CAMILO DÍAZ

Coletazos de la ley de financiamiento

A cambio de tramitar una reforma tributaria el Gobierno ha ido por una ley de financiamiento y sus coletazos empiezan a verse.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
20 de octubre de 2018

La ley de financiamiento que el Gobierno viene tramitando ante el Congreso para poder financiar el presupuesto aprobado para 2019 que asciende a $259 billones, busca encontrar al menos otros $14 billones, para por un lado ayudar a financiar los $25 billones que faltan para el presupuesto del año que viene, y por el otro, mantener a raya el déficit fiscal y dar cumplimiento a la regla fiscal que busca que el déficit del Estado se reduzca al 2,2% del PIB de aquí a 2020.

En términos generales la economía nacional ha contado con la evolución positiva de algunos indicadores. La inflación está controlada y cerca al rango meta del Banrep con 3,23%. El tipo de cambio a pesar de la alta volatilidad de los mercados internacionales ha gravitado alrededor de $3.000 por dólar. El desempleo, aunque con elevada informalidad está por debajo del 10%. Y el petróleo Brent se ha mantenido arriba de US$75 el barril, favoreciendo los ingresos de la Nación y las utilidades de Ecopetrol que probablemente entregará un dividendo cercano a $9 billones el próximo año.

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Aunque hay más factores positivos que negativos, para el corto plazo viene pesando en la economía la ley de financiamiento que se está tramitando. La forma como el Ministerio de Hacienda intenta buscar el dinero que necesita el presupuesto, ya impactó la confianza de los consumidores que volvió a terreno negativo en septiembre.

El retorno del sentimiento negativo de los consumidores y su disposición para comprar bienes durables y vivienda ha coincidido con los anuncios del Ministro de Hacienda de gravar más las rentas del trabajo y personas naturales aumentando su contribución en el impuesto de renta, más los anuncios de poner el IVA del 19% en todos los productos de la canasta familiar.  

Mientras que en la teoría devolver parte o completamente el IVA a los hogares más pobres parece funcionar, en la realidad lo que sucede es que los hogares terminan con menor ingreso disponible y el único mecanismo de ajuste que tienen es reducir sus compras para ajustarse a los nuevos precios, que serán mayores en caso de que el Congreso apruebe extender el IVA a la canasta familiar o porque tendrán menos dinero si aumenta la carga tributaria.

Eso sin contar el coletazo del efecto redondeo en la inflación en los precios de los productos que se encarecerán por el IVA y porque habrá que llevarlos al siguiente múltiplo.

El ejemplo es fácil de plantear para ver lo que pasa en la economía familiar. Si tomamos una caja de huevos de 10 unidades cada una a $300 significa que antes de IVA, como pasa ahora, cuesta $3.000. Al aplicar la tarifa general del IVA del 19% esa misma caja de huevos quedará costando $3.570 ($570 son el 19% de IVA). Pero lo más probable es que en el supermercado o tienda de barrio el consumidor la obtendrá por $3600, lo que significa que pagará 20% adicional por IVA y por el efecto redondeo que habrá en la mayoría de los productos. Obviamente, eso es extensivo a la mayoría de los productos de la canasta familiar que el Ministro de Hacienda ha planteado gravar.

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Como los ingresos de los hogares no se ajustan al mismo ritmo que los impuestos que pagan, lo que va a suceder es disminución de su consumo, especialmente, aquellos que viven de ingresos informales, porque esos hogares compran diariamente en la tienda de barrio y el hecho de recibir una posible devolución de lo que paguen hoy de IVA, pero en dos o tres meses después, les impactará significativamente su flujo de caja y capacidad de compra inmediata.

En la realidad esos hogares simplemente van a ver que lo que ganan les alcanza para comprar mucho menos que antes.

Hay que recordar que las compras de los hogares contribuyen con el 65% del crecimiento, si disminuyen su consumo, el crecimiento se afectará, a menos que la inversión de los empresarios los releve o el gasto del gobierno compense.

La inversión depende de los retornos que entregue, es decir que las ventas suban, y el gasto del Estado como ya sabemos está restringido por ingresos y regla fiscal. Así que es hora de que el Gobierno y su Ministerio de Hacienda reflexionen si es el IVA del 19% a toda la canasta la mejor vía para obtener parte del dinero que se necesita.