CLAUDIA VARELA

Daños colaterales: el caso Paula

Un buen líder mitiga los riesgos, no fracasa, se divierte y sigue caminando.

Claudia Varela, Claudia Varela
5 de agosto de 2018

Si vemos la definición literal de fracaso, es un resultado adverso en una cosa que se esperaba sucediese bien. Un suceso adverso e inesperado. Dado que la naturaleza humana es al control pero que no controlamos en realidad ni la mitad de lo que ocurre a nuestro alrededor es ridículo sentir que se fracasa.

La sabiduría popular habla de que algo “tenía que pasar” “no te convenía”. Puede ser cierto. Creer que en nuestras manos está cambiar algo que ya pasó o corregir algo que no lo fue es un poco tonto, ya que si fue así, es porque tenía que ser así.

Nada sería fracaso si pensamos en que la vida fluye como debe fluir y por tanto lo que ocurren son situaciones, no problemas ni fracasos.

Mi amiga Paula se quedó un buen día sin trabajo. Miembro de la Junta Directiva de su empresa, con resultados técnicos comprobados y un profesionalismo increíble, simplemente un miércoles se quedó sin trabajo. La experiencia fue nueva para ella, se sentía mal porque además las razones por las cuales salió de esta tempestuosa manera solo eran parte de una estrategia personal de alguien al que no le gustaba.

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Por meses, Paula no entendía por qué varios le decían que eso debía ser un golpe al ego muy fuerte. Ella no sentía el ego golpeado porque, si bien entendía sus limitaciones como ser humano, también era cierto que era inteligente y profesional, y le había dado mucho a su empresa.

Paula no entendía por qué había gente tan mala que podía querer hacer daño. Pero un día entendió algo… esto tenía que pasarle para hacerla despertar, para mostrarle una misión diferente que no iba a lograr solo encerrada en una oficina.

Paula nunca vio esto como un fracaso, sino como una oportunidad. Había aguantado en un ambiente que no era el suyo porque debía hacerlo, pero su vida ahora tenía otro sentido. Tuvo que ajustarse en algunas cosas, menos viajes, menos lujos, más jeans, más tiempo para ella, menos estabilidad en un sueldo mensual, pero la felicidad absoluta de hacer algo que tiene más propósito para ella.

Paula no solo perdonó, sino que entendió que eso no fue un fracaso. Había que agradecer al universo por una posibilidad de vida que la dejara encontrarse con su esencia que de alguna forma alcanzó a mercadear en una empresa que no era la correcta.

¿Cuáles son los daños colaterales de una decisión así? Podrían ser todos… quizás Paula pudo deprimirse, invertir mal la plata de su salida, sentarse a esperar que un head hunter tuviera la piedad de acordarse de ella… Paula jugó sus cartas y siendo una ejecutiva con una capacidad estratégica en su cabeza, puso los huevos en varias canastas y empezó a ayudar al universo con la misión que le dio.

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Paula se auto-gestionó, empezó a encontrar sin prisa su nuevo camino y realizó una detallada mitigación de riesgos que gerenció bien y hoy le permiten tener su propio emprendimiento. Paula entendió que el “fracaso” existe en la cabeza y en lo que los demás creen. Estas situaciones adversas, donde seguro Paula también tuvo algo que ver para que la despidieran, dejan aprendizajes, enseñan cosas que no sabes de ti mismo, te hacen más fuerte, te vuelven más sabio. Te dan un conocimiento y experiencia que no pueden aprenderse en un libro, en un video o en un Ted-talk.

Esa es la vida. La dulce Paula hoy recibe una linda energía del sol al que ve cuando quiere, de la gente que la ve y la respeta, de su familia que la quiere y de los nuevos seres que conoce que aman a la nueva Paula por lo que es y no por lo que parecía.

Que viva el fracaso o la adversidad porque te dan la experiencia para gozarte la vida de una manera diferente. Gracias Paula por lo que me has enseñado, particularmente que fallar divierte y que siempre hay luz al final del túnel, un día mas para celebrar tu vida, una tarde entera para dar la calidez de unos ojos y la pasión comprometida de una sonrisa.

Un buen líder mitiga los riesgos, no fracasa, se divierte y sigue caminando.

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