CLAUDIA VARELA

Ansias locas

Es cuestión de conciencia y de dejar que las ansias locas sean solamente las de los poemas y los amores pasados, las del amor que se espera, se encuentra y no quiere perderse.

Claudia Varela, Claudia Varela
6 de julio de 2018

Paula tenía su primera presentación importante en su nuevo puesto como cabeza de una unidad de negocios muy importante de una empresa multilatina. Hoy debía presentarle a su comité ejecutivo un caso de negocio que le iba a permitir hacer un lanzamiento de una nueva línea que era determinante para el crecimiento agregado que proyectaba la corporación.

Cuando entró a la sala se sintió observada. Especialmente por la señora que manejaba las finanzas. Ella siempre se veía prejuiciosa y hacia comentarios un poco ácidos incluso sobre su aspecto. Le decía que se veía muy universitaria y que debía hacer mejor fit con lo que el grupo esperaba de ella.

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Paula es joven. Había terminado hacia poco su MBA después de dos carreras homologadas. Le gustaba leer, tomar clases, la espiritualidad, la meditación y buscaba ser un ser humano especial. Lucía bonita y segura de si misma y mucho mejor preparada que otras mujeres a su edad.

Pero Paula estaba asustada. Era perfeccionista y sentía que nunca era suficiente. Que siempre hacía falta un poquito más para tener lista su presentación. La señora no fue muy dulce y solo la miro de arriba abajo mientras decía con muy poca asertividad que tenían  poco tiempo para su presentación por que la agenda estaba atrasada.

Paula sintió miedo. Empezó a imaginar escenas donde se enojaban y todos se reían de ella por que no tenía alguno de los 156 datos que había preparado para una corta presentación de 10 minutos. Paula tenía pánico escénico y no sabía que le pasaba, estaba perdiendo el control. Tenía temor, muchísimo temor.

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El miedo es un instinto de supervivencia. Sentimos miedo como una herramienta de control que invita a nuestro cerebro a protegernos por que algo no está funcionando bien y hay una alerta de peligro.

Cuando el miedo crece se convierte en pánico y hoy son muy comunes los ataques o trastornos de ansiedad, que son sensaciones repentinas de terror sin un peligro aparente. Quien lo sufre siente una pérdida de control y pueden llegar a presentarse síntomas físicos como látidos rápidos del corazón, dolor en el pecho o el estómago, dificultad para respirar, mareos, sudoración o cambios drásticos de temperatura corporal , entre otros.

Las crisis de ansiedad ocurren hoy con mucha frecuencia. Siento que el nivel de auto-exigencia lleva a un perfeccionismo extremo y al nunca ser suficiente hay una espiral de mayor auto-exigencia, mayor inseguridad , mayor perdida de confianza y una ansiedad cada vez mas recurrente.

Todo lo anterior puede basarse también en esta tendencia permanente y casi absoluta de control. Tenemos que controlar todo y cada vez hay mas formas de hacerlo. Podemos incluso controlar cómo nos vemos en una foto, pagar la universidad de un bebé antes de que nazca, cómo pagamos sin darnos cuenta en automático los servicios y dónde está nuestra pareja de forma intantánea. Con una vida tan controlada ¿cómo no perder el control?

Paula existe. Es una más de la nueva tendencia de individuos que se asustan y no entienden muy bien por qué. No es que ella sea mala, no es que esté loca, no es que no sea buena profesional. Es que tal vez no encuentra bien lo que quiere y lo grande que es por dentro por esta necesidad infinita de controlar el ambiente que al final es incontrolable.

Que la vida fluya para Paula y para todos. Es cuestión de conciencia y de dejar que las ansias locas sean solamente las de los poemas y los amores pasados, las del amor que se espera, se encuentra y no quiere perderse.

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