CLAUDIA VARELA

Brujas organizacionales, de que las hay..

Teniendo en cuenta que el ser humano tiene adentro un “algo” bien malvado, volverse bruja se convierte en algo fácil con los motivadores incorrectos.

Claudia Varela, Claudia Varela
29 de octubre de 2017

Aprovechando Halloween y que todos estamos sensibles al tema quiero escribir sobre algo que todos conocemos o hemos conocido en nuestro trasegar corporativo. Las brujas. Cabe aclarar que mi tema como defensora de balance de género no me permitiría que hable solo de las mujeres como brujas, hoy me refiero a las brujas pero realmente pensando en ambos géneros.

Para esto arranco por recordar a Thomas Hobbes, filósofo del siglo XVIII que en su obra Leviatán en 1651 resalta una frase de Plauto (250-184 a.de C)  en su obra dramática Asinaria cuando afirma que “El hombre es un lobo para el hombre”. Lo que intenta resaltar Hobbes es que el estado natural del ser humano es la lucha continua contra su prójimo.

En este sentido se habla de la metáfora de un animal salvaje que el hombre lleva por dentro y que es capaz de cualquier atrocidad contra elementos de su propia especie. Está claro por las cosas horribles que están pasando en el mundo que Hobbes y Plauto no estaban lejos de la realidad.

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Las brujas han existido desde hace miles de años, incluso desde que el hombre descubrió el fuego. La palabra bruja proviene del antiguo nórdico “brugga” que significa “hervir pociones”. Se creía que estos brebajes se usaban para envenenar y hacer el mal.

Nuestras brujas organizacionales actuales no hacen brebajes, pero sí lanzan mala energía y pueden llegar a hacer planes maquiavélicos para acabar con los demás. Con aquellos que pueden estorbarle o no son de su agrado. Teniendo en cuenta que el ser humano tiene adentro un “algo” bien malvado, volverse bruja se convierte en algo fácil con los motivadores incorrectos.

Pero entonces, ¿cómo sobrevivir a una bruja corporativa? Lo primero es identificarla, tener claro quién puede llegar a ser bruja conmigo mismo, con el entorno o con los demás. Normalmente hay algunos tipos de indicios que permiten tener claro el panorama, aquí van algunos:

  • Son chismosas. Aman hablar de los demás.
  • Son envidiosas. Normalmente buscan un pero en todo y en todos, nada es suficiente.
  • Se creen dueñas de la verdad. Solo lo que ellas dicen es correcto.
  • Suelen engañar muy bien a sus jefes con su cara de borrego.
  • Nunca confrontan en grupos grandes.
  • Pueden ser buenas técnicamente, pero roban ideas con facilidad.
  • No suelen mirar a los ojos. Pero cuando lo hacen sonríen (uno alcanza a pensar que el desgraciado es uno mismo por pensar mal del ángel).
  • Jamás dan reconocimiento a los demás con los jefes grandes. Se quedan con los créditos solitas.
  • Se escandalizan con la gente más lanzada, con gente disruptiva o comentarios más directos.

Cuando estos comportamientos son reiterativos es mejor saber que en una persona así no se puede confiar y por tanto hay que asumir una conducta precavida y muy profesional.

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La otra cosa que hay que hacer es protegerse y proteger al equipo. Mandar buena energía y no cargarse jamás de malos pensamientos. Hay que perdonar, ya la bruja tiene suficiente sufrimiento con serlo.

También hay algo que es claro y es que el mal se vence con el bien, también organizacionalmente. Para Hobbes la conservación de la humanidad se lograba a través de un acuerdo común donde afirmaba que la paz y la unión pueden ser alcanzadas a través de un contrato social, con un poder bueno y un consenso de todos que proteja el colectivo, creando verdadera civilización.

Si lo ponemos en términos de cultura organizacional, por qué no hablar de proteger, ser buenos y formar equipos que se cuiden unos a otros para encontrar un mayor compromiso de todos. Creo que es una buena forma de neutralizar las malas energías de las brujas.

Yo quiero creerle más a Jean-Jacques Rousseau que sostenía que los seres humanos nacen buenos y libres pero el mundo los corrompe. Quiero creer en alejar las brujas, en proyectos colectivos armónicos y positivos. Yo perdono a todas las brujas que se me han cruzado y más bien invito a todos a dar la energía correcta en el espacio correcto para no tener que mandar a estas brujas a la hoguera. El universo se encargará de ellas.

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