ALEJANDRA CARVAJAL

Colombia: siempre adelante

Los bajos precios del petróleo alertan al mundo entero. El coronavirus y la amenaza de una posible recesión, así como la mala calidad del aire y las heladas afectan nuestra agenda económica. Sin embargo estamos listos y no es el fin del mundo.

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
10 de marzo de 2020

La dinámica económica mundial está generando más interrogantes que respuestas. La semana pasada se hicieron dos movimientos que no se esperaban y que cambiaron por completo las perspectivas de crecimiento global; el primero fue el recorte en medio punto por parte de la FED, el cual se dio de manera extraordinaria, cosa que no sucedía desde 2008, año de la Gran Recesión; el segundo, el desacuerdo entre los miembros de la Opep, que generó un black monday en el mundo entero, pues ningún mercado salió indemne. El dólar alcanzó su máximo histórico, cerrando a 3.847 pesos.

Colombia tiene sus proyecciones financieras basadas en un petróleo de USD$ 60 dólares el barril, por lo que un petróleo de US$ 30 dólares barril era algo imprevisto; el déficit en cuenta corriente llegó a 4,3% del PIB en 2019 de acuerdo al más reciente informe del Banco de la República. El año pasado se registró un déficit de US$ 13.800 millones, lo cual implicó un incremento de 0,4 % con relación a 2018, US$ 753 millones más. 

En 2019 el déficit de la balanza comercial creció en un 53 % con relación a 2018, completando así seis años de números negativos. Pasó de US$ 7.039,9 FOB (Free on board) a US$ 10.769,1 FOB. De otro lado, el peso colombiano es la moneda más devaluada de la región y el cumplimiento de la regla fiscal no se ve con claridad. Economistas como José Antonio Ocampo ayer criticaron duramente al gobierno, diciendo que fue un error aprobar una reforma tributaria que disminuyera el recaudo y también lo instó a responder cómo se compensarán los menores ingresos fiscales. 

Aumentar las exportaciones, atraer más inversión extranjera y solicitar créditos pareciera la solución. La política monetaria y la fiscal deben actuar más que nunca de manera coordinada, lo cual parece estar sucediendo. En el mundo entero los bancos centrales están bajando las tasas, medida que podría tomar el Banco de la República en su próxima reunión. Necesitamos aumentar el consumo interno. De otro lado varios bancos centrales están solicitando a los gobiernos incrementar el gasto, algo que el gobierno colombiano también puede y debe hacer como medida anticíclica.

El coronavirus por supuesto que nos preocupa; ya se han detectado tres casos. El Gobierno nacional y los distritales están tomando las medidas correctas; sin embargo, sin querer criticar sino con el ánimo de construir quiero manifestar mi queja pues al llamar a la red de urgencias esta jamás la atienden; también he intentado instalar varias veces la aplicación que el gobierno desarrollo para enfrentar el coronavirus, cosa que tampoco ha sido posible. Más allá de los anuncios hay que ser eficientes.

El Reino Unido prevé que el coronavirus implicará 100.000 personas fallecidas, un 0,15% de la población. Para Colombia aun no tenemos cálculos precisos. El Reino Unido tiene 66,44 millones de habitantes; Colombia casi 50 por lo que una simple regla de tres revelaría que en nuestro país podría haber aproximadamente 75.000 muertos por esta enfermedad. Por supuesto, el Reino Unido tiene estaciones, por lo que nuestro clima podría favorecer la menor presencia de afectados por el virus; el sistema de salud funciona de manera diferente; en Reino Unido hay más ancianos, los cuales representan la mayor parte de las víctimas. Sin embargo, salvo mejor opinión, creo que es bueno tener esta referencia, para saber a qué nos atenemos.

Problemas más locales

La mala calidad del aire, al igual que las heladas están incrementando inevitablemente el precio de los alimentos. El galón de gasolina para finales del año posiblemente ronde los 10.000 pesos; el costo de la vida aumentará más de lo previsto como consecuencia del actual precio del dólar. Viajar al exterior será más difícil, así como el pago de créditos adquiridos en el exterior, no solo para las industrias, sino también para los estudiantes beneficiarios de Colfuturo o del Icetex, o aquellos que con recursos propios pagan sus estudios en el exterior. 

No es el fin del mundo

En momentos como este pareciera solo que faltara ver zombis por las calles; estamos viviendo un escenario que nadie esperaba. Sin embargo, debo decir que nuestro país se encuentra en condiciones para afrontar el actual panorama y que como nación hemos estado inmersos en situaciones bastante más complejas. Nuestro país fue el que más creció en la región, un 3,3% en 2019  y sigue siendo uno de los mercados más atractivos del vecindario. De hecho, lo estamos jalonando.

Pagamos puntualmente, jamás seríamos un Líbano, que dejó de pagar su deuda esta semana. Nuestra economía es fuerte. Tenemos reservas suficientes para afrontar este difícil momento, así como un Fondo de Ahorro y Estabilización que respalda la inesperada bajada de precios del petróleo. En cualquier caso, estamos bien y saldremos adelante. El Gobierno y el Banco de la República están actuando de manera coordinada, lo cual da un parte de tranquilidad.

En aras de incrementar nuestros ingresos creo que se deben grabar más aquellas actividades industriales que impliquen contaminación y daños al ambiente, así como perjuicio a la salud humana; el impuesto al carbono ha garantizado un buen recaudo, más no una mejora en la calidad del aire o una disminución en los casos reportados por enfermedades relacionadas. Estas medidas ayudarían a la economía del país, así como a la salud de sus habitantes.