GREGORIO GANDINI

El crecimiento económico en el segundo semestre

El golpe que iba a recibir el crecimiento económico en el segundo trimestre era esperado por el mercado con una mediana de -10%, de acuerdo con la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, pero un dato de -15,7% es algo que, sin lugar a duda, vale la pena analizar.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
19 de agosto de 2020

El pasado 14 de agosto, el Dane publicó el esperado dato de crecimiento económico para el segundo trimestre de este año, que tuvo una tasa anual de -15,7% en su serie original frente a una expectativa de -10% y un dato anterior revisado de 1,4%. El gráfico 1 muestra el comportamiento de la tasa de 12 meses de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) desde el primer trimestre de 2006 hasta el segundo de 2020, y es bastante impactante ver la dimensión de la caída de 15,7% frente a niveles en los cuales, inclusive sufriendo los efectos de la crisis del 2008, el dato más bajo fue de 0,3% en el primer trimestre del 2009. Vale la pena recordar que en este periodo de abril a junio comprendido en el cálculo es en el que se esperaban los mayores impactos de las medidas de aislamiento de la pandemia.

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Por supuesto, el impacto económico de la covid-19 se ha sentido a lo largo del mundo y Colombia no se encuentra solo en esta situación. En la región, México registró una contracción de 18,9% y en economías desarrolladas, como Inglaterra y la Unión Europea, fueron de -21,4% y -15%, respectivamente. Lo cual, si bien no significa que estemos mejor porque otros estén peor, sí permite ver que el impacto de las medidas de aislamiento es igual de fuerte en diferentes economías.

En este contexto particular creo que vale la pena revisar las dos caras del cálculo de PIB, vía gasto y vía producción, ya que el primero nos provee información sobre el comportamiento de variables como el consumo de los hogares, la inversión y las exportaciones, mientras el segundo nos permite evaluar el comportamiento de los sectores productivos.

No es de sorprender que los tres sectores que más contribuyeron a la contracción del PIB fueron comercio al por menor y al por mayor, que con una caída de 34,3% aportó 6,6 puntos porcentuales; industrias manufactureras, que con -25,4% contribuyó 3,1 puntos, y construcción, que con-31,7% aportó 2,1 puntos.

Vale la pena notar que, dentro de los 12 sectores productivos, comercio representa alrededor de 13%, industria 10% y construcción 5%, y en estas tres actividades está concentrado el 75% de la reducción sufrida por la economía durante el segundo semestre de 2020.

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Cada una de esas actividades también tiene una conexión importante con una fuerza fundamental de la economía: la demanda. Los componentes de dicha demanda son el consumo de los hogares, el del Gobierno, y la formación bruta y sus pesos pueden verse en el gráfico 2, en el que es bastante claro que el consumo de los hogares con 64% es la fuerza determinante detrás del consumo, y ha sufrido una caída de -15,9%, lo que explica a su vez el nivel de la contracción del sector de comercio.

Este comportamiento en el consumo de los hogares se venía sintiendo en la reducción de los precios en la economía que, a través de la variación del Índice de Precios al Consumidor o IPC, mostró una pérdida de dinamismo al reducirse cada mes desde abril, que marcó 3,51% en su tasa anual hasta julio, cuando con 1,97% quedó por debajo del rango meta del Banco de la República. Otro elemento que se relaciona de forma importante con la industria y la construcción es la formación de capital, que incluye entre otros rubros la compra de maquinaria y equipo, así como vivienda, y tuvo una reducción de 32,2%, lo que explica la caída en estos sectores.

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Es cierto que el panorama no es muy alentador en este segundo trimestre, pero este dato extremo que estamos viendo, junto con un nivel de precios anual por debajo del rango meta del Banco de la República y una tasa de desempleo de 19,2%, es una señal inequívoca de que es necesario plantear una estrategia que combine tanto la protección de la salud como la de la economía. Es, como lo he dicho desde hace un buen tiempo, necesario encontrar un equilibrio sostenible entre estas dos fuerzas, porque una vacuna va a tomar tiempo y la economía ya está en niveles históricos de deterioro. Así que es importante que las medidas de política que se tomen estén orientadas a reactivar estos sectores lo más pronto posible y buscar crecimiento en medio de la pandemia.