GREGORIO GANDINI

2018: ¿Rebote o caída?

Con el cierre del año aproximándose, llega ese momento de dejar de mirar el 2017 y empezar a pensar en el 2018, así que esta semana he decidido hacer un análisis de algunas de las variables más significativas que afectaran las expectativas de crecimiento para el próximo año.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
20 de diciembre de 2017

¡Llegó diciembre con su alegría! Esta época es tradicionalmente el momento de evaluar el año y hacer propósitos para el siguiente, pero no solo desde el punto de vista personal sino también desde el macroeconómico, por eso hoy he querido revisar algo de las expectativas del mercado y el comportamiento de algunas variables clave para ver qué nos depara el 2018.

Petróleo y tasa de cambio

Como siempre vale la pena iniciar con el petróleo ya que no solo es una variable que afecta el ingreso de las exportaciones directamente, sino que también debido a la alta concentración de las mismas, a la tasa de cambio. Aunque, en los últimos tres meses del año esta correlación negativa entre el precio del petróleo y la TRM no se ha mantenido tal y como puede verse en el gráfico 1, donde el aumento en precios del Brent está acompañado de una devaluación del peso, se ha mantenido de forma histórica.  

En términos del panorama mundial del crudo, en su reunión del 30 de noviembre la OPEP y sus aliados decidieron mantener el programa de recortes hasta el 22 junio de 2018, momento en el cual se volverá a evaluar. Por lo que para el primer semestre del próximo año se puede esperar un escenario de oferta reducida de algunos de los mayores productores, lo que, en términos del precio del Brent, referencia para Colombia, podría sostener el precio por encima de 60 dólares por barril favoreciendo los supuestos económicos del presupuesto del gobierno.

Riesgo: ¿Cómo nos percibieron en 2017?

Uno de los factores que parece soportar un mayor crecimiento en 2018 podría ser la entrada de flujos extranjeros de portafolio ya que en este momento, el riesgo en Colombia se ha reducido en términos del CDS spread que es la medida de la prima de riesgo asociada a los Credit Default Swap de bonos del gobierno.

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Tal y como puede verse en la gráfica del CDS para los bonos a 10 años, la prima de riesgo se ha reducido a lo largo del 2017 pasando de 241.8 a 205.84 puntos básicos, lo que muestra que en términos de los inversionistas la percepción de riesgo del país ha disminuido, sin embargo, viene un año particularmente complejo en términos de elecciones afortunadamente para Colombia, esto también se avecina en México y Brasil donde el panorama parece ser aún más confuso. Además de la incertidumbre política, la reciente reducción de la calificación crediticia de Colombia por parte de Standard and Poor´s de BBB a BBB-, podría afectar el apetito futuro de los inversionistas.

A pesar de lo anterior los mercados internacionales están experimentando un momento de alta liquidez y puede verse en que los fondos extranjeros en noviembre de este año de nuevo aumentaron su posición de TES situándose en 25.97%, frente a 25.68% de octubre y 24.22% del año anterior.

Crecimiento 2018: El riesgo latente

Una de las variables que alientan el optimismo de las expectativas es tener una inflación cerca al rango meta, su último registro fue de 4.12% para el mes de noviembre y el mercado espera un cierre del año en 4.05%. Este comportamiento es clave ya que bajos precios deberían incentivar el consumo, además en el próximo año sería de esperar el verdadero impacto de la política de reducción de tasas del Banco de la República, llevando a los bancos comerciales a reducir sus tasas.

Además, si el petróleo se mantiene estable entre 57 y 60 dólares por barril, debería mejorar los ingresos vía exportaciones y estabilizar una TRM alrededor de $3.000 pesos por dólar. Teniendo en cuenta lo anterior, en el cuadro 1 se puede ver el resumen de las expectativas de crecimiento para 2018, comparado con los datos de crecimiento históricos desde 2010.

Pero como siempre no se puede cantar victoria ya que existen varios riesgos que deben mantenerse vigilados durante el próximo año para poder evaluar si las expectativas se lograrán, el primero está asociado a la política de reducción de las tasas del Banco de las República y es el nivel de la cartera morosa en los bancos la cual ha tenido un aumento significativamente en lo que va de este año, afectando no solo el consumo sino poniendo en riesgo uno de los sectores que más peso tiene en el PIB.

Otro factor sobre el que menos control se tiene, es por supuesto el petróleo, ya que, si la OPEP decide suspender sus recortes en junio de 2018 o Estados Unidos aumenta su producción de forma significativa, el precio podría volver a desplomarse, lo que implicaría aumentos en la TRM para el segundo semestre de 2018.

Esto sin contar que, como se mencionó arriba si bien el CDS de Colombia se ha venido reduciendo, Standard and Poor’s redujo la calificación crediticia del país lo que podría afectar el apetito de extranjeros por papeles de deuda no solo del gobierno que se mantiene sobre el nivel de grado de inversión, sino en compañías locales que pueden quedar por debajo.

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Dicho lo anterior, vale la pena aclarar que las expectativas de crecimiento para 2018 tienen sentido suponiendo que se reactive el consumo, las exportaciones continúen repuntando y la agricultura jalone, las situaciones externas se mantengan y se controle el riesgo político local, sin embargo, de darse un dato de 2.3%, si bien es una mejoría respecto al esperado de 1.6% todavía nos sitúa muy lejos del promedio de los últimos 6 años como puede verse en la tabla 1, por lo que el 2018 traerá un rebote pero el camino hacia la recuperación será largo, lento y no estará carente de riesgos, por lo que cada paso será decisivo.