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El abismo fiscal y las empresas familiares

No se dejan de escuchar las noticias atiborradas de las posibles consecuencias en caso de que no se logre un acuerdo sobre el manejo del déficit fiscal y la extensión de los topes permitidos en EE.UU. Opinión de Raúl Serebrenik G.

Dinero
28 de enero de 2013

Sorprendentemente se han volado todos los topes inimaginables sin estar “por ahora” generando un efecto inflacionario.

De las cifras que hablan del endeudamiento se genera una sensación de pánico lo más parecido a una película de terror. Posiblemente por eso es que la gente no quiere imaginar un escenario en el que no haya un consenso al respecto, pues el impacto sería catastrófico para la economía mundial.

Las discusiones se dan en todos los estadios, bien sea en televisión, radio, otros medios de comunicación, y reuniones en el Congreso y en la Casa Blanca.

Estados Unidos a última hora apunta a un país más parecido al continente Africano que a la idealizada sociedad Anglosajona, caracterizada por su planificación previa y ordenada; lo que hay es un desastre sin tener todavía luz en el túnel, pues no se nota un correctivo estructural que no nos vuelva a llevar a esta misma situación con cifras del déficit más grandes que la que hay ahora.

Por un lado, la discusión es de recortar el gasto fiscal afectando programas como el de la nueva ley de salud, y sobre todo el programa de estampillas de comidas, del cual participan más de 50 millones de personas que no tienen con qué comer en los Estados Unidos. De cualquier manera, las discusiones giran en que no se puede recortar el gasto en temas de alimentos, salud y otros básicos, pues esto desembocaría en mayor crimen y posibles disturbios. Por otro lado, se enfocan más bien en el aumento de impuestos, pero que esto trancaría la muy tímida recuperación en las tasas de empleo.

Lo cierto es que por un lado se escuchan calificativos de que el gobierno es un tanto socialista, incluso comunista, y por otro , los republicanos y la extrema derecha representados por el reconocido Tea Party, son tildados de ultra derecha y capitalistas acérrimos, como si esto tuviera sentido frente a la tragediaque viven las personas.

Esto parece más bien una especie de drama donde los médicos discuten si al paciente con un cáncer avanzado hay que hacerle terapia de quimio o radio, y parece que increíblemente los médicos no se logran poner de acuerdo mientras el paciente cada vez se agrava más.

Lo increíble es que desde afuera el sentido común dice, que hay que aplicar todos los procedimientos para tratar de llevar al paciente a buen término.

¿Cómo es posible que no lo vean? Tal es el nivel de arrogancia y desprendimiento de la realidad que viven sus conciudadanos, pero la realidad es que hay que aplicar un recorte de gasto sin que se genere una revolución y hay que cobrar mayores impuestos sin que tranquen la recuperación de los índices de desempleo y colaborar con poner a toda marcha la maquinaria de emprendimiento y generación de nuevas empresas.

En estos procesos tan dolorosos lo que sí es obvio es la perdida de liderazgo del cual padece el mundo, en lograr llevar a cabo un plan que toque de manera estructural lo que tenga que tocar para ver un futuro más provisorio. El costo político nadie quiere asumirlo, pero al final alguien tiene que pagar la factura de la tremenda fiesta que venían haciendo en el sector financiero y gubernamental. El cáncer es una enfermedad muy invasiva como lo fue la fiesta desmedida de la desregulación, donde la academia no se quedo atrás (considero que esta es una de las partes más tristes y frustrantes de todo este proceso), pues los altos funcionarios como los directores y ejecutivos de las grandes corporaciones salieron de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos.

¿Será que habría que llevar a juicio a los directores de las escuelas de negocios?; ¿Qué será lo que están enseñando en esas instituciones?, ¿Será que todo es una mera coincidencia?

En lo que respecta a las Empresas Familiares ,vemos una clara tendencia a ver muchas pasando por situaciones difíciles y posiblemente afectadas por las reformas tributarias que han de tener efecto en los próximos meses, pero por el otro lado, son las que más rápido puede reanimarse en las difíciles situaciones por las cuales tiene que afrontar. En lo que respecta a las pequeñas y medianas empresas en su mayoría familiares, tendrán que ser otra vez las protagonistas de la recuperación de la economía americana y también de la europea.

Leyendo un informe publicado por Mckensey referente a este punto, clasifican las pequeñas empresas como las generadoras de más de las dos terceras partes de los nuevos empleos, aportando casi 40 millones de puestos de trabajo en los últimos 20 años, donde se pueden clasificar básicamente en aquellas que desean crecer aportando más del 70 % de estos 40 millones y aquellas que conservan su tamaño y no desean crecer, aportando tan solo un poco más del 20 % de esta cifra y claramente haciendo alusión al papel que deben jugar tanto el gobierno como el sector privado en la recuperación de la mayor economía del mundo.

En Latinoamérica hemos de mejorar en estos tiempos con mucha prudencia y algunos podrán tener oportunidades de crecimiento en el exterior sacando un mejor provecho.

Por ahora, el turno les tocó a las llamadas multilatinas, que están preparadas para crecer si es que saben aprovechar su cuarto de hora. Importante entonces entender cómo pueden éstas aportar al desarrollo y consolidación de diferentes sectores de nuestras economías aportando a las Empresas Familiares de nuestra región.

rauls@fcwpc.com
Asesor de legados y patrimonios familiares
Autor del Libro: Dinastías Familiares, Legado y Riqueza