GREGORIO GANDINI

El oro, incontenible

A la par de los mercados accionarios, el oro continúa su aumento, esta vez llegando a niveles récord por encima de US$1.930 por onza. Esta semana dedico mi columna a analizar los factores que han llevado al 'commodity' a estos niveles.

29 de julio de 2020

Recuerdo cuando escribí mi columna del 6 de mayo titulada “El oro, el barómetro del riesgo” y analizaba que hubiera llegado a US$1.700 por onza y cómo crecía a niveles no vistos desde 2011, pues ahora el escenario se ha hecho más extremo ya que con un precio superando los US$1.930 por onza estamos hablando de un nuevo récord. Este es un tema que ya traté en un episodio de mi podcast, pero creo que todavía le queda mucha tela de donde cortar, por eso esta semana le dedico la columna.

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El gráfico 1 muestra una comparación que creo es muy interesante y relevante entre el comportamiento del oro y el índice bursátil Dow Jones de Estados Unidos, durante el último año.

No es sorprendente ver cómo casi todos los gráficos de series financieras en marzo de este año muestran una caída importante en sus precios ante la incertidumbre generada por el aumento de casos y países enfrentando la covid-19. Sin embargo, para abril esta tendencia se revierte y vuelven a presentarse las fuerzas al alza de los meses anteriores, inclusive superando los niveles prepandemia en el caso del oro.

Elaborado por Gregorio Gandini con datos de Bloomberg.

Tal vez, dos de los factores más relevantes que han impulsado el precio de las acciones han sido, primero, el aumento en los niveles de liquidez en los mercados proveniente de las políticas monetarias expansivas no solo de la FED sino de los demás bancos centrales del mundo, que distorsionan la percepción de riesgo en los mercados, lo que aumenta la demanda, y segundo, un marcado optimismo en la expectativa de rápida recuperación de las economías en el mundo.

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En el contexto particular del oro, estos dos elementos también interactúan con su comportamiento, pero de una forma diferente. Si bien la liquidez excesiva en los mercados lleva a un aumento en su demanda, parece ser que este activo es también el refugio ideal en caso que las expectativas de crecimiento de la economía global no sean acertadas.

El contexto actual nos da las pistas para entender por qué se da esta búsqueda de refugio del oro sobre otros activos. Primero, el efecto de las bajas tasas de activos como los tesoros de 10 años con tasa yield de 0,5% y los bonos alemanes en -0,49%, y el crecimiento de su precio lo hace atractivo para los inversionistas. También la reactivación de las tensiones geopolíticas de nuevo entre China y Estados Unidos por la situación en Hong Kong, agudizada con el cierre del Consulado chino de Houston y el estadounidense de Chengdu.

También el debilitamiento del dólar a nivel global impulsado por la política monetaria expansiva de la FED y las mencionadas tensiones geopolíticas, así como el efecto de tasas reales negativa en el mundo. Para entender un poco mejor este elemento es necesario tener en cuenta que las tasas de interés reales se calculan de la siguiente manera:

r= i - π

Donde r representa la tasa de interés real, i la tasa de interés nominal que es la que vemos siempre en los mercados y la letra griega PI es la tasa de inflación. Es decir, la tasa de interés real es el resultado de descontarle la inflación a la tasa de interés nominal. Lo que está sucediendo en este momento, por un efecto secundario de las políticas de reducción de tasa de los bancos centrales, es que en la fórmula de arriba la tasa de interés nominal se reduce mientras la inflación no lo hace al menos al mismo ritmo, lo que lleva a tasa reales negativas.

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Ya que la inflación afecta el valor en el tiempo, un escenario de tasas de interés real lleva a que en términos intertemporales mi tasa de interés nominal no compense esta pérdida de valor y en términos reales mi inversión pierda valor. Siendo este el caso el oro se hace atractivo ya que no cae dentro de estas dinámicas de tasa de interés como sí les pasa a otros activos refugio, los bonos de los Gobiernos.

Además, si existen expectativas de aumento en los niveles de inflación esto solo hace más extremo aún el escenario de tasas negativas, lo que llevaría a un aumento en su demanda. Por eso es necesario mantener la vista fija en el comportamiento del precio de este metal que nos sigue dando pistas sobre la percepción de riesgo de los inversionistas, mientras su tendencia continúa siendo aparentemente incontenible.