Trampas Familiares

Ausencia de órganos de Gobierno

Mientras la tendencia se encamina a lograr que las empresas establezcan órganos de gobiernos cada vez más formales, en Colombia nuestros fundadores de empresa familiar están alejados del tema. Opinión de Gonzalo Gómez-Betancourt.*

Gonzalo Gómez-Betancourt, Gonzalo Gómez-Betancourt
17 de junio de 2013

Como si esa regulación (órganos de gobiernos) sólo fuera importante para multinacionales o grandes empresas. Los órganos de gobierno han demostrado ser la clave del éxito de las empresas de familia y sin embargo caemos en la trampa de no creerlo.

En el mundo se habla de la inminente necesidad de establecer órganos de gobierno en todas las empresas, los gobiernos son cada vez más exigentes en las regulaciones de sus organizaciones, de conocer cómo se gobiernan y cómo se dirigen para evitar los escándalos que se vivieron en el año 2008, especialmente en Estados Unidos. Sin embargo, nuestra primera generación de empresarios familiares parece estar alejados de esta realidad, como si no los tocara a ellos, o fuera una discusión de grandes corporaciones y no de PYMES.

La ausencia de órganos de gobierno, el desconocimiento en el tema o la confusión de los mismos, como es usual que ocurra en países como España, es una trampa que se presenta con frecuencia en todas las organizaciones familiares, independientemente de su tamaño y en cualquiera de las etapas de su vida. Debido a esta falta de interés, de visión o de conocimiento con respecto a la necesidad de contar con órganos de gobierno tanto en la empresa, como en la familia y en la propiedad, los fundadores terminan por implementarlos a su medida y a su estilo, que en vez de ayudar a las empresas, terminan por acrecentar problemas, como la falta de una visión externa e independiente para evitar el emocionalismo en la toma de decisiones estratégicas de la familia empresaria.

Esta trampa está tan arraigada en nuestro medio, que hace poco un fundador de una empresa muy importante me dijo que tener órganos de gobierno en la empresa como la Junta Directiva era pura burocracia, en su criterio, ésta hace perder la ventaja competitiva más grande de la empresa familiar, que es la agilidad para tomar decisiones, precisamente por no tener que consultárselas a nadie. El no cree en las juntas porque considera que no tienen la capacidad de conocer la organización a fondo y que nosotros los académicos estamos alejados de la realidad y por eso le damos tanta importancia al tema. Le contesté que los académicos nos basamos en la realidad de cientos de empresas familiares, estudiando a fondo lo que sucede en ellas generación, tras generación, analizando qué han hecho para tener éxito y sin duda, las compañías con órganos de gobierno en cada uno de los ámbitos de la empresa familiar: Familia, Empresa y Propiedad, logran permanecer en el tiempo con excelente desempeño. Quizás mientras su punto de vista se suscribe solo a una parte de la vida de una empresa, el inicio, nosotros observamos fundadores a lo largo y ancho del mundo que compartieron con su junta directiva sus planes; son personas que no solo aprovechan el conocimiento de terceras personas más exitosas que ellos, sino que además enseñan con el ejemplo a sus hijos, nietos y empleados.

Es un hecho que con el tiempo las organizaciones cambian y al hacerlo se necesitan más cabezas para pensar, máxime en un entorno económico tan incierto como el actual, así que mi primera recomendación, antes de entrar a hablar de lleno de los órganos de gobierno que deben implementarse en cada uno de los ámbitos de la empresa familiar, es que los fundadores validen con humildad las decisiones que toman con su junta directiva. La experiencia ha demostrado que los empresarios que sí tenían cotejadas esa validación de ideas con juntas independientes, han disminuido en un alto porcentaje su nivel de riesgo, mientras que cuando toman decisiones solos, el riesgo de perder el patrimonio es muy alto.

Órganos de Gobierno en la Empresa: Junta Directiva y comités de apoyo a las juntas

Las funciones de la Junta Directiva están encaminadas a buscar y aprobar la estrategia de la organización, creando la estructura organizativa y los sistemas de dirección necesarios para que esta estrategia se cumpla, además de acompañar al fundador y al sucesor en el proceso de sucesión ejecutiva.

La Junta Directiva debe aportar a la dirección, el conocimiento y las capacidades sobre la estrategia de la empresa. Claramente tienen un criterio de valoración que es el conocimiento Vs la velocidad, frente a la velocidad con que se tomen las decisiones, tengo mis discrepancias, porque las decisiones de una empresa no se toman de un día para otro, se necesita tiempo para pensarlas porque éstas marcan el rumbo, a veces inexorable de retroceder. La organización está eliminando alternativas de acción y por lo tanto no compro la idea de que la ventaja de una empresa familiar sea la velocidad para tomar decisiones, hasta hace unas décadas era posible hacerlo, porque no había tanta incertidumbre como tenemos hoy en día.

No tener la visión de ver las ventajas de contar con una Junta Directiva, principal órgano de gobierno de la empresa, es una trampa que se presenta con mayor rigor en la primera generación, pero puede darse también en la segunda, porque ésta usualmente repite las creencias del fundador y respeta sus decisiones. Para ilustrar esta situación, por ejemplo, los hijos de fundadores de una empresa mediana, con buenos resultados económicos usualmente tienen un nivel de educación importante que es complementada con especializaciones en el exterior. Si ellos estudian carreras afines con la administración, tienen conocimiento teórico de lo que es gobierno corporativo, pero no práctico porque casi nunca han visto que en su empresa se tenga una junta directiva y pueden pensar que sí han tenido tanto éxito sin tener una junta ¿para qué tenerla?

Sin embargo la segunda generación siempre se pregunta ¿por qué los académicos insisten tanto en el tema?, Muchos de sus miembros deciden implementar más que una junta, un consejo asesor de gente valiosa y experimentada en su sector, porque han aprendido de sus padres que si establecen una Junta Directiva formal con todas las implicaciones legales, ellos pueden perder poder en la empresa o lo que es peor la Junta puede sacarlos de su propia compañía. Estos temores son sólo algunos de los mitos que las empresas familiares han alimentado, pero que en realidad no tienen fundamento, pues una buena junta jamás tomará ese tipo de decisiones.

Esta medida no suele ser sana para la empresa familiar, pues es muy posible que la segunda generación de empresarios se sienta a gusto con los asesores externos y estos a su vez satisfechos con el rol establecido, porque no tienen implicaciones de orden legal, es un juego que no termina siendo exigente, porque los asesores dejan en libertad a los empresarios de implementar o no sus consejos.

Por lo general, la tercera generación de empresarios familiares, compañías de 80 años de trayectoria, ya tiene clara la importancia de contar con órganos de gobierno, es una generación que sabe la importancia de contar con Juntas Directivas formales. La única falla de esta generación es la falta de conocimiento profundo del gobierno corporativo, entienden los aspectos legales de los estatutos, pero no van más allá de la ley. Se sienten cómodos de tener juntas directivas con algunos externos como lo ordena la ley 164 de Colombia, lo cual para mi es una falta de visión, porque para perdurar por muchas generaciones, hay que ir mucho más allá de la ley, hay que buscar una mayor comunicación entre los socios, buscar mayores contactos internacionales etc.

Órganos de Gobierno de la Propiedad: Asamblea general de accionistas y consejo de socios

Los fundadores no ven como relevantes los órganos de la propiedad, como son la Asamblea General de Accionistas, el Consejo de Socios y el Comité de Apoyo al Consejo de Socios, porque desconocen su utilidad.

Por lo general, no hacen asambleas porque les parece una tontería y pérdida de tiempo, sino que es el revisor fiscal quien las “arma” y las firma, es un verdadera lástima, que la figura del revisor fiscal, que es tan importante en una empresa, se haya reducido a la de revisores “firmones”. Hay vienen los grandes problemas, pues cuando la empresa pasa a segunda generación, sus miembros creen que ese es el modelo a seguir y utilizan los mismos mecanismos.

En tercera generación, hay más empleados en la empresa y mayor rigor, pero con un problema muy grande, que es el inconsciente colectivo, creer que las asambleas son un espacio para pelear. Tengo muchos años como profesor en INALDE y es increíble que todos mis alumnos tienen la noción que en las asambleas de accionistas siempre hay problemas, aprendimos que son algo tortuoso para las organizaciones, muchos socios van siempre con abogados y empieza el show mediático y la falta de comprensión entre las partes.

Órganos de Gobierno de la Familia: Asamblea Familiar, Consejo de Familia y Comités de apoyo

Los órganos de gobierno de la familia como son la Asamblea Familiar, el Consejo de Familia y los comités de apoyo a la familia, sólo existen en algunas empresas que han hecho protocolos de familia. Desde primera generación es absolutamente necesario crear una asamblea familiar, un espacio que permite estrechar lazos de unión, mantener tradiciones familiares y crear un órgano de gobierno como los consejos de familia, que desarrollan estrategias como vacaciones compartidas, fondos de liquidez para todos los miembros de familia y comités de apoyo de los miembros más jóvenes, como por ejemplo, el comité de comunicación, que puede encargarse de la creación de una Web Site, correos internos etc. En mi experiencia casi ninguna empresa lo tiene y son precisamente las organizaciones milenarias que se han convertido en Dinastías Familiares, las que sí han implementado los órganos de gobierno de la familia.

En resumen, en Colombia y en general en Latinoamérica, las empresas familiares, tanto de primera, segunda o tercera generación, adolecen de órganos de gobierno de la propiedad y de la familia. Cuando los tienen, tienden a confundirlos, por ejemplo, el Consejo Famliar, que es un órgano de gobierno de la familia, lo confunden con un consejo de socios, porque hablan y tratan temas de la propiedad, olvidando casi siempre los aspectos de familia.

Apreciados empresarios, para no caer en esta trampa, es muy importante que desde la primera generación, voluntariamente se apliquen órganos de gobierno diferenciales para la empresa, la propiedad y la familia, en el caso de la empresa será una Junta Directiva formal, en el caso de la propiedad será una Asamblea General de Accionistas que cree un Consejo de Socios para que trabaje más activamente en los aspectos de la propiedad. Si, paralelamente, el fundador crea los órganos de gobierno de la familia buscando la participación de sus hijos e hijas políticos, yernos y nueras, encontrará que lo que nos han enseñado familias milenarias, es que implementando todos estos órganos de gobierno, es que sus empresas prosperen y sus familias permanezcan unidas.

*gonzalo.gomez@inalde.edu.co
Director del Área Family Business, Inalde Business School, Universidad de La Sabana.