JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

El líder y el espejo

Lo que nos molesta es un espejo de lo que debemos cambiar, ¿hasta qué punto estamos atentos a las necesidades de nuestros equipos?

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
24 de enero de 2018

Nadie puede dar lo que no tiene, por eso, como líder, antes que juzgar la capacidad y desempeño de sus colaboradores, vale la pena que revise primero su rol; ¿Se le han dado al equipo las herramientas suficientes para cumplir con su trabajo de forma exitosa?, ¿se da tiempo para responder preguntas y acompañar procesos cuando hay dudas?, ¿se permite expresar la opinión, o simplemente se hace lo que el jefe diga? Mucho se habla de que las personas no renuncian a las empresas, sino a sus jefes, y es por eso que antes que señalar, vale la pena mirar hacia adentro y revisar el panorama.

No creo que exista una sola persona en el mundo que no desee tener un trabajo agradable; de hecho, es trabajando que pasamos la mayor parte de nuestra edad productiva, ¿cómo no hacer entonces que ésta sea significativa? Pero para que esto se dé, existe una gran diversidad de factores que deben estar alineados: las habilidades, la actitud, la pasión o gusto por lo que se hace, la posibilidad de suplir necesidades básicas y la afinidad o alineación con el equipo de trabajo, pero más importante aún, con el jefe; y es en este último factor donde muchas veces se da la mayor cantidad de problemas o bloqueos, que muchas veces no son por negligencia, sino por no tomarnos el tiempo de observarnos.

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¿Pero qué observar? Nuestras necesidades y deseos y hasta qué punto estas convergen en el trabajo realizado. Es importante comprender qué uno de los principales focos de resistencia al cambio es no entender por qué se debe cambiar. Por tanto, el primer factor que se debe tener en cuenta es que exista una comunicación clara de expectativas de parte y parte, y una conciliación de cómo disminuir brechas frente a las necesidades. Si lo que hacemos no está en alineación con nuestro proyecto de vida, muy probablemente se vea afectada la motivación, por eso es importante comprender cuál es el impacto de lo que se está haciendo, y que se cuente con la autonomía para proponer nuevas ideas, y la seguridad psicológica para expresar lo que realmente se piensa.

Por otro lado, observarnos a nosotros mismos. Como líderes, muchas veces nos quedamos atrapados en la operación, en las reuniones y correos, y dejamos de prestar atención a nuestras propias actitudes y puntos de mejora. Se debe tener en cuenta que las personas son espejos que nos permiten reflejar aquello que debemos trabajar, por eso, aquel que más nos estresa o a quien menos comprendemos puede estar actuando de maestro en nuestro camino de crecimiento personal. Preguntémonos: ¿Qué es lo que me muestra esta persona de mí mismo que debo cambiar?

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La felicidad en el trabajo es una balanza que implica el desarrollo del propósito, la posibilidad de desarrollar una maestría o de aprender , y la autonomía de poder contribuir. Pero para lograrlo, se requiere de apoyo, acompañamiento y espacio para equivocarse. ¿Hasta qué punto estamos brindando espacios que nos permitan aprender?