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15 claves de oro del rol del presidente de una junta directiva

Más de 150 historias corporativas van moldeando, cada vez de manera más clara, las funciones reales y pragmáticas que tiene el presidente del consejo o de la junta directiva de una organización.

Raúl Serebrenik
5 de abril de 2016

El liderazgo que el presidente debe ejercer en la junta directiva resulta fundamental no solo para propender por su buen funcionamiento, si no también, para afinar la dinámica ideal que pueda generar el mayor valor agregado para la organización.

El presidente es el enlace y comunicador entre la junta y el CEO de la empresa. En algunos países como en USA, está permitido que el mismo personaje se desempeñe en los dos puestos al mismo tiempo, dependiendo de la regulación y de la jurisdicción bajo la cual la corporación opera. En otros países como en Colombia, no se permite esta dicotomía de acuerdo a las leyes del gobierno corporativo; por ello, es fundamental, sobre todo en las empresas familiares, entender las funciones específicas del presidente de la junta vs el del CEO.

Las funciones y responsabilidades del presidente de la junta directiva serían las siguientes:

1. Ser un líder positivo que es responsable de imprimir y afinar la dinámica óptima para que la junta y sus comités generen un mayor potencial y valor agregado a la organización. Se puede tener el mejor equipo de miembros de junta con las mejores habilidades, pero sin el liderazgo correcto la junta se puede volver ineficiente, donde no se le saca provecho ni a las personas, ni a las reuniones que es el escenario para exprimir (en el buen sentido) esas habilidades y experiencia de los miembros de junta directiva.

2. Actuar como agente comunicador entre la dirección y la junta directiva. La comunicación eficiente, a tiempo y con prudencia es un elemento clave que debe aceitar la maquinaria que es la junta directiva.

3. Proporcionar asesoramiento a los miembros de la junta y al CEO. Al permitir que las habilidades y las experiencias de los miembros de la junta y del presidente permeen los mandos altos de la organización de manera controlada se puede llegar a generar uno de los elementos de mayor contribución para la organización.

4. Establecer la agenda de trabajo de cada reunión de la junta en conjunto con el CEO. El enfoque que se requiere para discutir los temas estratégicos de manera ordenada y con la información correcta establece una dinámica acertada al momento de generar un mayor valor para la compañía.

5. Garantizar que la cantidad de información que se envía previamente a los miembros de junta sea suficiente y con un enfoque preciso para tomar las mejores decisiones en cada reunión. Es imprescindible tener en cuenta la agenda que previamente se ha acordado para desarrollar la sesión de trabajo de manera efectiva.

6. Dirigir la reuniones de la junta directiva poniendo el ritmo y estableciendo el orden y la disciplina que se requiere.

7. Coordinar y hace el seguimiento del calendario anual de las reuniones de junta y de los comités. El ritmo de trabajo y los temas fundamentales que a veces resultan incomodos para la administración son los que deben ser abordados de manera ordenada y profesional bajo una agenda anualizada de ser posible.

8. Establecer los lugares y las horas de las reuniones. Es importante escoger un lugar sin distracciones, con un ambiente fresco que genere una mayor productividad en la reunión y en donde se puedan generar discusiones con un enfoque claro.

9. Revisar y firmar las actas de las reuniones de la junta previa aprobación. Llevar el orden de actas y su formalización es un tema fundamental pues el acta se convierte en un documento legal e histórico de la organización.

10. Participar en los comités que la junta considere convenientes. El aporte de las habilidades y competencias más la experiencia de los miembros de la junta en los comités puede generar una enorme diferencia a la hora de resolver situaciones que generen mayores sinergias.

11. Velar por el cumplimiento de las decisiones de la junta. La junta agrega valor a través de la implementación de las decisiones.

12. Velar por el cumplimiento de las normas y reglamentaciones que exija la ley de gobierno corporativo.

13. Convocar a las reuniones extraordinarias en el caso que se requieran.

14. Velar por la evaluación de cada reunión, evaluaciones individuales y colectivas del desempeño de la junta y de sus comités. Una cultura de rendimiento de cuentas como de transparencia debe comenzar por el ejemplo que el mismo órgano de gobierno de mayor rango de la organización imprime en cascada a toda la corporación.

15. Ayudar a preparar las reuniones de los accionistas o de socios y presentar a la asamblea general de accionistas, cada vez que se reúna, un informe sobre el funcionamiento de la junta directiva el cual comprenderá, entre otros, el informe sobre las reuniones efectivamente realizadas y la periodicidad de las mismas incluyendo  asistencia y resultados obtenidos.

El desempeño adecuado y prudente que juega el presidente de una junta directiva es crítico, ya que,  puede llegar a ser la diferencia entre tener una junta directiva que se caracterice por ser un activo fundamental para la organización, que genera valor agregado importante y cuantificable o, por el contrario, ser  un pasivo que está destruyendo valor a la organización y por ende a sus accionistas.