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Contrastes de un país entre Oriente y Occidente

Aunque Turquía ha logrado importantes victorias económicas, es un país de contrastes que requiere de reformas dramáticas y democráticas para estabilizarse políticamente. Opinión de Maria Alejandra Gonzalez-Perez.*

Maria Alejandra Gonzalez-Perez, Maria Alejandra Gonzalez-Perez
5 de agosto de 2013

Turquía ha sido el puente de conexión entre Oriente y Occidente, y dada su ubicación entre Europa y Asia, ha sido un país de contrastes, diversidad cultural, y una sociedad que se disputa entre ser moderna o tradicional. Pese a que la mayoría de su población es musulmana, por más de 80 años ha sido gobernada por principios seculares liderado por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), propuestos por el padre de la República de Turquía, Mustafá Kemal Ataturk, quien liberó en 1923 a Turquía del imperio Otomán que gobernaba al país desde el año 1299.

Ataturk con el objetivo de lograr un cambio cultural estructural, estos principios seculares fueron impuestos a través de reformas para Occidentalizar el país como por ejemplo: cambiar el alfabeto arábico y adoptar el abecedario latino, la abolición del Sultanato, Califato, la supresión del poder de los líderes religiosos, la clausura de escuelas de formación religiosa.

El legado de Ataturk es considerado para algunos como una semi-religión, la cual es venerada por algunos, pero otros consideran que el Estado esta usándolos para oprimir al pueblo turco. En el año 2002, en medio de la mayor crisis económica del país, y con una depreciación de la Lira Turca del 100%, inflación de tres dígitos, y el PIB contraído en más del 5%, el partido AKT ganó las elecciones parlamentarias logrando la mayoría de las posiciones. Al partido AKT, se le adjudica la recuperación del país a través de reformas fiscales, y estímulos a la demanda interna.

Por otro lado, desde 1978, Turquía se ha encontrado en conflictos políticos y armados con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), y su brazo armado (Fuerzas de Defensa Popular), quienes debido a no encontrar identidad con los valores seculares de Ataturk, ha resistido y buscan la independencia de los Kurdos (minoría étnica ubicado en territorio entre Irán, Iraq, Siria y Turquía). Adicionalmente a esto, el conflicto interno en Siria entre el gobierno y los grupos de oposición han causado la llegada de flujos de cerca de 400.000 refugiados a Turquía.

Turquía registra actualmente el desempleo (9,2%) más bajo en los últimos 11 años, el país ha estado implementando reformas económicas y legales para facilitar los negocios, y la presencia de empresas internacionales. Está ubicado actualmente en la posición 71 (de 185 países) del índice de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, el lugar 60 (de 177 países) en el Índice de Libertad Económica del Heritage Foundation, y en el lugar 54 (de 176 países) en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional.

Respecto a los aspectos culturales distintivos en Turquía, el profesor Dr. S. Tamer Cavusgil de Georgia State University, describe en la conferencia anual de la Academy of International Business (AIB 2013), como los turcos se distinguen por su habilidad para improvisar, y resolver problemas, explica como para los turcos existe una gran importancia en la formación de construir capital social, y para esto las normas sociales giran en torno a la paciencia, y a la confianza.

Sumado a las características culturales y los conflictos políticos en el país, Turquía cuenta con desigualdades de género. La Decana de Administración de Sabanci University en Estambul y actual Presidente de AIB, Dra. Nakiye Aydan Boyancigiller, expone como la participación laboral de las mujeres solamente alcanza el 26%, y el gobierno se ha puesto la meta de lograr aumentar la participación femenina en el mercado laboral a 35%. En algunas empresas familiares, se puede observar la participación de mujeres en cargos directivos. Para lograr cerrar la brecha diferencial de género en este país, los retos más grandes están en incentivar que las mujeres aumenten los niveles y calidad de escolaridad.

Sin embargo, hasta los años ochenta en Turquía solo existían universidades públicas, y actualmente existen más de 170 universidades, muchas de ellas con limitaciones de recursos financieros y humanos, lo cual no solo afecta la brecha de género, sino que cuestiona la sostenibilidad de la competitividad del país.

* (PhD). Departamento de Organizaciones y Gerencia, Universidad EAFIT.