GREGORIO GANDINI

Deuda pública en Colombia

La emisión de bonos de deuda pública en Colombia es uno de los mecanismos claves de financiación del gobierno, pero también constituye el mayor mercado financiero en el país, ¿quiénes son los tenedores de estos bonos? Y ¿Cuál ha sido su tendencia en los últimos años? Esta semana vamos a averiguarlo.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
21 de junio de 2017

Cómo se financia un gobierno

Lo primero que hay que pensar es que las finanzas de un gobierno funcionan en términos prácticos como las de cualquier empresa y como tal, en términos simples tiene tres fuentes de recursos, los ingresos derivados de su operación, vender parte de su propiedad vía acciones o asumir una deuda. Creo que es importante aclarar que los gobiernos sí tienen una operación y es proveer a sus ciudadanos bienes públicos como seguridad, algunos servicios públicos y de salud; la forma de pagar por esos bienes es a través de los impuestos por lo que estos son su primera fuente de recursos. Para buscar recursos adicionales, si bien no pueden vender acciones suyas como tal sí pueden hacerlo de empresas de las cuales es dueño, un claro ejemplo de esto han sido las emisiones de Ecopetrol.

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Hablando específicamente de obtener recursos vía deuda se pueden pensar en tres formas en las que un gobierno puede hacerlo, la primera es a través de préstamos de entidades multilaterales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, la segunda es con la emisión de bonos en los mercados internacionales y la tercera es el financiamiento interno o la emisión de bonos en el mercado local. Y es esta última de vital importancia no solo para el gobierno colombiano sino para el desarrollo de los mercados de deuda del país por lo que el foco del artículo de esta semana se concentra en los bonos locales, comúnmente conocidos como TES.

Importancia del mercado de TES

De acuerdo con el Ministerio de Hacienda el valor total en términos nominales de TES para mayo de 2017 asciende a $244,9 billones, para poner eso en perspectiva quiere decir que equivale al 28,4% del valor del PIB Nominal de 2016. Con esto en mente es lógico pensar que el mercado de deuda pública es bastante líquido y por tanto no solo atrae a inversionistas locales sino también extranjeros.

En la gráfica 1 se puede ver que los principales tenedores de deuda pública son los fondos de pensiones con un 27%. Como sabemos los recursos que administran dichos fondos son muy delicados por lo que se encuentran regidos por una normativa especial llamada el régimen de inversión, en el cual se especifican topes de inversión por cada tipo de fondo y activo para poder controlar el nivel de riesgo que los portafolios puedan tomar. De ahí se desprende que el límite más grande está destinado a los TES y por tanto han sido históricamente los máximos tenedores de este tipo de papeles.

Esta tenencia de TES cumple un doble propósito el primero es asegurarse que una parte importante de los portafolios de los fondos se encuentren en locales de bajo riesgo y el segundo asegurar una demanda de los títulos por parte de los inversionistas locales más grandes.

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Recientemente, una de las grandes sorpresas ha sido el aumento de la participación de los fondos internaciones en este mercado quienes a este momento rivalizan con los de pensiones con un 26%. La posición de estos fondos a cambiado de $32,20 billones a $64,08 billones, con lo que se ha duplicado la cantidad de TES en manos de fondos extranjeros en 2 años. En la gráfica 2 se puede ver esta evolución, mientras tal y como mencionaba anteriormente la posición de los fondos de pensiones se ha mantenido muy estable entre 26% y 28%.

A pesar de los malos datos económicos que ha experimentado Colombia en este periodo, con alta inflación en 2016 y en plena reducción de precios del petróleo, hay un factor clave que ha atraído capitales, la estabilidad política. No se puede pasar por alto que este es un factor diferenciador en una región que ha sufrido la destitución de Dilma Rousseff en 2016, así como el escándalo de corrupción de Michel Temer que podría costarle el cargo y las cada vez más violentas manifestaciones en contra del gobierno en Venezuela, sin olvidar también la huelga de principios de este año en la mayor mina de cobre de Chile siendo este su máximo producto de exportación. Así, todo lo anterior lleva a que los inversionistas que buscan exposición a bonos públicos en Latinoamérica aprecien el nivel de estabilidad política que ofrece Colombia, como una forma de mitigar el riesgo en la región.

En un bono el precio tiene una relación inversa con su tasa de descuento o yield, por lo que cuando el precio sube el yield cae y en la gráfica 3 se puede ver como el aumento en la demanda de TES por parte de los extranjeros ha llevado a un aumento en el precio y por tanto una reducción en las tasas de los títulos. Esta grafica compara los datos al cierre de cada de los Yield de los TES con vencimiento en julio de 2024 que son los títulos de referencia del mercado en este momento y la participación histórica de los fondos extranjeros como tenedores y es a partir de febrero de 2016 donde la tendencia decreciente del yield y el aumento de demanda de los fondos extranjeros se hacen más marcados y mantienen esa tendencia hasta mayo de 2017. En ese momento, fue cuando empezaron los rumores del inicio de proceso de destitución de Dilma Rousseff de la presidencia de Brasil.

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Existen dos efectos derivados de este cambio en la dinámica del mercado de deuda pública, el primero es que así como nos hemos beneficiado de la mala situación política de nuestros vecinos en cualquier momento nuestros malos datos económicos pueden pasar la factura, sin embargo el contrapeso de esto es que al atraer este tipo de capitales se da la oportunidad perfecta para mostrar a los inversionistas que Colombia es un destino de inversión real y no solo un refugio cuando los demás mercados de la región entran en crisis políticas.