CAMILO DÍAZ

Algunos riesgos se han materializado

Desaceleración de China por guerra comercial, caída en bolsa de Facebook y aumento de las tasas de la FED han desvalorizado los activos financieros.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
28 de julio de 2018

Finalizando el primer trimestre consideramos que la guerra comercial desatada por Trump contra sus socios comerciales iba a pasar factura a China y por esa vía al comercio mundial, y que específicamente las acciones y activos financieros asociados al comercio mundial y los sectores involucrados en la contienda se verían afectados.

Hoy el crecimiento de China ha cedido al bajar al 6,7% anual, mientras que el flujo de comercio internacional se ha desacelerado y por ende los ingresos de las empresas navieras, así como las perspectivas de ingresos de los fabricantes de automóviles europeos, y los exportadores de aluminio chinos y europeos; esos factores han llevado a que las cotizaciones de las acciones de empresas en esos sectores hayan caído en los últimos meses, por cuanto los inversionistas empiezan a descontar en el valor de las acciones las menores utilidades que tendrán las empresas y las dificultades que enfrentaran para recuperar mercado.

Las cotizaciones de las acciones de los principales fabricantes europeos han bajado 12% en promedio. Los títulos del grupo Volkswagen han cedido 14% desde mayo y la misma trayectoria han seguido las acciones de BMW y Mercedes Benz que se contrajeron 10% y 11% respectivamente, mostrando que la subida de aranceles a los vehículos europeos tendrá un impacto en la previsión de ventas de las tres principales automotrices europeas.  

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Por el lado de China, si bien la economía cada vez depende menos del intercambio comercial y las exportaciones de manufacturas, la guerra comercial desatada por la administración de Trump, ha logrado disminuir las expectativas de la economía que tuvo un crecimiento del 6,7% en el segundo semestre de este año, una tasa de expansión por debajo del promedio anual del 7% de los últimos diez años y que no se veía desde el 2016 cuando la economía experimento una fuerte contracción del sector bursátil que tuvo que ser ayudado por el gobierno. En esta ocasión, la mayoría de los sectores económicos se contrajeron, en contraste con los resultados del primer trimestre donde el consumo interno y las exportaciones soportaron un crecimiento del 6,8%.

En Estados Unidos la subida de las tasas de la Reserva Federal, ha provocado que el Dow Jones y el Standard and Poors dejaran atrás los máximos alcanzados en enero, contrayéndose el 4% y 2% cada uno, conforme los inversionistas se han desapalancado y toman menos dinero prestado para financiar compras de acciones. Así mismo la curva de rendimientos de los bonos se ha invertido, con rendimientos superiores en el tramo de corto plazo frente al largo plazo, lo que para varios analistas es una señal de que vendrá una recesión económica en Estados Unidos.

La verdad es que la inversión de la curva obedece a que la FED durante el periodo de estímulos a la economía concentró sus compras en bonos de largo plazo lo que hizo que el rendimiento a diez años cayera y ahora, como las expectativas de inflación han aumentado, los rendimientos de los bonos de corto plazo han absorbido esas expectativas y por eso la curva se ha empinado en el corto plazo. Esa situación cambiará una vez la FED decida reducir su balance desde el nivel actual de US$3 billones, la forma como lo haga y la gradualidad de esas ventas determinarán la volatilidad de la renta fija y la corrección de la curva en el tramo de largo plazo.

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Por último, la caída abrupta del 19% de las acciones del Facebook el jueves pasado comprobó que efectivamente los problemas asociados a la violación de la privacidad de los datos de los usuarios es un problema mayor para la red social y que los ingresos se han visto afectados por una disminución en el crecimiento de nuevos usuarios, mayores gastos en seguridad informática y la imposibilidad de convertir en efectivo el uso de aplicaciones como Instagram, que todavía no aportan a la generación de ingresos pero sí consumen inversiones de capital para su mantenimiento y desarrollo.

El siguiente riesgo que hay que examinar es el impacto en los precios del crudo de un probable cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán, si desde Estados Unidos aumenta el bloqueo a sus exportaciones de crudo, Irán ha dicho que ejecutara un cierre del paso por donde transita más de la mitad del petróleo proveniente de la Opep. Sin duda, una acción de ese estilo llevará los precios del crudo por encima de US$80 por barril.