CLAUDIA VARELA

A Star is Born

El tema es que no hay que ser Bradley Cooper ni Lady Gaga para tener que administrar los múltiples talentos que nos dio la vida. Se trata más bien de tener la confianza, el método y la constancia para lograr lo que se quiere.

Claudia Varela, Claudia Varela
28 de octubre de 2018

Quiero hablar de cine. Del cine que lo pone a uno a pensar que hay cosas más allá de un negocio. Había muchas preguntas para entender si una nueva versión de Nace una Estrella, clásico de 1976 con Barbara Streissand y Kris Kristofferson (y con dos ediciones anteriores en 1954 y 1937) iba a lograr tener el mismo impacto que tuvo en su momento.

Es obvio también que el escepticismo me carcomía cuando pensaba en un Bradley Cooper en un ejercicio de actuación dramático, fuerte, cantando y mostrando decadencia, pero amor del bueno.

Pues me sorprendí. Fui a verla con un marcado prejuicio de que iba a ser una novela rosa y encontré un talento sin misericordia de Lady Gaga (que jamás me había gustado del todo) una banda sonora para casarse y una historia que al final sigue estando vigente. Es decir, me enganché y entendí una vez más que todo el tiempo estamos prejuzgando, incluso al lejano Hollywood.

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Si este nuevo clásico es un refrito de tres versiones, cuya primera edición nace en 1937 y sigue vigente, el tema quiere decir que los motivadores y problemas del ser humano pueden ser similares y que, aunque hoy son más públicamente conocidos, gracias a las redes sociales; el alcohol, la droga, los vicios y un éxito con sus símbolos mal entendidos puede llevar a finales realmente muy tristes al ser humano.

De otro lado también pensé cómo alguien puede tener tantas cosas juntas en un solo ser. Bradley Cooper no solo actúa, canta, muestra su six pack, sus ojos azules y su pelo perfectamente desordenado, sino que es el director, co-productor, co-escritor y protagonista.

Un alma envidiosa (o sea cualquier mortal) podría pensar que hay algo tramposo en todo esto. Pero es evidente que si algo hace bien Cooper es tener disciplina. Solo a través de la disciplina, la perseverancia y la convicción se logra lo que este personaje consigue.

El tema es que no hay que ser Bradley Cooper ni Lady Gaga para tener que administrar los múltiples talentos que nos dio la vida. Se trata más bien de tener la confianza, el método y la constancia para lograr lo que se quiere.

Talento puede tener cualquier ser humano. Suerte también. Actitud hay que buscarla y el método hay que construirlo. Los orientales persiguen sus sueños desde niños con un proceso de una concentración y disciplina tal que para ellos sacar malas notas es una forma de mejorar porque descubren cuáles son sus falencias y trabajan duro para moldearlas.

Creo que más allá del IQ es muy importante construir disciplina, método, confianza. Basados en el amor por lo que hacemos y buscamos.

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Que bonito encontrar un talento nuevo en cada uno. He encontrado gente muy linda que ama la música o la actuación, pero porque alguien le dijo que no lo hiciera porque eso “no da plata” decidieron estudiar y dedicarse a otra cosa.

Hay prejuicios permanentes en nuestras cabezas. La plata llega cuando las cosas se hacen bien. No llega fácil, como cultura mafiosa, eso es un espejismo. Pero puede llegar como el resultado del esfuerzo constante y la disciplina. Así que vale la pena inspirarse en modelos para creer que se puede, para dar la batalla, para meterle ganas.

El cine es una forma sensible de ver el mundo. Es una forma hermosa de acercarse a sueños e identificarse con valores, antivalores y personajes que inspiran y llegan al corazón. Bueno, para aquella gente con la sensibilidad para vivir cada minuto con la fuerza del último.

Si un líder tiene la capacidad de inspirar y dar ejemplo va a influir en su equipo para que cada día vea nacer una estrella, que no brille sola en el firmamento, sino que ayude a iluminar el cielo para todos los que tenemos la alegría de estar debajo de él…. ¡Carpe Diem!

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