RAÚL ÁVILA FORERO

Ciudades 24 x 7, ¿cómo hacerlas competitivas?

El ámbito urbano es fuente de enormes oportunidades económicas. Sin embargo, la aproximación tradicional a su posicionamiento en términos de oferta, gestión y modelo de negocio no ha sido lo suficientemente acertada y enfocada para maximizar todo su potencial de crecimiento, ni como polo de expansión, ni mucho menos como generador de empleo de calidad.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
24 de septiembre de 2018

Si realizáramos una proyección de una ciudad o destino en su sentido más extenso, con una perspectiva de amplitud horaria y con parámetros diferentes a los actuales, las oportunidades de crecimiento económico se canalizarían en un atractivo polo de desarrollo, enfocado en la maximización de la infraestructura existente de la ciudad, lo que generaría un potencial de desarrollo inexplorado.

Si analizamos la oferta comercial, lúdica o turística desde un espectro que otorgue mayores niveles de eficiencia a los recursos disponibles,  si valoramos cómo incrementar su competitividad a través de una propuesta de valor única y de un posicionamiento diferenciador y si todo ello se realiza bajo el prisma de la colaboración público-privada y de una estrategia con intereses alineados, posiblemente nos encontremos con la aplicación práctica de un concepto poco extendido aún que ofrece grandes oportunidades de negocio y que puede convertirse en un catalizador para el empleo, el despliegue de oportunidades comerciales, el aprovechamiento cívico y consensuado de los espacios públicos.

Me refiero con esto al potenciamiento  del concepto de Ciudades o Destinos 24 Horas, expresión que empieza a desarrollarse en diferentes ámbitos, socio económicos y culturales, como fin para innovar en desarrollo de producto, para potenciar el turismo, para fortalecer el entramado comercial, o para impulsar la dinamización de espacios desaprovechados o problemáticos.

Se trata de que la actividad comercial/industrial no cese y de que el destino se transforme continuamente a lo largo de los distintos tramos horarios, para adaptarse a las necesidades existentes o potenciales de quienes lo habitan.

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Para encontrar el camino adecuado hacia esta forma de plantear los destinos, cabe preguntarse cómo impulsar e incentivar los parámetros asociados a la competitividad de los espacios urbanos, y de la infraestructura que dé soporte a los mismos.

Ingresos, productividad, fomento de la inversión local, atracción de la inversión extranjera, pujanza de las industrias creativas e impulso de la economía naranja y otros conceptos de esta naturaleza parecen quedar diluidos en el día a día, en el que parece que aun no es viable defender una idea estratégica común que conduzca a esos derroteros, dado el desconocimiento de las ventajas, la falta de análisis de mercado focalizados a que se podría maximizar en el uso del  7x24 y, sobre todo, a superar el miedo intrínseco sobre la noche, por el miedo a los patrones de inseguridad amarrados a la falta de políticas y planes que aseguren la tranquilidad a los ciudadanos, lo que se forja en el principal derrotero a superar.

Sin embargo, solo una visión holística del destino, amparada en una idea conductora transversal es capaz de obrar ese milagro de aseguramiento del espacio de los destinos ciudades en su uso pleno. El concepto 24 Horas es una herramienta que ofrece una visión total e integradora de todos los actores y elementos que configuran la oferta y la gestión de un destino, y por ello resulta extremadamente valiosa.

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También representa retos, pero paradójicamente, los desafíos que lleva aparejados pueden encontrar solución en el proceso mismo de su activación.

Cuestiones como la seguridad, los retos normativos, la reputación del destino, la preservación de la cultura y el patrimonio, pueden ser afrontados con una estrategia en la que la lectura del territorio se haga desde la gestión de la oportunidad, no desde el parcheado a trompicones y cortoplacistas de los problemas cotidianos.

La tarea no es fácil, requiere voluntad y un cierto espíritu visionario, pero el impacto económico resultante bien vale el esfuerzo. Instituciones como el Banco Mundial, ONU- Hábitat, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Mundial del Turismo, o el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo aportan regularmente claves para la materialización de las oportunidades en los destinos.

Países como Japón están apostando por el desarrollo y mejora de las propuestas nocturnas, como objetivo estratégico desde el ámbito gubernamental. Desde el ámbito académico, son cada vez más los aportes en la materia y desde el entorno empresarial han surgido recientemente iniciativas como Tourist Motion para ofrecer soluciones prácticas a los desafíos que conlleva la implementación de una operativa de esta naturaleza. Pero el camino está aún por recorrer y pocos países y ciudades han implementado una propuesta concreta en este sentido.

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Dada la especial configuración de sus ciudades, donde habita el 80% de la población mundial y aún queda tanto por hacer, el entorno panamericano tiene una oportunidad única para liderar un movimiento como éste y convertirse en referente mundial para que las ciudades no dejen de moverse, disminuyendo el desempleo y la migración, aumentando la inclusión y mejorando la sostenibilidad en todas sus vertientes y la calidad de vida de sus habitantes. ¿Qué estamos esperando?