ÁNGEL PÉREZ MARTÍNEZ

Aprender a leer y a escribir bien para mejorar en ciencias y matemáticas.

Para superar los pésimos resultados que obtienen los adolescentes colombianos en matemáticas y ciencias, en pruebas como PISA o SABER 11, el primer gran reto de la educación en Colombia es lograr que los niños y los adolescentes aprendan a leer y a escribir bien.

Ángel Pérez, Ángel Pérez
16 de diciembre de 2019

El país no puede soslayar los resultados de PISA 2018 en matemáticas, donde los adolescentes de 15 años de Colombia obtuvieron 391 puntos, lejos de los 591 puntos que lograron los alumnos de los territorios chinos o de la media de la OCDE (489 puntos). Además, a nivel interno las diferencias son enormes entre los colegios privados (449 puntos), los colegios oficiales urbanos (389 puntos) y los rurales oficiales (367 puntos) ¿qué tal la inequidad del sistema educativo y las diferencias que en oportunidades brinda el sistema educativo? 82 puntos de disparidad entre los adolescentes de familias de mayores ingresos con los adolescentes rurales, esto equivale a más de dos años de educación extra, a favor de los alumnos de 15 años de los colegios privados.

Igual sucede en Ciencias, los estudiantes de 15 años de Colombia alcanzaron 413 puntos en promedio, los estudiantes chinos 590, mientras el promedio de los estudiantes de los países de la OCDE fue 489. En el país se mantienen las diferencias en promedio por colegios, los privados arriba (472 puntos), los oficiales urbanos lejos (410 puntos) y muy abajo los rurales (390). Tanto en ciencias como en matemáticas los hombres superan a las mujeres en 13 y 20 puntos, respectivamente.

En ciencias el 50% y en matemáticas el 66% de los estudiantes colombianos, en promedio, no alcanzan el nivel 2, entre 6 niveles. De acuerdo con el ICFES, el nivel 2 es el mínimo establecido por PISA para distinguir cuestiones científicas simples o realizar argumentos parciales para cuestionar y hacer comentarios en ciencias; o en matemáticas poder interpretar y reconocer situaciones en contextos que solo requieren una inferencia directa.

¿Qué podemos hacer? Empezar por fortalecer la educación rural, lo mínimo es construir una institucionalidad que asuma la responsabilidad de mejorar la calidad de la educación rural. En el MEN la educación rural no cuenta, se requiere con urgencia la creación de un viceministerio de educación rural que se encargue de buscar recursos y de concretar acciones puntuales, según las características regionales o municipales, con las secretarías de educación y con los colegios oficiales ubicados en la zona rural. Con lo anterior, además de resolver problemas básicos de recursos para el sector, se podrá priorizar la atención de los colegios con alumnos en situación de desventaja socioeconómicas. En el informe de PISA 2018, los rectores de estos colegios sostuvieron que al 85.2% de los estudiantes les falta material educativo.  

Sin embargo, un tema central en los malos resultados en ciencias y matemáticas es el bajo nivel de competencia lectora de los adolescentes colombianos. En la literatura está demostrado el vínculo, en las pruebas PISA, entre el rendimiento en lectura y los resultados que obtienen los estudiantes de 15 años en ciencias. Una investigación analizó tres puntajes de PISA, en diferentes años, y encontró una correlación estadísticamente significativa entre el rendimiento en lectura y ciencias en los países examinados en los años 2000, 2003 y 2006, la prueba se presenta cada tres años. Por ejemplo. La correlación fue alta en el conjunto de datos de 2006, donde en los 56 países que participaron se encontró una correlación significativa entre la lectura y el logro en ciencias, que oscilaba entre 0,603 y 0,902. La correlación promedio para todos los países participantes fue de 0.840, 0.805 y 0.819 para los años 2000, 2003 y 2006, respectivamente.

Otro estudio sugiere que el rendimiento de los estudiantes en ciencias no es solo el resultado del aprendizaje de contenido de los cursos, sino que está relacionado con las habilidades de lectura de los estudiantes. Por ejemplo, “el 70% de la variación en los puntajes de The Florida Comprehensive Assessment Test (FCAT 2.0) en ciencias de los grados 5 y 8 y el 64% de la variación en los puntajes de la evaluación de End-of-Course (EOC) de biología se explicaron por los resultados en lectura…En el grado 9, la menor capacidad de lectura se asoció más fuertemente con un menor rendimiento en ciencias”

La sociedad, los padres de familia y los docentes deben reconocer que leer y escribir bien es una práctica que se ejerce para toda la vida, que los niños y los adolescentes la empiezan a desarrollar en el seno de la familia y en el entorno donde viven y se fortalece, de manera planeada, con propósitos educativos en la escuela. Por favor, educar no es responsabilidad sólo de los docentes, fácil culpar a los docentes o a FECODE, los resultados de PISA 2018 son un fracaso del país. 

Por último, sin duda, se requiere un cambio estructural en la forma como trabajan algunos docentes las matemáticas  y las ciencias en el aula. Al respecto he insistido en la necesidad de lograr que niños y adolescentes aprendan mediante la duda, la pregunta y el planteamiento de problemas reales de la vida humana de acuerdo con el desarrollo del entorno; acciones que a la vez demandan una nueva escuela y trabajos diferenciados de los docentes con los alumnos, para ayudar a los estudiantes a encontrar respuestas que los acerquen a un conocimiento útil para la vida; respuestas que se buscan a través de la lectura, la investigación y la innovación. En esta nueva forma de aprender, con seguridad empezará a prevalecer la biblioteca escolar y la de la casa; el uso de las TIC, el señor Google y el desarrollo de habilidades por parte de los estudiantes para realizar preguntas, que les permita encontrar respuestas donde primen la evidencia y las razones, este es un camino más cercano a la ciencia.