MAURICIO BOTERO CAICEDO

De aguacates y de hidrocarburos

Petro tiene razón: el aguacate y los otros productos agrícolas similares como los cítricos generan, y van a generar, bastante más empleo que el sector hidrocarburos. Es más, el futuro de Colombia está es en la agricultura especializada y no en los hidrocarburos. Pero dicho lo anterior, el planteamiento de Petro tiene enormes falencias.

Mauricio Botero Caicedo, Mauricio Botero Caicedo
4 de abril de 2018

En aras de tener un debate enriquecedor sobre la propuesta con los aguacates, creo importante aclarar que Petro nunca propuso (como lo plantea la periodista Natalia Springer en reciente artículo en ‘Las2orillas’) que en vez de tanquear los carros con gasolina, lo hiciéramos con aguacates. Lo que Petro señaló en Twitter es: “Realmente tenemos un proyecto de generación de empleo más poderoso que Duque. El petróleo da 50.000 puestos de trabajo, el aguacate y similares si se cultivan las tierras fértiles dan dos millones de puestos de trabajo rurales y medio millón industriales”.

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Cuando a Aristóteles le hicieron notar que algunas de sus afirmaciones contradecían a las de su maestro y amigo, respondió: “Soy amigo de Platón, pero más aún de la verdad”, y debo confesar que soy un profundo admirador de Iván Duque, pero en este caso, con enormes limitaciones en el tiempo y el espacio, Petro tiene razón: el aguacate y los otros productos agrícolas similares como los cítricos generan, y van a generar, bastante más empleo que el sector hidrocarburos. Es más, el futuro de Colombia está es en la agricultura especializada y no en los hidrocarburos. Pero dicho lo anterior, el planteamiento de Petro tiene enormes falencias por varias razones, entre ellas:

  • El aguacate, como los cítricos y otros productos agrícolas similares, es de larga maduración. Los primeros frutos comercializables salen a los cuatro años y la producción solo se estabiliza en el año cinco. Aún en la muy remota posibilidad de que Petro llegue a la presidencia en el 2018, y que de llegar proceda de inmediato a ejecutar durante dos años un programa masivo de siembra de aguacate y otros similares, el grueso de la producción saldría a los mercados en el año 2025, fecha en que muy probablemente Petro será un pensionado más.
  • Las tierras en Colombia para la siembra de aguacates son limitadas. En general, las tierras aptas para la variedad Hass, que es la única que realmente tiene mercado internacional, están entre los 1.800 y 2.500 metros de altura. Las áreas disponibles, con agua y vías de acceso, aptas para la siembra del Hass, distan mucho del millón de hectáreas de que habla el Ministerio de Agricultura y los 2 millones de Petro. Muy posiblemente la cifra no sobrepasa las 300.000 hectáreas.
  • El penetrar los mercados internacionales es un esfuerzo de largo alcance. México, que hoy en día exporta cerca de dos millones de toneladas de aguacate que representan del 49 por ciento del comercio mundial de este fruto, lleva cerca de sesenta años abriendo mercados. El aguacate le genera a México ingresos cercanos a los US$2.800 millones anuales, cifra casi siete veces inferior a sus exportaciones de petróleo.
  • La generación de empleo es importante, mas no en las magnitudes que aspira Petro. México, con 120.000 hectáreas, genera 187.000 empleos, o sea un poquito más de una persona y media por hectárea. Para llegar a los dos millones de empleos de que habla Petro, se necesitaría sembrar más de un millón trescientas mil hectáreas de aguacate y relacionados, cifra casi imposible de lograr en el corto o mediano plazo.

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Sin embargo, el mayor error de Petro es el creer que a corto plazo se pueden reemplazar las exportaciones de hidrocarburos, que hoy en día sobrepasan los US$12.000 millones, por las exportaciones agrícolas nuevas.

Algunos estudiosos han hecho cálculos que asumiendo el rendimiento por hectárea promedio del país que es de 9,3 toneladas, un precio por kilo de exportación de $6.000 y una utilidad antes de impuestos del 25% sobre la venta, daría que para compensar el ingreso del petróleo se necesitarían 3’560.994 hectáreas sembradas de aguacate, área de tierra apta que obviamente no está disponible en Colombia.

El autor de esta nota es un firme creyente que el motor de combustión interna tiene los días contados y que el futuro del petróleo, al estar atado al transporte alimentado con combustibles líquidos, es negro. Pero ese cambio se va a dar es en 20 años y no en un cuatrienio.

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En el 2018 las exportaciones de petróleo pueden alcanzar los US$20.000 millones. Ecopetrol, empresa estatal tuvo utilidades en el 2017 por valores cercanos a los $6 billones, siendo esta la industria que más representa al PIB nacional.

Sería una equivocación de tamaño gigantesco el que Colombia a largo plazo apueste su futuro en los hidrocarburos, pero afirmar que en un periodo de cuatro años las exportaciones de aguacate y productos similares le pueden hacer mella a las exportaciones de hidrocarburos es de una ingenuidad rayana en la demencia.