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Conflictos ponen en peligro supervivencia de la empresa familiar

Los conflictos que tienen que ver con el personal de una empresa, pueden afectar su estabilidad máxime si se trata de una Empresa Familiar, teniendo en cuenta que más del 80% del total de estas en el país son de carácter familiar. Opinión de Raúl Serebrenik G.

Dinero
13 de noviembre de 2012

Para hablar de conflictos es importante establecer que éstos se pueden definir como la dificultad que existe entre dos o más miembros de la familia que no comparten la misma visión frente a uno o varios temas específicos.

Hay diferentes tipologías que pueden presentarse en cualquiera de las tres áreas que conforman la Empresa Familiar, como son: La familia, la Empresa y el Patrimonio. En este orden de ideas, los conflictos de la familia son más de tipo psicológico o también de tipo emocional, en los cuales se entra en conflicto simplemente porque un hermano no se entiende con otro, porque se presentó un divorcio o porque el padre favoreció más a un hijo que a otro en lo referente al poder o a la asignación salarial, solo por mencionar algunos bastante comunes.

Hay conflictos en la empresa que se derivan de circunstancias en el manejo de la misma, como por ejemplo que un miembro de la familia se oponga a la valoración de la compañía o creerse la persona más idónea para manejar un cargo específico por el solo hecho de ser integrante de la familia.

En el aspecto patrimonial hay una serie de conflictos derivados de los temas inherentes a la propiedad, como las políticas de distribución de los dividendos y la sucesión, porque no hay determinadas empatías o reglas claras de juego en diferentes temas referentes a la propiedad. Es importante tener en cuenta que los conflictos no son necesariamente negativos; para muchas Empresas Familiares se constituyen en una oportunidad para crecer, desarrollar la empresa o encontrar nuevos caminos.

Hay conflictos mayores o irreconciliables, como por ejemplo cuando al pasar de la primera a la segunda generación, dos hermanos tienen puntos de vista opuestos sobre el rumbo que debe tomar la empresa y en esos casos es posible que lo mejor es venderla; o cuando hay un divorcio de alguno de los miembros y esto afecta el patrimonio de la empresa. En este tipo de casos, no hablaríamos de una resolución de conflictos, sino de un mecanismo más radical mediante el cual se toman decisiones tajantes cuando estos procesos son bastante traumáticos, donde se busca salvaguardar la empresa probablemente por encima de los intereses personales de un solo miembro de la familia.

Los diferentes tipos de propietarios
Lo más importante es entender cuáles son las causas que generan los diferentes conflictos. En la práctica de la consultoría, es posible detectar que estos se dan de acuerdo a la posición en que se encuentra cada uno de los integrantes de la empresa. Es decir, una cosa es lo que puedan querer los miembros de la familia que no trabajan en la empresa y son propietarios, otra los miembros de familia que trabajan en la empresa y son propietarios, y otra los que no son propietarios, pero trabajan en la empresa.

En un momento dado puede haber posiciones disimiles porque cada uno de estos grupos tiene intereses particulares, por lo que otro aspecto a tener en cuenta es establecer principios y valores que busquen el interés colectivo sin ir en lo posible en contravía con los intereses individuales.

Cuando en una Empresa Familiar hay diferentes tipos de propietarios y de trabajadores siempre puede haber conflictos latentes, por lo que otro aspecto importante a tener en cuenta es que los miembros de la empresa que manejan la Oficina Familiar o el tema de Recursos Humanos estén atentos a hacerle seguimiento a cualquier situación que genere roces.

Si bien no hay estadísticas que confirmen si en las Empresas Familiares se generan mayores conflictos que en las no familiares, sí hay algunos estudios como el de la profesora italiana Montenerlot, en el cual se demuestra que el tema de los conflictos si cobra mucha importancia en las Empresas de Familia, pues está comprobado que aquellas que han logrado sobrevivir por muchas generaciones y trascender es porque han generado unos mecanismos de resolución de conflictos efectivos; y es claro que tienen conflictos, pero de antemano saben que van a resolverlos y eso se convierte en una clave de su éxito.

Para lograr la resolución de los conflictos es importante tener en cuenta el tipo de familia y de empresa. En muchas familias es usual encontrar un tío (por ejemplo) que siempre ha cumplido el rol de mediador porque es un personaje en el que la mayoría de los miembros cree y confía, que de alguna manera tiene la autoridad moral y asume ese rol, entonces se le suele llamar para que sirva de mediador ante un conflicto que se da entre los miembros de la familia, pero que afecta directamente los intereses de la empresa. En otros casos, cuando el conflicto es generado por el choque de intereses individuales de los diferentes miembros de la empresa sobre decisiones trascendentales, es aconsejable recurrir a un asesor externo que tenga una posición objetiva frente a las partes en conflicto.

Los conflictos son parte de la vida cotidiana de toda familia, la diferencia entre una familia funcional y una familia disfuncional, es que la disfuncional no sabe resolver sus conflictos frente a la otra que no solo sabe resolverlos sino que en algunos casos, saca provecho del conflicto generando dinámicas de crecimiento y maduración para convertirse en mejore propietarios, mejores miembros familiares y mejores empresarios.

Asesor para Empresas de Familia. Experto en temas patrimoniales, legado y riqueza.
rauls@fcwpc.com