La caída del régimen no llegará por el ascenso de la oposición, sino por la acentuada disminución de los ingresos petroleros fruto de la pésima capacidad de gestión del Gobierno, que justamente ahora tiene contra las cuerdas las finanzas del país, y las de la estatal petrolera PDVSA. La caída de los ingresos hará arder al régimen.

PDVSA otrora motor de la economía ahora es una empresa endeuda, con poco margen de maniobra, y menor producción mes tras mes, que paga sus compromisos financieros – adquiridos por el Gobierno para financiarse – en especie, dejando de recibir efectivo para reinvertir y operar. El régimen de Maduro ha tenido que direccionar la entrega de petróleo de PDVSA hacia sus acreedores, obviamente con precios de descuento, obligando incluso a CITGO, la filial de refinerías de PDVSA en Estados Unidos, a comprar petróleo en el mercado de contado porque PDVSA luego de pagar a sus acreedores no tiene suficiente volumen para suplir las necesidades de su filial de refinación.

Un informe de Reuters muestra que PDVSA ahora envía más petróleo a Rosneft (controlada por el gobierno ruso) que a su filial CITGO, como parte de un acuerdo de pago sobre un crédito de US$1.500 millones que recibió el Gobierno en 2016, solo una porción de los cerca de US$5.000 millones en préstamos que Rosneft ha entregado a Venezuela y cuyo repago está acordado en petróleo.

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El acuerdo de pago contempla la entrega de 70.000 bpd de petróleo, pero como Venezuela se ha retrasado, ahora debe enviar una cantidad adicional de entre 63.000 bpd y 105.000 bpd para ponerse al día con los pagos y los intereses. Según el informe de Reuters hoy en día Venezuela solo entrega 120.000 bpd a CITGO en contraste con un compromiso de 230.000 bpd.  

Las operaciones de créditos entre el Gobierno de Venezuela y Rosneft, además de ser pagadas con petróleo han sido garantizadas con el 49.9% de las acciones de CITGO, razón por la cual al régimen no le queda otro camino que ponerse al día, a menos que prefiera pagar con las acciones que ha entregado como garantía. También, el 40% de las exportaciones de PDVSA son entregadas a China o Rusia para cumplir con los pagos de más de US$ 60.000 millones que el país recibió en créditos durante los últimos diez años.

A la difícil posición financiera de PDVSA, y por lo tanto la del Gobierno, se suma que en dos meses la petrolera tendrá que pagar intereses de sus bonos, el problema es que no está produciendo suficiente crudo para obtener el dinero, (la producción cayó 20% el último año) y al mismo tiempo cumplir sus compromisos, tampoco acceso a los mercados financieros para refinanciarlos. Desde hace tiempo PDVSA lucha para obtener liquidez, un ejemplo, fue lo sucedido un mes atrás cuando un tanquero cargado con un millón de barriles de crudo venezolano estuvo anclado por treinta días en las costas de Louisiana a la espera de que algún banco emitiera una carta de crédito para poder descargar el envío despachado por PDVSA.

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Tal parece que la esperanza del pueblo venezolano llegará desde el petróleo que hará arder al gobierno sátrapa de Maduro, otra vez el crudo les traerá esperanza a los venezolanos, como cuando se nacionalizo el sector en la primera mitad del siglo XX.