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COYUNTURA ECONÓMICA

Riesgos País en 2020 según Colombia Risk Analysis

El país atraviesa una delicada coyuntura política, social y de seguridad. Aunque se proyecta que Colombia mantenga índices de crecimiento económico superiores al resto de la región, persisten las profundas divisiones entre las zonas urbanas, donde se concentra la mayoría de la riqueza y la actividad económica, y las zonas rurales, que carece de presencia estatal y donde predomina la pobreza. Un análisis de Sergio Guzmán y Katherin Galindo.

Sergio Guzmán, Katherin Galindo, Sergio Guzmán, Katherin Galindo
23 de enero de 2020

Poco cambiará para la Colombia urbana en 2020, mientras que a la Colombia rural le espera un año muy duro. Esta realidad se traducirá a los riesgos que enfrentarán las empresas que operan en las dos zonas: mientras que las crecientes protestas sociales, la dificultad de pasar leyes para promover el desarrollo empresarial y las brechas de competitividad afectarán a las empresas que operen en las ciudades, aquellas empresas que operan en zonas rurales se verán afectadas en mayor medida por la pobre infraestructura, la falta de presencia estatal y la creciente influencia de actores ilegales.

Pese a lo anterior, Colombia continúa siendo un destino de inversión atractivo a nivel mundial. Esto se debe al crecimiento económico del país por encima de sus pares regionales, un ambiente tributario y un gobierno abiertamente favorable a los intereses del sector privado. A pesar de sus altibajos aquellos inversionistas que tengan una visión de largo plazo serán quienes más puedan aprovechar las ventajas competitivas y valiosos recursos con los que cuenta el país.     

A continuación presentamos el análisis de riesgos para el país y los desafíos que pondrán a prueba al gobierno del presidente Iván Duque en el 2020:

  1. La Relación del Presidente con el Congreso

Tras un turbulento año y medio de mandato, el presidente Iván Duque no ha logrado una coalición mayoritaria en el Congreso, lo que afecta en gran medida la capacidad del gobierno para avanzar en la legislación. La imagen desfavorable del Presidente se suma a su aislamiento del Congreso, lo que desestimula que los partidos lleguen a un acuerdo sobre la agenda legislativa del gobierno y, a su vez, abre espacios para que exijan cuotas burocráticas y gastos presupuestarios discrecionales (mermelada) para apoyar al  gobierno.

Persistirán en 2020 los retos de gobernabilidad del año anterior. El gobierno de Iván Duque no contará con mayorías confiables en el Congreso y dependerá de apoyos de partidos independientes para pasar cualquier iniciativa legislativa, obligándolo a ser menos ambicioso en sus propuestas de ley. Las mesas directivas del Congreso, en manos del Partido Liberal y Cambio Radical, también le restarán capacidad de maniobra al gobierno y presentarán amplias oportunidades para que la oposición recurra a obstáculos procedimentales en el Congreso. El 2020 será un año con pocas victorias a nivel legislativo para el gobierno donde probablemente se enfrente a un Congreso poco cooperativo. En cualquier escenario, la popularidad del gobierno continuará su tendencia negativa ante la falta de un rumbo claro para el país. 

  1. Descontento Social 

En noviembre estalló la protesta social en todo el país en oposición a las políticas del Gobierno Nacional. Las quejas de los manifestantes incluyen una amplia gama de temas relacionados con política económica, educación, seguridad y la implementación del acuerdo de paz. Igualmente los reclamos se basan en un creciente rechazo a la corrupción y la incapacidad del sistema político para auto reformarse. La respuesta del gobierno a las protestas, hasta ahora, ha sido deslucida. La administración ha rechazado algunas de las demandas de los manifestantes y se ha mostrado renuente a ceder en cuestiones de política, como presentar sus planes para introducir una reforma laboral y una reforma pensional en 2020.

El principal interrogante frente a las demandas sociales es si continuarán impulsando las manifestaciones en 2020. El 21 de enero se realizó un paro, no obstante el paro perdió momentum a final de año y con el tiempo fueron menos las personas en las calles lo que hace pensar que el fenómeno no será tan intenso en enero y que se irá debilitando gradualmente. Esto no significa que el problema se vaya a resolver, por el contrario, el gobierno tiene la oportunidad de implementar algunas medidas que den respuesta a las exigencias del paro, por ejemplo, la implementación de medidas anti-corrupción o fomento a la educación superior, para mitigar el descontento social de los manifestantes. Finalmente, el paro, un fenómeno en su mayoría urbano, corre el riesgo de extenderse a las zonas rurales con anuncios polarizantes como la reanudación de aspersiones aérea con glifosato en la lucha contra el narcotráfico.  

  1. Estabilidad Fiscal

Las cifras estimadas de crecimiento económico de Colombia en 2019 sugieren que el país creció por encima del 3% en el año, luego del crecimiento del 3,3% en el tercer trimestre. Es de destacar que Colombia fue uno de los países con mejores perspectivas económicas de Latinoamérica y, para el 2020, tanto el FMI como el Banco Mundial, proyectan que el país siga creciendo a un ritmo similar y estiman un crecimiento del PIB de 3,6%, mucho mayor a la perspectiva regional de 1,8%. Del mismo modo, las instituciones esperan que Colombia cuente con una mayor demanda agregada, en parte a raíz de la migración venezolana, lo que dará un impulso al comercio en las principales ciudades del país.

El gran obstáculo del gobierno para mantener el crecimiento económico será las demandas de mayor gasto público, inversión y redistribución para cerrar las brechas sociales y frenar el desempleo. Existen enormes desafíos para que el gobierno logre sacar adelante las reformas laboral y pensional que ha planteado y que son impopulares. Como lo mencionamos en nuestro documento de investigación sobre la Reforma Pensional, consideramos que es poco probable que Presidente Duque logre tramitar dicha reforma durante su gobierno. En los cálculos de la reforma tributaria del gobierno, se estimó que el mayor crecimiento económico, acompañado de inversión extranjera directa y la lucha contra la evasión fiscal, aumentarían el recaudo por encima de lo que el gobierno está entregando en exenciones tributarias a la grandes empresas. Sin embargo, si las metas no se cumplan, es muy probable que el gobierno recurra a decretar dividendos extraordinarios o incluso presuma vender su participación en distintas empresas estatales como Ecopetrol o ISA.

  1. Desafíos de la Estabilización Territorial 

La firma del acuerdo de paz con las Farc dio paso a que el gobierno llevará a cabo avances en seguridad y en el establecimiento de instituciones gubernamentales en las regiones que fueron zonas de influencia del grupo desmovilizado. A pesar de estos esfuerzos, en 5 regiones, Nariño, Cauca, Caquetá, Bajo Cauca Antioqueño y Catatumbo, hay presencia de diferentes actores armados, lo que se suma a la negligencia estatal y a los complejos problemas sociales y económicos que afectan a las comunidades. En consecuencia, aquellos problemas que según el gobierno “envejecieron mal”, incluidos el asesinato de líderes sociales y excombatientes, la proliferación de grupos armados (GAOs), la falta de control territorial y el aumento de cultivos, se exacerbaron y son hoy los principales desafíos en seguridad en estas regiones, lo que además impide su desarrollo económico.

De seguir en aumento las agresiones contra los líderes sociales es muy probable que los demás problemas también se intensifiquen en las regiones pues es mucho más fácil para los grupos armados introducir a la población vulnerable dentro de las dinámicas de sus economías ilegales sin la presencia de líderes sociales. Es probable, entonces, que debido al abandono estatal, las poblaciones legitimen a los grupos armados en tanto estos establezcan orden y brinden ciertos servicios, lo que resultaría en un debilitamiento del Estado. Los asesinatos o acciones en contra de los de excombatientes continuarán en tanto no haya un control real que garantice su proceso de reinserción y seguridad. Bajo ese escenario, es muy probable que la tasa de deserción aumente, poniendo en peligro el acuerdo de paz y posiblemente sumar a las filas de las disidencias. Ante este panorama el 2020 se ve como un año definitivo para el proceso de paz que dependerá de la voluntad política del gobierno para seguir adelante y evitar una escalada del conflicto.

  1. Elecciones en EEUU 

En noviembre, el presidente republicano Donald J. Trump  buscará su reelección contra un contenedor del partido demócrata aún por determinar. Durante la campaña electoral aumentará la incertidumbre sobre el rumbo que tomarán eventos geopolíticos, la reacción de Trump y sus implicaciones. En primer lugar está el “impeachment” de Trump, que tiene pocas probabilidades de éxito en el Senado, pero continuará siendo un foco del partido Demócrata; ya que algunos líderes de la Cámara de Representantes han manifestado que podrán presentar cargos por segunda vez en caso de que exista más evidencia sobre el caso de Ucrania y otros eventos que implicarían la interferencia de Trump en las elecciones de 2020. Segundo, Trump continuará generando escenarios de inestabilidad, como el ataque contra el General Iraní Qasem Soleimani, el escalamiento de una guerra comercial con China y una mayor agresividad contra los migrantes centroamericanos. Tercero, China y Estados Unidos se encuentran enfrentados a largo plazo. La confrontación, alentada por Trump,  tiene efectos comerciales y militares, y pone en un lugar incómodo a los aliados militares de EE.UU. que también disfrutan de estrechas relaciones comerciales con China. Todas estas acciones suponen una gran volatilidad en los mercados financieros y los precios de los commodities en 2020, particularmente el petróleo y el oro.

Es muy temprano para pronosticar el resultado de la elección en EE.UU., sin embargo, cabe decir que los presidentes estadounidenses en oficio que cuentan con indicadores económicos sólidos tienden a ser reelectos. Este escenario sugiere que habrá mayor volatilidad geopolítica y comercial en el evento que Trump fuera reelecto, lo que también planteará un desafío para las contraparte de  EE.UU. quienes tendrán que replantear sus estrategias comerciales y militares hacia el futuro. De todas formas, de no ser reelegido Trump los países tendrán que estudiar de cerca su relación con EE.UU, país que ha probado ser un aliado poco confiable bajo el líder Republicano. Es poco probable que las prioridades de los Estados Unidos en la relación bilateral con Colombia cambien de la noche a la mañana, independientemente del resultado electoral. La asistencia internacional de EE.UU. continuará enfocándose en la lucha contra el narcotráfico, la asistencia humanitaria a migrantes venezolanos y el desarrollo social. Finalmente, es poco probable que el presidente Duque dé un viraje a su actual estrecha relación política, comercial y militar con EE.UU a la luz del resultado de la elección del 3 de noviembre.

*Sergio Guzmán es Director de Colombia Risk Analysis y Katherin Galindo es Asistente de Investigación

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