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Dejémonos de cuentos con el negativismo de la economía colombiana

Algunos empresarios hablan peor de la economía de lo que realmente está. Su crecimiento en el primer trimestre ha sido del 2,5%, siendo sus locomotoras la industria, la construcción y servicios financieros. El país viene creciendo por encima de EE.UU. con un 0,8%, Alemania 1,3% y Chile 1,7%.

Gonzalo Gómez Betancourt
20 de julio de 2016

Considero grave el ciclo perverso de hablar mal de la economía en el que están incurriendo muchos empresarios, porque sicológicamente alejan las posibilidades de inversión que necesitamos para adaptarnos a las nuevas condiciones de los mercados. Ser positivos no significa negar la realidad, significa encontrar caminos de adaptación porque siempre hay salidas.   

Algunos empresarios han llegado a decir que el gobierno Santos está maquillando las cifras, lo cual no es así, porque éstas concuerdan con las provenientes de entidades internacionales como el FMI y la Ocde, cuyos análisis económicos muestran que en el 2016 Latinoamérica tendrá un decrecimiento económico del 0,9%, generado especialmente por las economías de Brasil, Venezuela, Ecuador y Argentina que han decrecido en el 2016, solo Perú y México han crecido por encima del 2,8%. Colombia sí logra superar rápidamente las dificultades generadas por el paro camionero, podrá crecer al 2,4% en lo que resta del año, lo que nos deja en una situación media, teniendo en cuenta que la economía mundial aspira a crecer al 3,2%.

Esta tendencia negativa frente a la economía se evidenció desde principios del año por parte de algunos analistas. El 13 de enero de 2016, en contra de todos esos pronósticos escribí una columna titulada: “El 2016, el año de los industriales colombianos”, nadie le apostaba a que la industria tuviera un desempeño como el que acaban de demostrar las cifras. 16 de los 24 sectores que se miden han crecido entre los que se destacan la industria manufacturera, la construcción, el sector financiero, las actividades inmobiliarias, la industria de comestibles, bebidas refrescantes  y servicios. Cuando uno entra a analizar lo que está pasando, solo han decrecido los sectores petrolero y minero y, pese a todo, en esos sectores también se están haciendo negocios.

¿Por qué ha crecido la industria en otros sectores, sin duda porque antes no tenían una tasa de cambio favorable para la exportación y ahora sí la tienen, el gran problema entonces es de algunos empresarios que no se preparan para afrontar a tiempo la volatilidad del mercado y buscar las herramientas necesarias para cambiar su estrategia de producción y comercialización. Al empresario que le está yendo bien es a aquel que se mueve, que busca caminos para enfrentar los desafíos del mercado y al empresario que le va mal es aquel que se queda en su nicho de mercado y no hace nada distinto a criticar. Es deber de cada empresario buscar nichos de crecimiento.

Por todas estas razones estoy convencido de que el pesimismo es poco argumentado. Por ejemplo la industria de la construcción ha crecido un 5,2%, quién puede poner en duda esa cifra si basta con salir de la casa para ver que en todas las ciudades y municipios de Colombia se están haciendo edificios, condominios, casas en los diferentes estratos socioeconómicos.  

Por solo citar algunos ejemplos, la semana pasada me reuní con un empresario en Cali que cuestionaba las cifras y culpaba al gobierno Santos de la situación. La primera pregunta que le hice fue a qué sector pertenece y en efecto era al petrolero que ha decrecido un 4,6%, por lo cual su decrecimiento es real pero la responsabilidad directa no es del gobierno sino del precio internacional del crudo, que afecta la economía nacional. Y le pregunté ¿Qué ha hecho para mover su negocio en otros sectores, ha cambiado su estrategia? Nada, solo criticar.

Los petroleros cuando tenían ganancias muy importantes, no les parecía que el Gobierno era ineficiente en el manejo de los recursos, empezaron a hacer bulla cuando se les bajaron las ganancias, pero en tiempos de vacas gordas, ninguno de ellos previó lo que podía pasar. Frente a la baja en el precio del petróleo, éste como cualquier gobierno le hubiera tocado subir los impuestos, nadie duda que en ese sentido haya ineficiencia porque la Dian sigue apretando a la misma base de contribuyentes en lugar de buscar a los evasores, a todos aquellos que tienen que pagar y no lo hacen, eso ha sido el gran problema no sólo de éste sino de todos los gobiernos.

Otro empresario que también comenta lo mal que está la economía colombiana, ha logrado en lo corrido del año que su facturación pasara de 3 mil a 10 mil millones. Sin embargo sostiene que el crecimiento de su empresa no tiene nada que ver con el Gobierno, porque lo que hizo fue cambiar su estrategia de importador a exportador. Si hizo bien la tarea y eso es lo que tienen que hacer todos, pero entonces ¿Qué sentido tiene hablar mal si es el mismo está demostrando que hay caminos para salir adelante?  

A un floricultor le pregunté ¿Cómo estuvo San Valentín? Y me contestó: “Finalmente podemos sonreír, superamos los dos años anteriores en ventas, incluso con un superávit”.

Algunos empresarios sentimos profundo malestar cuando de dientes para afuera escuchamos a algunos de nosotros decir que el país va mal, pero de puertas para adentro el negocio va bien.  Así las cosas sólo queda llamar a la reflexión a todos los colombianos y en especial a los empresarios que este negativismo no nos conduce a nada distinto de crear una alarma nacional e internacional que puede empeorar la situación.

La principal recomendación es mirar las oportunidades internacionales. En especial la exportación de productos y servicios. En una primera fase hay que aprovechar la tasa de cambio para hacer sostenible la exportación, para luego crear las condiciones de productividad que necesita su industria con el fin de no depender de la tasa de cambio.

Es necesario buscar la adaptación de productos y servicios a eso nuevos nichos de mercado que están en crecimiento y analizar también la opción de hacerle frente a este tema en la sustitución de importaciones con productos nacionales que hagan permanente la estabilidad en materia prima.

El país con todo y sus problemas está creciendo bien frente al resto Latinoamérica y muchos otros países. Como muchos colombianos de bien deseo es trabajar en pro de un país mejor, de encontrar salidas, evitar juicios y focos de perturbación que ganan credibilidad. ¡Basta ya!, a trabajar todos por el país.