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Las tres reflexiones para mejorar nuestras finanzas en 2017

Un nuevo año es la oportunidad perfecta para balancear las buenas y malas decisiones que hemos tomado en nuestra vida, sobre todo a nivel financiero.

Manuel Restrepo
5 de diciembre de 2016

Similar a nuestra dieta, su balance este final de año probablemente exhibe una clara obesidad financiera, es decir, un sobrecargo de gastos y deudas que sobrepasan sus ingresos y generan perspectivas precarias para sus finanzas personales. Sin embargo, este es el tiempo preciso para reflexionar y tomar las decisiones correctas para que 2017 sea un año verdaderamente próspero.

Es interesante observar que rara vez, la causa principal de nuestra difícil situación financiera es porque no tenemos el dinero suficiente. Por el contrario, nuestra pobreza tiene mucho que ver con la manera como manejamos nuestras emociones. Cuando recibimos algo de dinero extra, ¿tendemos a gastarlo todo al instante?; o por el contrario, ¿guardamos gran parte de este dinero para ahorrarlo o invertirlo?  Asimismo, cuando tomamos decisiones relacionadas con cambiar de trabajo, o dedicarnos a otra labor, ¿somos emocionales en nuestra decisión?

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La primera reflexión es justamente relacionada con entender por qué estamos cansados con nuestro trabajo. Probablemente usted es una de las personas que se frustra porque no ama lo que hace, y está pensando renunciar o dedicarse a hacer otra cosa. Como afirma Cal Newport en su libro “So Good They Can’t Ignore You”, no es necesario amar lo que usted hace, sino ser bueno en lo que hace. Cuando logramos ser excelentes en nuestro rol laboral y sentimos esa seguridad de dominio, es normal que seamos mejor compensados por dicha labor y surja pasión por lo que hacemos. No importa si usted es el mensajero de la compañía, el secretario, un representante de ventas, o el gerente general, si usted es excelente en lo que hace, eventualmente verá la recompensa.

La segunda reflexión debe estar relacionada en entender cómo administramos nuestro dinero, dado que el entender cómo perdemos nuestro dinero es igual de importante a entender cómo ganarlo. Como afirma Brendan Moyinihan en su libro “What I Learned Losing a Million Dollars”, las personas tienden a generar un sesgo de optimismo cuando las cosas empiezan a salir a su favor, y el éxito y el dinero los sesga de tomar decisiones con riesgos calculados. Varios amigos de la industria financiera me comentan cómo tuvieron sus años de gloria, pero asimismo su excesivo optimismo de pensar que las vacas gordas serían eternas, los hizo gastar todo su dinero y no ahorrarlo para las vacas flacas o la vejez, o bien para invertirlo. 

Finalmente, la tercera reflexión debe analizar si tenemos un plan de acción para nuestras decisiones financieras, con el fin de mitigar el impacto negativo de nuestras emociones. Cuando vamos a comprar una casa o un carro, ¿tenemos claro el presupuesto que tenemos, o simplemente nos dejamos llevar por las emociones de la casa más linda, o el vehículo más lujoso, pero sin contabilizar las preocupaciones que nos va a generar el haber comprado algo fuera de presupuesto?

Reflexione y actúe, pues la ruina financiera y vivir del “cheque a cheque” ya deber ser en su vida cosa del pasado.

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