ADRIANA MOLANO

Amazon: vende de todo, compra hasta cuerpos

¿Y si le decimos que Amazon estaría dispuesto a pagarle por digitalizar su cuerpo y convertir la información en fuente de proyectos aún no especificados?

Adriana Molano, Adriana Molano
5 de julio de 2019

El gigante de la A a la Z cumple 25 años de existencia y refleja la evolución soñada por cualquier propietario de pequeña tienda con aspiraciones de masificarse, ¿pero hasta dónde es posible crecer?

Está claro que lo dictado por el mundo físico ya no es límite y lo digital se convierte en el universo por explorar, crecer y monetizar.

Es conocido que Amazon empezó como una librería on-line y hoy es referente mundial en comercio electrónico, logística y distribución, mercadeo y publicidad personalizada, estrategia de negocios y hasta liderazgo en cabeza del afamado hombre más rico del mundo, Jeff Bezos.

El ecosistema de Amazon incluye desde periódicos (The Washington Post), supermercados (Whole Foods), soluciones de telecomunicaciones basadas en la nube (Twilio), e incluso su propio esquema de capital de riesgo llamado Bezos Expeditions – por si fuera poco, algunas de las acciones primarias del gigante Google figuran bajo la titularidad del propio Bezos –.

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Ahora, para ampliar el portafolio, también existe Amazon Body Labs, un centro de investigación poco nombrado y difícilmente rastreable de la compañía, que se dedica a comprar y vender cuerpos…, al menos en versiones digitalizadas útiles para videojuegos y tiendas, según se ha publicado hasta ahora.

Amazon ya nos conoce, por lo menos a todos quienes hemos usado alguno de sus servicios y es experto en hiper-personalizar su oferta con el ánimo de facilitar la vida de los consumidores –lo que sin duda hace que compren más–. Pero, ¿qué tanto estamos dispuestos a entregar de nosotros para tener mejores experiencias en digital? Al parecer todo es transable.

En la Cuarta Revolución Industrial hemos entregado tantos datos que las tecnológicas saben más de nosotros de lo que nos atrevemos a mencionar en público.

Body Labs fue adquirida por Amazon en 2017 y apareció en el mercado anunciándose como la más sofisticada plataforma de modelado 3D. Entre los posibles usos de sus soluciones se encontraban el escaneo corporal con propósitos tan disímiles como analizar la evolución del cuerpo de mujeres en estado de embarazo o identificar las condiciones físicas de un sujeto y servir como sistema de ‘validación’ en aplicaciones de citas para que así la otra persona tuviera ‘garantías’ sobre qué tan atlético, alto o corpulento podría ser una persona en realidad.

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Vivíamos tras la frontera del cuerpo físico y ya se ha franqueado a través de lo digital.

Body Labs se desarrolló como startup luego de que su creador fuese citado como consultor en el análisis de un asesinato en una tienda, para que con las bases de su tecnología ayudara a identificar la masa casi amorfa que aparecía con el arma en las cámaras de video. El caso se resolvió y el negocio se disparó.

En 2018 el laboratorio, ahora bajo la sombrilla de Amazon, lanzó una convocatoria para tomar mediciones corporales de sujetos de prueba dispuestos a ser escaneados cada 20 días para así evaluar sus cambios físicos.

Recientemente se abrió una convocatoria para que los interesados en digitalizar su cuerpo –casi como donarlo a la ciencia–, se registraran y, a cambio de US$25, asistieran a una cita en un par de locaciones en New York, luciendo ropa ceñida al cuerpo –preferiblemente bikini en el caso de las mujeres–, para así entrar a hacer parte del anaquel de Body Labs.

Los términos de la convocatoria no son explícitos frente al para qué se usarán los datos resultantes de la entrevista y el escaneo, pero si dejan saber que no serán usados para promocionar productos. ¿Si no es para vender, entonces para qué Amazon quiere esta información?

Asombroso es saber que podemos comparar nuestros cuerpos digitalmente; aterrador es no saber para qué se hará la comparación.

El imperio de Amazon seguirá creciendo y sin lugar a dudas mantendrá su lógica financiera de reinvertir las ganancias en proyectos cada vez más disruptivos, al punto que puedan arrasar con la competencia en cualquiera de los frentes en los que decide aventurarse.

Bezos es un genio de los negocios, sin duda; Amazon es uno de los mejores ejemplos de la economía de las plataformas, por supuesto; pero la pregunta en su aniversario tiene que ver con qué nuevos rumbos tomará una compañía que parece haber abarcado el enorme abanico de posibilidades para brindar soluciones a todas las necesidades que se nos puedan ocurrir.