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¿Cómo eres innovador?

Uno de los miedos más generalizados que existen frente a la innovación, es que se cree que se debe tener la genialidad de Steve Jobs o Walt Disney para encontrar aquella idea que revolucionará el mundo.

Juliana Sánchez Trujillo
22 de noviembre de 2016

Lo que muchos ignoran, es que la innovación no se trata de las ideas, sino de las transformaciones que generan cambios sostenibles y que se traducen en valor. No se necesita ser genio para innovar, sino de disciplina y trabajo exhaustivo para sacar las ideas adelante.

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Para lograrlo, se necesita trabajar en equipo, y por eso es vital entender para qué somos buenos, y es aquí donde el conocimiento de los perfiles de innovación puede generar valor. La pregunta en innovación no es qué tan innovador eres, sino cómo innovas. Las investigaciones del doctor Gerard Puccio, Director del Centro Internacional de Estudios en Creatividad, se han enfocado en estudiar estos perfiles, identificando así, a cuatro preferencias de pensamiento que son: clarificador, ideador, desarrollador e implementador. Vale la pena aclarar que al ser preferencias, estos perfiles no hablan de habilidad, sino de cómo fluye la energía a la hora de resolver problemas, es decir, qué tipo de actividades se nos facilitan a la hora de innovar.

Estos perfiles, responden a nuestra forma natural de resolver problemas y es por eso que el clarificador, es una persona enfocada en entender las situaciones, recoger datos y comprender el contexto. En otras palabras, su fortaleza es la de analizar la situación. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado, pues se puede sufrir de parálisis por análisis evitando que se alcancen resultados.

Por su parte, el ideador es una persona que está en una constante búsqueda de soluciones. Su fortaleza entonces es la generación de ideas, y el imaginar futuros posibles. Esta capacidad de visionario permite plantearse diferentes escenarios y campos de acción en el futuro. Pero aunque esto es sumamente importante para innovar, se debe ser cauteloso, pues los ideadores tienden a tener dificultades para aterrizar sus ideas.

Por otro lado, encontramos a los desarrolladores. Este perfil está orientado a perfeccionar las soluciones y por tanto, son personas muy buenas para trabajar en los detalles y asegurar que las soluciones estén lo suficientemente fuertes para salir al mercado. La dificultad de este grupo radica en que a veces pueden tender al perfeccionismo, haciendo que la implementación de las ideas sea lejana y en ocasiones pierda su componente de oportunidad.

Finalmente, los implementadores, son aquellos que cuentan con la energía para hacer, y por tanto son los líderes que impulsan la acción. Ellos pueden llegar a ser un poco intensos, por lo que pueden generar alto estrés en el equipo, pero son aquellos que promueven que las cosas sucedan.

Todos estos perfiles son importantes pues responden a diferentes actividades que son necesarias en todo proceso de innovación. Por tanto, lo ideal es conformar equipos con mezclas equilibradas de formas de pensar. Sin embargo, cuando no se tienen, la respuesta se encuentra en la formación, pues como hablamos de preferencias, todos estamos en capacidad de desarrollar todas las habilidades requeridas en el proceso.

Además, conocer los perfiles puede ayudar mucho no solo a alcanzar resultados, sino también a gestionar las dinámicas grupales, pues reconocemos que la regla de oro ha cambiando, la cuestión no es tratar a otros como quieres que te traten a ti, sino tratarlos como ellos quieren que los traten.

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