GUILLERMO VALENCIA

El dólar: el club más importante del mundo

La devaluación continuará para todos y los países emergentes seguirán siendo los más afectados. ¿Cómo hemos llegado a este punto y por qué está situación se mantendrá en la primera parte del siglo XXI?

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
22 de octubre de 2019

Como lo escribimos en una columna anterior, las tasas de interés negativas son la amenaza más importante que tiene el capitalismo actual. Sin embargo, esta no sería tan peligrosa sin un sistema monetario internacional que está cambiando. Cómo se ha transformado ha sido un tema tratado en columnas anteriores y que abordamos a profundidad en el Newsletter de Macrowise.

Para entender este proceso debemos viajar a 1971, cuando el oro deja de ser el respaldo del dólar de Estados Unidos. Este fue el impulso para que este país mantuviera una hegemonía que sigue hasta hoy en el comercio internacional. No obstante, tras la caída de la Unión Soviética se evidenció que era necesario encontrar una alternativa al dólar. 

Con una Alemania unificada y la necesidad de ampliar los efectos del Pacto del Carbón surge la Unión Europea un club alternativo al comercio internacional del dólar, que hasta ahora no ha logrado con el euro tener alcance que sí tiene el dólar como moneda de reserva.

 


Hoja de Balance Genérica Banco Central Emergente. Fuente: Macrowise Newsletter

Sin embargo, para ese momento China ya tenía un crecimiento sostenido, lo que le permitió ser el centro manufacturero mundial, que luego se consolidó como una de las cabezas del comercio internacional. En poco tiempo sus reservas en dólares aumentaron tanto que para 2008 alcanzaron el 35 % del total la Reserva Federal de EE.UU.


Reservas de China versus la cantidad de dólares circulantes medidos por M2. Fuente: St Louis Federal Reserve. Cálculos:: Macrowise.

Lo anterior nos dice que la arquitectura del sistema monetario internacional estaba cambiado por completo, y China pediría más representación en este club de comercio internacional. 

Un sistema que se transforma

Es obvio que el rol de China en la economía mundial era más importante, pero con la crisis de 2008 cambiaría por completo la arquitectura del sistema monetario internacional, y para entenderlo debemos ver al dólar como las acciones de un club. 

En 2008, el club tuvo 12 trillones de acciones en EEUU (en el estándar anglosajón), 3.2 trillones de acciones eran de China, 373 billones estaban en el banco central de Brasil, mientras que el banco central de Colombia contaba con aproximadamente 40 billones. 


Tabla de reservas en proporción a M2, es decir, la cantidad de dinero circulante en la economía de EE.UU. Fuente: Reserva Federal de St. Louis.

El problema empezaría porque el presidente de este club (EE.UU.) decide emitir 5 trillones de dólares más en los próximos diez años, que usaría solamente en su país. Es decir, la Reserva Federal diluiría las reservas de los demás accionistas, con lo cual ellos tendrían menos relevancia en el sistema monetario internacional.

Esto significa que, al contrario de lo que se cree, la expansión de la base monetaria no implica más liquidez para todo el mundo, sino que crea un déficit de dólares para los países que no tienen a esa como una moneda de reserva.   

Desde nuestro análisis esta es la razón fundamental por la cual la devaluación continuará para el mundo, especialmente para los países emergentes. Esto ocurrirá como consecuencia directa de las políticas monetarias que adopte EE. UU. y, como lo contamos en columnas anteriores, representa una espada de Damocles sobre América Latina y Asia. En particular, puede ser el arma más efectiva contra China, nuevo retador de la hegemonía geopolítica de EE.UU.

Sin embargo, tengamos en cuenta un detalle sobre las limitaciones de EE.UU. cuando vemos los objetivos por los cuales fue creada la Reserva Federal de EE.UU. encontramos que entre ellos está el de fijar una política monetaria defensora de los intereses nacionales de ese país. Esto significa: brindar estabilidad en los precios, reducir el desempleo y asegurar el crecimiento económico. 

En ninguno de sus estatutos está el de administrar y mantener estable una moneda de reserva internacional o velar por la estabilidad del sistema monetario internacional. 

Sin duda, tendremos mayor inestabilidad por cuenta de las tasas negativas y la transformación del sistema monetario internacional, a lo que se les suma el populismo y la competencia geopolítica.  La hegemonía del dólar -mencionada anteriormente- podría ceder su lugar en el siglo XXI frente a otros protagonistas, quizás unos digitales como el bitcóin o viejos tangibles como el oro.

Lo bueno es que la competencia geopolítica también puede impulsar un gran desarrollo tecnológico de cuyas transferencias Latinoamérica podría ser un gran beneficiado.

Seamos claros: la única solución a la inestabilidad monetaria de nuestro continente es la creación de un gran plan que aumente la productividad y el consumo interno. 

Tal y como ocurrió en la Guerra Fría hay oportunidades y problemas. Aprovechar la confrontación y tensiones geopolíticas será la apuesta más interesante del siglo, es un camino pensado para aquellos que se alejen del ruido e inviertan en la señal.