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9 recomendaciones para no sucumbir a los millennials

El estilo de vida actual, como consecuencia de la modernidad, ha incrementado el número de jóvenes que son mucho más libres y que se abren camino en el mundo laboral y de los negocios con tendencias innovadoras; ampliando así la visión de las organizaciones de una forma novedosa y en evolución constante.

Jaime Bárcenas
20 de mayo de 2016

Las nuevas características de esta clase de empleados requieren ser entendidas y manejadas con nuevos modelos de negocio y de gestión.

Para los que están liderando organizaciones no les será inusual estar en medio de equipos con mayoría de personas jóvenes, con intereses muy diferentes y muchas veces contrarios, con personalidades irreverentes y más conectados a sus celulares que a la realidad. Pues bien, aquí les dejo algunas ideas que podrían ayudar a tratar y sacar provecho de su talento y habilidades:

1. Ampliar oferta de incentivos

Una excelente forma de animar a los jóvenes empleados es ofrecerles flexibilidad de horarios, que les permita organizar su tiempo para completar sus tareas. Pues además de darles libertad en la administración de su tiempo, la empresa estará entregando algo mucho más importante: confianza.

También se puede ofrecer la posibilidad de trabajar desde la casa un día por semana o cada 15 días, o por qué no considerar un “happy hour” laboral, una forma alternativa para integrarlos a la empresa y a sus equipos.

Otra opción es ofrecer descuentos en viajes, promociones de interés e intercambios académicos atractivos que se hagan efectivos al cumplir metas específicas.

2. Desafiar sus capacidades

Los jefes de una organización tradicional no deben limitarse a darles órdenes o pedir que completen tareas, hay que delegarles responsabilidades importantes, misiones con trascendencia estratégica, esto los hará sentir que confían en ellos y desarrollará sus capacidades al punto de incrementar el esfuerzo en todas sus labores.

3. Aprovechar su conocimiento en tecnologías sociales

Las nuevas generaciones nacieron en un mundo rodeado de tecnología, por lo que saben perfectamente cómo usar las herramientas digitales y sacar el mejor provecho de ellas. Es muy importante lograr ventaja de este conocimiento e incentivar su participación en la creación de ideas basadas en estrategias digitales. Incluso, sería atractivo para ellos tener la responsabilidad de liderar comunidades y gestionar las redes, seguramente en este tipo de iniciativas habrá motivación genuina y efectiva.

4. Plantear objetivos desafiantes

No existe un factor más desmotivante en el trabajo que objetivos inalcanzables, poco tangibles, sin un propósito o sin herramientas para poder conseguirlos. Un buen jefe debe establecer objetivos desafiantes y con el camino despejado para poder cumplirlos; y lo más importante, que éstos estén conectados con su propósito personal.

5. Ser un guía más que un jefe

No por ser jóvenes desprecian los consejos de los mayores, mucho menos si viene de alguien que se admira y es un ejemplo. Esto no significa que el jefe debe convertirse en su amigo, pero sí darles la confianza necesaria para comunicarse y hablar de cualquier inquietud o sugerencia. Aprender de ellos, también vale.

6. Dar espacio a la creatividad

Romper con el  modelo típico de trabajo y dar la oportunidad de echar a andar su imaginación. Permitir espacios para hacer propuestas y conectarlos con la visión de la empresa. Es importante, para motivarlos, dejar utilizar las redes sociales para beneficio del trabajo y flexibilizar los horarios rígidos.

7. Apoyar su emprendimiento

Un profesional del nuevo milenio espera que su empresa lo motive a crear su propia forma de negocio y que fomente el mejoramiento de su calidad de vida, dejándole saber que tiene todas las herramientas para crecer y lograr lo que se proponga. 

8. Aprovechar la diversidad para trabajar en equipo

Ellos se agrupan en comunidades por naturaleza y es necesario sacar provecho de esa condición, para proponer labores en conjunto y conformar equipos con múltiples estilos y pensamientos, que enriquezcan el trabajo y fomenten la inclusión desde la diversidad organizacional.

9. Capacitarlos

Los jóvenes tienen sed constante de aprender, ya sea por actualización o mejoramiento continuo, ellos saben cómo hacerlo, así que es importante encauzarlos y no limitarlos. Los conocimientos adquiridos serán una inversión y ayudarán al crecimiento de la empresa.

Recordemos que el espacio de trabajo es también un espacio de consumo en el que se puede evaluar qué tan atractiva es la oferta organizacional a través del propio capital humano. La empresa debe arriesgarse y recibir retroalimentación sobre su oferta laboral, para mejorar sus prácticas hacia la gestión de los millennials y por qué no, de toda la organización.