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Agridulce crecimiento de las exportaciones

El repunte de las exportaciones, aunque beneficia a la economía estuvo ligado a la recuperación de los precios de las materias primas que vende Colombia especialmente el petróleo.

Camilo Díaz
4 de marzo de 2017

El jueves pasado el Dane entregó las cifras sobre el valor de las exportaciones durante enero de este año, hubo un importante repunte del valor de las mismas creciendo un 40% con relación a enero del 2016, ese crecimiento es una buena noticia para la economía porque significa que ingresarán más divisas provenientes de las ventas externas, contribuyendo a cerrar el déficit de la cuenta corriente y controlar la balanza comercial, así mismo los ingresos provenientes del mayor valor del petróleo contribuyen a financiar las menguadas arcas estatales.

Si bien es una buena noticia que las exportaciones hayan crecido en valor, el dato debe ser analizado más allá de los valores nominales.

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Lo primero que hay que ver es que el repunte estuvo relacionado a la recuperación de los precios de las materias primas que vende Colombia, en particular, la recuperación de los precios del petróleo.

Mientras en enero de 2016 el crudo se cotizó por debajo de US$30 el barril, durante enero de este año las cotizaciones han permanecido por encima de US$50 gracias al acuerdo de recorte de la producción alcanzado por la Opep en noviembre, y su cumplimiento durante enero. El acuerdo ha involucrado a otros grandes productores como Rusia y México.

No obstante, a la recuperación de los precios, el volumen de las exportaciones de crudo colombianas disminuyó en 5,1 millones de barriles durante este enero, eso simplemente quiere decir que aunque vendimos más caro la producción cayó. En la actualidad Colombia está produciendo 850.000 bpd una cifra que está al menos 15% alejada de la meta de producir como mínimo 1 millón de barriles diarios.

El otro producto también básico que repuntó fue el café, de nuevo el valor de las exportaciones estuvo influenciado por el lado de los precios internacionales que han presentado una constante recuperación, puesto que Brasil que es un gran productor del grano se vio afectado por el fenómeno de El Niño reduciendo su cosecha, provocando que la oferta se contrajera.

Mientras en enero de 2016 el café se cotizó en US$1,10 este año las cotizaciones se han mantenido por encima de US$1,40 la libra, evidenciando un crecimiento del 27% en la cotización del grano. Igual suerte corrió el banano este enero que se benefició de los incrementos en el precio en Europa, lo que hizo que el valor de las exportaciones bananeras creciera 47,3%.

El lado agrio es que las exportaciones manufactureras permanecieron estancadas, incluso cayeron 0,2%, las ventas de vehículos se esfumaron 47%, y las de abonos desaparecieron porque cayeron 89%, parece lógico entonces el crecimiento de tan solo 2% que se presentó el año pasado, porque el déficit externo se terminó corrigiendo, fue reduciendo el consumo y la inversión, con alzas en la tasa de interés y menos gasto del gobierno.

Las exportaciones no tradicionales no despegan a pesar de que el peso se depreció desde $1.800 a $3.200 por dólar, algo que debe llamar la atención de la efectividad de los tratados comerciales y las estrategias, hasta ahora muy vagas, del Ministerio de Comercio e Industria para diversificar la oferta exportable, y pone en evidencia la pobre efectividad de su llamada Política de Desarrollo Productivo, que a la luz de los datos no funciona.

El repunte de los precios de las materias primas es coyuntural, la Opep ha dicho que el acuerdo de recorte termina en junio y Brasil recuperará su producción de café este año. Mientras tanto México tratará de colocar las exportaciones de vehículos que no podrá enviar a Estados Unidos, en mercados como Colombia.

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Una vez más el lugar común vuelve a ser desarrollar una política industrial seria, ése es el camino para mantener un crecimiento estable, con empleos de calidad que contribuyan al desarrollo económico del país.