ALEXANDER TORRENEGRA

Bienvenidos los ajustes normativos al trabajo remoto

La coyuntura actual de trabajo obligatorio en casa exigió a realizar algunos ajustes legales para su implementación. Pero ¿son suficientes para que Colombia sea el centro de una transformación hacia un trabajo remoto consistente y exitoso?

Alexander Torrenegra, Alexander Torrenegra
30 de septiembre de 2020

Creo que muchos querrán olvidar rápido el 2020 por todas las transformaciones que trajo a la sociedad la pandemia del coronavirus y no es para menos. Además del dolor por las vidas perdidas, las principales actividades económicas cerraron por completo desde marzo de este año: restaurantes, turismo, centros educativos, comercio presencial, bancos y la actividad social fueron afectadas por la coyuntura. 

Parece una frase común, pero creo que en las crisis es cuando surgen las oportunidades y eso precisamente es lo que pasó con el teletrabajo. Tuvimos que llegar a este punto para volverlo la mejor manera de mantener el empleo y sostener la economía del país.  

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Se hicieron en el camino algunos ajustes normativos aprovechando que en Colombia ya existían leyes desde hace más de una década. Para ser más exactos, en 2008 apareció la Ley del Teletrabajo y en 2012 se expidió el decreto reglamentario. Con estos antecedentes, se expidió este año la circular 21 de 2020 para permitir a los empleadores y empleados hacer teletrabajo con ocasión de la emergencia sanitaria. 

Colombia pasó de 122.000 trabajadores remotos a más de tres millones de personas bajo esta figura, esto significa que cerca del 80% de compañías colombianas hoy implementan trabajo a distancia, de acuerdo con informes del Ministerio de Trabajo. Sin embargo, este cambio se realizó de manera obligatoria, debido a la coyuntura y el principio básico del trabajo remoto es que este debe ser voluntario. 

Aunque soy optimista por las iniciativas para regular el teletrabajo que se adelantan desde el Congreso y el Gobierno nacional, creo que hay una gran oportunidad para evitar algunas malas prácticas que se presentaron en la emergencia. 

Como debía suceder, aparecieron dinámicas de hiperconectividad, de incremento de horas trabajadas y pérdida de privacidad. De acuerdo con una encuesta de la Andi, el 57,7% de trabajadores manifestaron que su jornada laboral había aumentado a más de ocho horas diarias, tendencia que era mayor en las mujeres que los hombres.

Eso sin contar con los empleadores que obligan a sus empleados a mantenerse conectados con la cámara encendida todo el tiempo para monitorear sus actividades. Trabajar en remoto puede ser una experiencia tan poderosa como transformadora. Sin embargo, las empresas que quieren triunfar deben estudiar y comprender la dinámica del trabajo remoto para asumirlo al 100%.

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La gestión del desempeño, en trabajo remoto, debe adaptarse ya que a la compañía no le debe interesar cuándo o cómo una tarea es completada mientras se haga antes de una fecha estipulada acordada. Entonces, métodos de medida como las “horas/silla” son poco efectivos y es mejor liderar con base a resultados. 

Algunas consideraciones importantes

Respecto a la protección legal de los trabajadores, todavía hay desafíos importantes que se deben resolver. Como ya indiqué, en el Congreso está en curso un proyecto de ley al que le faltan dos debates en el Senado para regular esta modalidad laboral, justo cuando las compañías están considerando que sus empleados trabajen a distancia de manera definitiva. 

Desafortunadamente, el análisis se ha centrado en una proposición introducida en el proyecto para que se regule el ‘trabajo por horas’. 

Realmente podríamos aprovechar para hacer otros análisis. Por ejemplo, es necesario incluir a las empresas en la construcción de esta política nacional del trabajo remoto e incorporar algunos beneficios que puedan recibir si acceden a que más empleados se pasen a esta modalidad laboral. A su vez, valdría la pena analizar si podemos lograr una normatividad en Colombia para que más empresas internacionales contraten fácilmente nuestro talento de forma remota. 

También, es importante regular las condiciones legales de los trabajadores independientes y contratistas, en un país con una tasa de vinculaciones no asociadas al trabajo formal muy alta y al alza.

¿Este es el inicio de una nueva normatividad sobre el trabajo a distancia? Tal vez se requieran muchísimas más reformas pero es el punto de partida para comenzar una discusión social que llegó de manera forzosa. Lo verdaderamente cierto en todos los foros de discusión sobre este tema es que el trabajo remoto llegó para quedarse definitivamente. 

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