El nuevo capitalismo

El capitalismo es visto como una forma de darwinismo financiero: un sistema donde los modelos de negocio fuertes crecen y prosperan a lo largo del tiempo eliminando a los débiles en beneficio de los consumidores, los accionistas y el crecimiento económico global a largo plazo.

Al igual que los humanos en la evolución, internet y la tecnología en general parecen ofrecer una forma extrema de capitalismo donde las plataformas líderes globales han establecido ventajas competitivas tan fuertes en múltiples niveles que es casi imposible desplazarlas. A medida que estas empresas crecen, se vuelven cada vez más poderosas e interrumpen industrias enteras por sí mismas con frecuencia.

Con el desarrollo de la tecnología a tasas cada vez más aceleradas, hoy en día estamos viendo cada vez más ejemplos de esto en la economía global que afectan tanto al mundo financiero como al social.

Esto se traduce en niveles cada vez mayores de desigualdad de la riqueza. Se puede ver claramente en la evolución de las acciones de empresas como Amazon, Google, Facebook, Tencent y Alibaba, que se han convertido en las empresas más valiosas del mundo mientras sus competidores se han reducido o han desaparecido.

Como ya comenté en un artículo reciente sobre la concentración del poder de mercado, la mayor parte del aumento del margen de beneficios de las empresas en los últimos años se concentra en el 10% de las firmas que más cuota de mercado han ganado. Se trata de empresas no manufactureras caracterizadas por un mayor uso de las tecnologías digitales.

Estas nuevas compañías parecen tener modelos de negocios más flexibles que los jugadores tradicionales, lo que significa que son más imaginativas al abrir nuevas fuentes de ingresos y al moverse a nuevos mercados objetivo. Un gran ejemplo de esto es Amazon con su modelo Prime, pasando al sector audiovisual y también desarrollando internamente Amazon Web Services (AWS) e incluso Amazon Foods. Facebook ha anunciado recientemente planes para lanzar una criptodivisa, Libra, que tiene un gran potencial si se aprueba. También pone en tela de juicio el mundo monetario tradicional, dirigido por los bancos centrales.

El dominio de estas nuevas plataformas ha llegado a la etapa en la que los consumidores y los políticos están empezando a cuestionar los beneficios del éxito de estas empresas. En las últimas semanas, Facebook, Google, Apple y Amazon han tenido que testificar ante el Congreso de Estados Unidos en consultas antimonopolio. Actualmente, parece poco probable que los responsables de las políticas hagan algo dramático, al igual que con las investigaciones antimonopolio a Microsoft a finales de los años 90. Sin embargo, a la larga, probablemente sean la mayor fuente de riesgo para estas plataformas.