Opinión on line

Comisionistas antecedentes y perspectivas

La actividad de corretaje de valores en Colombia ha estado presente desde las primeras décadas del siglo XX, sin embargo esta actividad no ha sido predominante dentro de los servicios ofrecidos por el sector financiero.

Invitado
26 de agosto de 2013

En parte no ha sido predominante dentro de esa industria debido a un bajo desarrollo del mercado financiero local y también por un bajo desarrollo industrial, lo que ha llevado a que sean los establecimientos bancarios los principales proveedores de recursos financieros para la actividad económica.

Con la conformación de las bolsas de Bogotá, Medellín y Occidente, las firmas comisionistas de bolsa se consolidaron como un sector de servicios especializados en corretaje de títulos valores, que atendía principalmente a bancos, aseguradoras, fiduciarias, grandes empresas y algunos clientes acaudalados en el manejo de sus inversiones, la característica principal de su negocio era la baja relación entre capital propio de la firmas y el monto de las operaciones que manejaban, pues la actividad de corretaje de valores era principalmente de intermediación, y las operaciones de los clientes eran realizadas prácticamente sin ningún apalancamiento.

Con la creación en 2001 de la Bolsa de Valores de Colombia, el negocio de los puestos de bolsa giro hacia la atención de clientes especializados y la gestión de portafolios con recursos propios compuestos principalmente por TES y en menor medida de acciones de empresas colombianas, durante varios años esa fue la principal fuente de rentabilidad de las comisionistas de bolsa ya que la deuda pública y el mercado accionario se valorizaron constantemente desde 2003 hasta 2006.

Como consecuencia de la concentración de los portafolios y un alto apalancamiento de los clientes y las mismas comisionistas de bolsa, en el primer semestre de 2006 la bolsa tuvo una corrección brusca de los precios en ambos mercados, esa fue la primer crisis severa que afronto el sector en el contexto de la BVC, varios puestos de bolsa acumularon pérdidas millonarias asociadas a su exposición al riesgo de mercado de sus portafolios, y al riesgo de crédito de sus clientes, ahora insolventes pero apalancados con los recursos de las firmas, la necesidad de recursos las llevo a que liquidaran portafolios de clientes y propios a precios de mercado, acumulando aun mayores pérdidas en sus balances.

La mencionada reversión súbita de los precios de los activos en el primer semestre de 2006 llevo a que el negocio de posición propia de las firmas comisionistas se terminara casi por completo, ahora ese negocio era percibido como riesgoso, igualmente las cuentas de margen para clientes fueron suspendidas como producto. El efecto posterior sobre el mercado fue una disminución del volumen negociado especialmente en el mercado de acciones y una alta volatilidad en el precio de los activos financieros locales, así como la liquidación de algunas firmas o su fusión obligada y por supuesto la disminución de sus ingresos.

Los puestos de bolsa respondieron a esa mengua en sus ingresos creando nuevos productos menos riesgosos, que exigían menos capital e inversión en infraestructura tecnológica, los APT (administración de portafolios de terceros) la administración de carteras colectivas, el factoring, la recepción de remesas, y más recientemente el e – trading son ejemplo del acomodamiento que han tenido que hacer las firmas en su portafolio de servicios para generar ingresos e incorporar en su base de clientes a las personas naturales, especialmente después de la emisión de acciones de Ecopetrol a finales del año 2007.

Al tiempo como las comisionistas de bolsa ofrecían nuevos servicios, la regulación en materia bursátil también tuvo cambios, nuevas normas pusieron limites al apalancamiento que podía una firma ofrecer a sus clientes y obligaba a la incorporación de análisis y políticas de riesgo de crédito para el otorgamiento de cupos de crédito, a su vez la Superintendencia Financiera estableció la separación de las áreas de negociación para clientes, la posición propia de las firmas y las carteras colectivas.

Pese a los cambios que ha tenido el sector, la mayor parte de las firmas que operan en el país aun son empresas familiares, donde una parte significativa de los recursos administrados son de sus mismos propietarios, esto se evidencia en el hecho de que solamente una de las comisionistas de bolsa del país se encontraba listada en la Bolsa de Valores de Colombia, la ahora en liquidación Interbolsa, y que de las 86 comisionistas de bolsa inscritas en el RNVE (registro nacional de valores y emisores) la mayoría estén canceladas y solamente 26 estén activas en la actualidad, es decir solo el 30%.

Con la integración de las bolsas de valores de Chile, Perú y Colombia en el MILA además de la confirmada adhesión de la bolsa México y la conformación del mercado global colombiano, el mercado financiero local ha venido ganando mayor sofisticación y complejidad, así mismo los flujos de inversión extranjera hacia Colombia han aumentado y algunos bancos extranjeros han comprado firmas locales como Bolsa y Renta por Itaú de Brasil, Correval por Procedit de Perú, y las comisionistas de Banco Santander y Helm Bank pasaron a manos de Corpbanca de Chile que compró ambas instituciones en Colombia.

Por su parte algunos bancos locales han fusionado sus firmas de bolsa o comprado otras, con lo cual se perfilan desde ahora como grandes jugadores en la industria, así lo evidencia el último informe de la Superindentencia Financiera de mayo de 2013 sobre las principales variables de las sociedades del mercado de valores, no es casualidad que las primeras cuatro firmas con mayores utilidades sean propiedad de bancos locales o extranjeros, que se han percatado que es más barato ingresar al mercado colombiano comprando puestos de bolsa que adquiriendo grandes bancos locales que se han vendido en promedio por tres veces su valor patrimonial. En contraste las que tuvieron mayores pérdidas son pequeñas firmas independientes con patrimonios menores a los diez mil millones de pesos.

Lo anterior marcará que la tendencia de las firmas comisionistas de bolsa en los próximos años sea fusionarse para crear firmas más grandes en cuanto a patrimonio y solidez financiera; conseguir un socio con suficiente capital para que puedan realizar las inversiones necesarias en infraestructura tecnológica y financiamiento de actividades de banca de inversión; o ir desapareciendo lentamente por no poder competir en costos de transacción para clientes y tampoco encontrar cupos de crédito para la operación diaria, ni poseer el músculo económico para participar en estructuraciones financieras de inversiones en proyectos de alta envergadura como las obras de infraestructura planeadas por el gobierno nacional. Esto último ha sido el caso reciente de Asvalores que pasó a manos de Global Securities y Acciones de Colombia quien solicito la suspensión voluntaria de sus operaciones al iniciar la semana pasada.

Las firmas comisionistas de bolsa tendrán que ajustarse a los nuevos retos que impone un mercado financiero local más abierto, profundo, sofisticado e interconectado con los mercados internacionales, donde el tradicional negocio de intermediación de valores ya no es el núcleo y donde los servicios de administración de portafolios, research equity, constitución y administración de fondos de capital privado y las actividades de banca de inversión son las unidades de negocio que resultan ser más rentables pero que requieren inversiones en aumento de patrimonio, solidez financiera y un recurso humano altamente técnico.

Opinión de:Camilo Díaz, coordinador de la Unidad de Análisis del Mercado Financiero UAMF.
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia.