CAMILO DÍAZ

La política productiva vuelve a estar vigente

Por décadas se insistió en que los países abandonaran sus intentos de desarrollar la industria local y que al contrario se enfocaran en sus ventajas comparativas.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
30 de mayo de 2020

Ahora que la crisis económica mundial que desató el coronavirus ha impactado bruscamente a todas las economías, inclusive aquellas con alto grado de industrialización, es evidente que la política de desarrollo productivo es necesaria y vuelven a estar vigente en la agenda económica del presente, y como mecanismo que se debe implementar en el futuro inmediato para mitigar los efectos en el empleo, en la economía, y en la sociedad que va a dejar la propagación del coronavirus a nivel mundial.

El simple hecho de que los países cerraron sus mercados para la exportación de materiales e insumos de salud como vacunas, instrumental quirúrgico, respiradores para las Unidades de Cuidados Intensivos, tapabocas y guantes de látex, muestra que es indispensable tener capacidad productiva, porque las cadenas globales de suministros al contrario de lo que se daba por hecho son vulnerables, y pueden cerrarse en cualquier momento ya sea por decisiones unilaterales, o como en el caso actual porque las industrias se ven obligadas a parar la producción para aislar a sus trabajadores, y porque el abastecimiento interno va a primar antes que el suministro al extranjero. A eso se suma que en el pico de la crisis varios de los países productores de insumos de salud decidieron acopiarlos como una medida de precaución frente al riesgo de un brote mayor de coronavirus que el que finalmente sufrieron.   

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Por otro lado, por el cierre de las fronteras y la disminución del comercio internacional para evitar la propagación, las empresas con operación multinacional van a descubrir que tener la mayoría de su producción localizada lejos de su mercado principal o casa matriz, y concentrada en uno o pocos países, representa varios riesgos. Primero, quedar desabastecidas por un cualquier evento que afecte el tránsito de personas y mercancías. Segundo, las sobreexpone a la volatilidad de los mercados financieros, y les resta capacidad de maniobra para tomar decisiones corporativas. Tercero, acceder a los rescates y planes de estímulo económico en sus jurisdicciones es mucho más complejo cuando el grueso de su operación y empleos están en el extranjero. Peor cuando los impuestos los pagan afuera. Avianca, por ejemplo, se encontró que mientras su domicilio son los Estados Unidos, intentaba buscar un rescate del Gobierno colombiano.

En la medida que el coronavirus infecto a la economía global y destruyó millones de empleos los países van a empezar a implementar políticas para proteger sus mercados internos y tratar de recuperar rápidamente sus economías. Aunque la mayoría de las economías industrializadas han predicado dejar el desarrollo de políticas productivas a cargo de las fuerzas del mercado, en la práctica las desarrollan decididamente, al nivel de tener manuales para ese fin e instituciones para diseñar y cumplir metas en dicho aspecto. De esa manera lo que vamos a ver en adelante son economías impulsando sus aparatos productivos a través de políticas productivas para restablecer los empleos que se destruyeron, evitar perder terreno o ganar cuota de mercado frente a sus rivales en lo que consideran sectores estratégicos, como la biotecnología, el sector farmacéutico, la electrónica, el machine learning, y las energías renovables. 

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Desde un tiempo atrás varias empresas con operaciones globales venían con un proceso de retorno de sus operaciones buscando esquivar los riesgos de los conflictos comerciales, y el aseguramiento de sus mercados domésticos y disminución de costos, ya que la ventaja inicial de mano de obra barata en otras latitudes se ha ido cerrando conforme los trabajadores han ascendido socialmente y piden mejores condiciones laborales. Además es previsible que los retornos medidos en dólares de las inversiones en el extranjero caigan bruscamente como consecuencia de tipos de cambios depreciados y economías duramente golpeadas con grandes déficits fiscales.

Para Colombia será una necesidad implementar decididamente una política de desarrollo productivo que vaya más allá del simple apoyo con crédito y liquidez a las empresas, en el momento empiezan a tener sentido los programas de compras públicas, el pronto pago a las mipymes, evaluar los efectos de los tratados comerciales en el aparato productivo, tener mecanismos para reducir la incertidumbre cambiaria, proteger los sectores de la competencia desleal en el comercio internacional, y sobre todo contar con instituciones que coordinen metas de desarrollo productivo. No debe volver a pasar que quedemos desabastecidos de guantes, respiradores, o simples tapabocas por que la cadena de importaciones se bloqueó.