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Partir con ventaja

Colombia cuenta con la sexta matriz eléctrica más renovable del mundo, lo que es un gran activo frente a la comunidad internacional, que busca avanzar en los objetivos de reducir las emisiones de CO2 y evitar cambios desastrosos en el clima de nuestro planeta. Un análisis de Ricardo Raineri.

26 de septiembre de 2019

A diciembre de 2018 la capacidad instalada de generación en Colombia llegó a 17.312 MW, donde 68,4% es hidroelectricidad, 1% fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER), 13,3% gas natural, 9,5% carbón, y 7,8% líquidos como derivados de petróleo. Esta matriz le permite que en períodos de hidrología húmeda, la generación hidroeléctrica puede abastecer hasta 85% de la demanda de energía, y en períodos secos 50% de la demanda, donde la diferencia es cubierta por generación térmica.

Colombia cuenta con condiciones excepcionales para el desarrollo de una matriz eléctrica renovable en zonas como La Guajira y Cesar, y de acuerdo con lo manifestado por la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, “el potencial de recursos eólicos y solares puede ser mayor que el potencial hídrico a nivel nacional”.

El presidente Iván Duque visualiza la gran oportunidad que existe para Colombia en las FNCER, y ha propuesto diversificar la matriz eléctrica y acelerar la introducción de energía renovable no convencional al menos a 1.500 MW en el próximo par de años. Una meta ambiciosa pero posible, y que Colombia puede alcanzar de manera eficiente usando mecanismos de mercado abiertos y competitivos, si las señales de precios son las correctas.

El país parte con ventaja en su aspiración por diversificar la matriz eléctrica con FNCER, porque lo hace en un momento cuando los costos de las FNCER a nivel mundial, como solar PV y eólica, son muy competitivos con las fuentes de generación convencionales como turbinas a gas, centrales a carbón y grandes centrales hidroeléctricas.

Desde inicios de esta década, los costos nivelados de las FNCER han descendido a un quinto de su valor, lo que hoy les permite competir en subastas abiertas y competitivas y desplazar holgadamente proyectos de fuentes convencionales más costosos. Las FNCER ya no requieren para su desarrollo de los grandes subsidios y/o ventanas o cuotas especiales de mercado que requirieron en el pasado para su desarrollo. Hoy son muy competitivas y así lo han demostrado en diversas economías del mundo.

Además de la fuerte caída en los costos nivelados de las FNCER que las hace muy competitivas, estas además gozan de la ventaja de tener una mayor aceptación social y ambiental, de requerir de periodos más cortos de desarrollo o construcción, y de la posibilidad desarrollarse por etapas requiriendo una menor inversión inicial, con un consecuente ahorro financiero.

Para Colombia también es una ventaja el contar con un importante base de generación hidroeléctrica, y con gas natural, fuentes de generación que son muy complementarias para aportar la flexibilidad necesaria para garantizar un suministro eléctrico estable frente a una creciente penetración de fuentes de generación variable como lo son la eólica y solar. Sin embargo, el modelo de subastas propuesto para Colombia, podría derivar en bajos niveles de competitividad al considerar solo una parte de las alternativas de desarrollo de la generación, y con ello poner en riesgo lo construido.

Para alcanzar una mayor eficiencia de los mercados y del desarrollo del sector eléctrico colombiano se debe procurar que el diseño de las subastas sean abiertas y competitivas, que en ellas puedan participar las diferentes tecnologías, aportando energía según sus condiciones particulares de operación, para que la presión competitiva de las tecnologías en su conjunto permita que la fuerte reducción de costos que han experimentado las FNCER se traslade a los consumidores. En esto, la demanda debe participar voluntariamente expresando su disposición a pagar y contribuyendo así a una formación eficiente de precios.

En un mercado eléctrico como el de Colombia, el que ya ha cuantificado a través de múltiples incentivos tributarios y arancelarios las externalidades positivas de FNCER y que además cuenta con instrumentos para corregir las externalidades negativas de las tecnologías convencionales, debe facilitar la generación eficiente de las señales de precios y la participan voluntaria de los diferentes agentes del mercado para paso al desarrollo de aquellos proyectos de generación más competitivos.

Para avanzar en un desarrollo con una matriz eléctrica que descanse en cantidades crecientes de generación de energías renovables como la hidroeléctrica, y de fuentes renovables que hoy cuentan con generación variables, como eólica y solar, se debe promover acciones de política que faciliten un fuerte desarrollo de la transmisión que permita el desarrollo de estos recursos, y que permita aprovechar en la operación las complementariedades de los recursos energéticos que tiene el país.

Conjuntamente, y de cara a una mayor electrificación de la matriz energética del país y del desarrollo de la electromovilidad, Colombia debe incentivar el crecimiento del consumo de energía en los sectores industrial y de transporte y progresar en la introducción de sistemas de almacenamiento eléctrico (baterías y centrales con bombeo), profundizando en el desarrollo de servicios complementarios que apoye a las fuentes de generación variable; y en el análisis de escenarios alternativos indicativos de expansión de la generación que sirvan de guía a los inversionistas respecto de las necesidades futuras de energía y de las alternativas de desarrollo.

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