OPINIÓN ONLINE

El emperador está desnudo

Hay un cuento infantil que siempre me ha llamado la atención; aquel donde un par de pillos prometen tejerle al emperador un vestido hecho de una tela invisible, que se tejía con oro y joyas y que solo la gente inteligente podía ver.

Pedro Colmenares
27 de febrero de 2016

Nadie se atrevía a decirle al emperador que no veía el vestido y al final él termina paseando desnudo por la mitad de su pueblo, hasta que una niña se atreve a preguntarle a su madre “¿por qué el emperador se está paseando desnudo por la mitad de la plaza?".

Las redes sociales son un idioma nuevo. pero tal como pasa con los lenguajes, si lo que uno habla son tonterías, las dirá en cualquier lengua en la que las hable.

Una empresa que no tiene un plan de atención al cliente, no va mágicamente a adquirir uno por el hecho de sacar una cuenta en alguna red social, seguramente seguirá teniendo una mala atención al cliente, pero ahora tendrá más canales para demostrarla; un político que no tenga un plan claro, quedará más en evidencia cuando posea más canales para que lo descubramos, ningún curso de “reputación digital” te puede dar una personalidad real, esa solo se puede adquirir viviendo y adquiriendo experiencia.

La comunicación digital es un espejo, que solo muestra en forma ampliada lo que realmente somos, debemos preocuparnos por ser y luego por comunicar. La ventaja de los  medios sociales digitales, radica en que tienen un seguro en sí mismos, se basan en la interacción, así que se debe poder dialogar en ellos, y cuando uno dialoga debe ser capaz de articular argumentos, defender ideas y plantear tesis que se sostengan, pues en el diálogo mundial en el que hoy vivimos, nunca sabes el nivel que tienen tus interlocutores.

En los últimos años he conversado con todo tipo de organizaciones, desde políticas hasta medios de comunicación, pasando por empresas privadas; la mayoría de ellas deseaban que les vendiera un “remedio rápido” que se pudieran tomar y así “ser innovadores” o ser “digitales”. Las que lograron entrar en este mundo, fueron las que se atrevieron a revisarse de forma profunda, las que respondieron a preguntas como ¿dónde están los usuarios en nuestro modelo de negocio?, ¿tenemos algo interesante que decir?, ¿si la gente nos contesta, sabemos cómo responderles?, ¿qué tanto queremos conversar con los usuarios?.

Unirse al diálogo mundial abre canales para crear inteligencia colectiva, da la oportunidad de crear valor nuevo, permite que las comunidades de usuarios aporten, sean estos votantes o usuarios de algún servicio, tener la capacidad de dialogar da como premio la bendición de aprender.

Muchos se conformaron con abrir cuentas en medios digitales y conseguirse un gurú, alguien que les teja un bonito vestido “invisible”, que se supone los hará verse bien en el ecosistema digital.

El asunto se complica pues en el algún momento, alguien los señala y les dice que están desnudos y solo ahí descubren que la capacidad de empatizar con los demás (incluyendo a los usuarios, los empleados, los accionistas, el público), no se puede contratar... se siembra y germina dentro de la organización, que se puede conseguir gente que te ayude a crear estrategias y planificación, pero no se puede hacer si en el fondo la organización no cree en el diálogo. Al final terminan uniéndose al desfile de personajes políticos, sociales, culturales, económicos y de medios, que se pasean muy tranquilos, completamente desnudos, por el medio de la aldea global.