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Capacidad Intercultural: ¿nace o se hace?

La interculturalidad en un tema de gran importancia hoy, tanto en el mundo de los negocios como en el día a día de la vida, pues no sólo se trata de saber cómo conseguir un negocio en otro país sino como administrar las relaciones interpersonales. Opinión de Cristina Robledo Ardila.

Dinero
14 de mayo de 2012

La interculturalidad en un tema de gran importancia hoy, tanto en el mundo de los negocios como en el día a día de la vida, pues no sólo se trata de saber cómo conseguir un negocio en otro país sino como administrar las relaciones interpersonales.

En este mundo globalizado mucho se habla de la importancia de tener una mente abierta, de ser tolerantes ante las diferencias y de aceptar a los demás. Sin embargo, más allá de decirlo, poco se hace por construir, por inculcar, por desarrollar y promover comportamientos y actitudes concretas en este sentido.

Por muy de moda que esté el tema, las visiones más comunes sobre el mismo resultan bastante parciales. En un lado del espectro encontramos las personas que piensan que se nace más o menos tolerante a las diferencias, con o sin habilidades para aprender otros idiomas, o con la capacidad de entender o no por que otros se comportan de una manera determinada. En el otro lado del espectro encontramos aquellos que consideran que a través de la lectura, los cursos, conferencias y demás pueden adquirir dicha conciencia intercultural.

Existe un tercer grupo que vale la pena mencionar y es aquel conformado por individuos que piensan que viajar es la mejor manera de lograrlo. Sin embargo, esta también resulta una visión parcial si no va acompañada de otras actividades, pues el hecho de tener un álbum lleno de fotos tomadas en países diferentes no constituye en sí misma una muestra de Interculturalidad.

La interculturalidad en un tema de gran importancia hoy, tanto en el mundo de los negocios como en el día a día de la vida, pues no sólo se trata de saber cómo conseguir un negocio en otro país sino cómo administrar las relaciones interpersonales. ¿Alguna vez ha pensado que su hijo podría casarse con una mujer Rusa y juntos decidir criar sus nietos en Singapur?

El contexto actual nos permite adquirir bienes y servicios provenientes de cualquier lugar del mundo, y a medida que estos adquieren movilidad también lo hacen los personas, incrementando así la diversidad y la complejidad de las relaciones interpersonales.

Dicha complejidad no es algo que pueda manejarse a punta de sentimientos o instintos pues requiere un alto nivel de conciencia y conocimiento sobre el origen de diferencias y semejanzas entre distintos seres humanos. Tampoco es algo que pueda lograrse siguiendo un manual tipo “como negociar con”, pues en las relaciones humanas confluyen un infinito número de variables que hacen de cada encuentro un episodio impredecible.

Para adquirir esta conciencia hace falta entonces lograr una combinación adecuada de conocimientos, experiencias, habilidades, instintos y emociones. Es por esto que una estrategia encaminada a desarrollar las habilidades interculturales debe buscar la adquisición de conocimientos, el desarrollo de habilidades y la acumulación de experiencias. En conclusión: las capacidades interculturales se hacen, no son innatas, no son un rasgo de la personalidad; más aún, se trata de un proceso que nunca termina pues se desarrollan, se construyen y se alimentan día a día, y solo a través de la práctica se consiguen avances concretos en este sentido convirtiendo la interculturalidad un estilo de vida.

* Coordinadora del Área de Internacionalización de la Empresa, Departamento de Negocios Internacionales, Universidad Eafit