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El aporte político de la mujer en Colombia

Desde la Revolución Francesa, las mujeres han jugado un papel definitivo en los principales acontecimientos de la historia. Sin su participación activa, la reivindicación de los derechos humanos no se hubiere dado o no hubiese tenido la preponderancia que la caracterizó. Opinión de Karem Labrador Araújo.

Dinero
29 de mayo de 2012

Desde la Revolución Francesa, las mujeres han jugado un papel definitivo en los principales acontecimientos de la historia. Sin su participación activa, la reivindicación de los derechos humanos no se hubiere dado o no hubiese tenido la preponderancia que la caracterizó. Y en este sentido, fue fundamental el rol de Olympe de Gouges con su Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadanía.

Ya en el siglo XX, la mujer accedió a cargos no sólo de poder sino también de decisión. Casos como el de Margaret Thatcher en Inglaterra, y de Tawakkul Karman, Ellen Johnson-Sirleaf y Leymah Gbowee (Premios Nobel de Paz 2011) en África así lo demuestran.

En el contexto latinoamericano, la exclusión de las mujeres de la ciudadanía y de la política se visibilizó entrado el siglo XX. Sin embargo, con la aparición de los grupos feministas y de las políticas de género las mujeres lograron el derecho a administrar sus bienes; el acceso a la educación superior; el acceso a cargos públicos; el derecho al voto; y el derecho a la regulación de horarios y mejora de sus salarios.

En este sentido, el derecho al voto se convirtió en la puerta de entrada a la participación política de las mujeres, aunque los datos demuestran que ésta ha sido minoritaria. Y es que aunque las mujeres latinoamericanas son más del 50% de la población electoral y que 13 países(1) de nuestra región cuentan con legislaciones que determina las cuotas para inscripción de candidatas a los parlamentos nacionales, sólo 3 países han superado el 30% de la participación femenina y ellos son Argentina con el 38.5%, Costa Rica con el 36.8% y Ecuador con el 32.3%.

Estos datos refuerzan mi idea de que las leyes de cuotas sirven como mecanismo temporal que necesita ser supervisado, pues per se no garantiza la paridad de la mujer en todas las instancias del Estado.

Según el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL (2011) en el último período presidencial en América Latina, el porcentaje de las mujeres en gabinetes ministeriales es del 17.5%; en el órgano legislativo nacional el 22,4% y en el máximo tribunal de justica el 19%.

En este sentido se podría señalar que aunque los avances son representativos, aún quedan obstáculos por sortear. Y por ello es que precisamente cobra relevancia lo señalado por Rebeca Grynspan (UNDP 2009) con relación a que “la equidad de género no es un asunto de mujeres sino de desarrollo”. Y yo añadiría algo adicional y es que la participación política con enfoque de género debe garantizar tres elementos: inclusión, representación y paridad.

Michelle Bachelet en su discurso en el Encuentro Internacional de Mujeres en Chile en abril de este año manifestó: “Será el siglo de las mujeres”. De ahí que se necesiten más mujeres en espacios de poder que garanticen una representación igualitaria; mujeres que utilicen su poder para escuchar, hacer alianzas y que construyan democracia. Y ante estos retos indicó que aunque “no será fácil, están llamadas a trabajar para derrotar la desconfianza… Fuerza y coraje para seguir en la política porque sus países las necesita”.

Al referirnos al caso colombiano, me parece importante hacer referencia a la frase del Constituyente del año de 1886 José María Samper quien indicó lo siguiente: “la mujer no ha nacido para gobernar la cosa pública y ser política. Porque ha nacido para obrar sobre la sociedad por medios indirectos, gobernando el hogar doméstico y contribuyendo a formar las costumbres y a servir de fundamento y de modelo a todas las virtudes delicadas, suaves y profundas”.

Por fortuna para nosotras, el Acto Legislativo No 3 de 1954 nos otorgó el derecho en nuestro país a elegir y ser elegidas. Y es en el año de 1957 cuando por primera vez fuimos a las urnas. Posteriormente, la Constitución de 1991 estableció la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

En el año 2000 la Ley 581 conocida como Ley de Cuotas estableció que mínimo el 30% de los cargos de máximo nivel decisorio deben ser desempeñados por mujeres. Sin embargo, según el informe de la Procuraduría General de la Nación de las 1.174 instituciones estatales, sólo 137 cumplen con esta norma.

Bajo el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, el tema de género sigue cobrando importancia. Y en este sentido el Decreto 3445 de 2010 otorgó a la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer(2) los siguientes objetivos: garantizar los Derechos de las Mujeres y la Igualdad de Género; fortalecer el tema en las instituciones del Estado; promover espacios de interlocución; y promover la transversalización.

A pesar de ello, si miramos los datos de Colombia, la situación no es muy diferente a la latinoamericana:

• Hasta el momento ninguna mujer ha ejercido la Presidencia de la República.
• En el período 1958-1974, el promedio de participación política fue de 6.79 mujeres por cada 100 hombres.
• Colombia está en los últimos lugares de Latinoamericana en representación femenina en los congresos nacionales(3): En lo concerniente al Senado la participación de las mujeres en el período 1998-2002 fue del 13%; en el del 2002-2006 del 12%; en el de 200-2010 del 12% y en el 2010-2014 llegó al 16%. En cuento a la Cámara de Representantes la participación es menor: entre 1998-2002 fue del 11%; entre 2002-2006 del 12%; entre 2006-2010 del 10% y entre el 2010-2014 del 12%.
• Actualmente de los 102 senadores, 16 son mujeres; y de los 166 representantes a la Cámara, 22 son mujeres.
• A diciembre de 2010 de 13 ministerios sólo 4 eran mujeres; de 24 viceministerios 7 eran ocupados por mujeres; pero de las 16 consejerías y programas, el 50%eran presididos por mujeres.
• De los 74 magistrados en las altas Cortes, sólo 16 son mujeres.

Al revisar la participación de la mujer en el nivel regional y local, la situación es prácticamente igual:

• Gobernaciones: entre 1998-2000 el 3.2% eran mujeres; en el período 2001-2007 aumentó hasta el 6.2%; y entre 2008 y 2011 nuevamente descendió al 3.12%. Para el período 2011-2014 se escogieron a 3 gobernadoras.
• Asambleas departamentales: entre 1998-2000 el 5.2% fueron mujeres; entre 2001-2003 el porcentaje aumentó hasta el 13.8%; continuó el ascenso entre 2004-2007 al llegar al 15.6% y entre 2008 y 2011 alcanzó el 17.5%. Para los años 2011-2014 son 60 diputadas.
• Alcaldías: entre 1998-2000 el 5.2%; entre 2001-2003 el 7.3%; 2004-2007 el 7.6% y entre 2008 y 2011 el 9.9% de mujeres en las alcaldías municipales. Para el período 2011-2014 fueron escogidas 107 alcaldesas
• Concejos municipales: entre 1998-2000 el 10.3%; en los años 2001-2003 el 12.8%; entre 2004-2007 el 13.7% y entre 2008 y 2011 el 13.70%. Para los años 2011-2014 se escogieron a 1.442 concejalas.

Si queremos revisar los datos del potencial electoral se tiene que 16´152.078 mujeres hacen parte del censo electoral versus 14´950.260 hombres. 2´649.554 mujeres votaron en Bogotá, 2´102.761 en Antioquia, 1´657.906 en el Valle del Cauca, 845.224 en el Atlántico y 803.153 en Cundinamarca.

Estos datos lo que nos demuestran es que en la sociedad colombiana siguen existiendo obstáculos para el acceso de las mujeres a estos cargos, entre los cuales están: la permanente utilización de prejuicios y estereotipos culturales; los obstáculos para seguir una carrera política; los conflictos para conciliar la vida pública y laboral con la familiar y personal; el poco interés de los políticos en permitir la equidad de género y un mayor liderazgo de la mujer; el comportamiento de los partidos así como la forma de hacer política.

Por ello, experiencias como la campaña “Toma partido por los derechos de las mujeres”, la Red de Alcaldesas, la Red de Concejalas, la Red de Mujeres Ciudadanas, la Red de Mujeres Afrocolombianas y la Fundación Mujeres por Colombia es muestra de que es posible que las mujeres alcancen un mayor protagonismo en la política.

Pero dejo claro que más mujeres en la política no implica una mayor participación en las agendas públicas y políticas. De ahí la importancia en avanzar en que las mujeres ocupen más cargos de toma de decisiones y de injerencia en temas más allá de los sociales.

Por lo anterior, es que quisiera resaltar el rol que algunas mujeres colombianas han tenido en nuestro país, entre ellas tenemos a Noemí Sanín (ex ministra y candidata a la Presidencia de la República; y primera Ministra de Relaciones Internacionales de América Latina), Marta Lucía Ramírez, María Emma Mejía (ex Ministra y actual Secretaria General de UNASUR), Vivian Morales (Senadora y primera mujer en el cargo de Fiscal General de la Nación) y Clara López Obregón (exalcaldesa de Bogotá y Presidenta del Polo Democrático Alternativo). Mujeres que han demostrado con hechos que es posible ser líder; mujeres que desde diferentes roles han aportado en la construcción de gobiernos locales y de ciudadanía en Colombia.

No podemos dejar pasar otra generación para que las mujeres jueguen un papel más activo en la política. ¡Vamos que se puede!

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1. Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Colombia, Ecuador (50%), Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú (20%) y República Dominicana.

2. Consejería Presidencial para la Juventud, la Mujer y la Familia (1990); Dirección Nacional para la Equidad de las Mujeres (Ley 188 de 1995); Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer (Decreto 1182 de 1999).

3. Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL.

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