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En tiempos de turbulencia: ¿Cómo acertar en nuestras decisiones empresariales?

Estamos en un entorno político, social y económico de alta complejidad, que puede afectar el desarrollo empresarial en aspectos como las inversiones, la contratación de personal, el emprendimiento y el manejo de la propiedad. Establecer medidas de choque es una prioridad. Un análisis de Gonzalo Gómez Betancourt.

31 de julio de 2019

La incertidumbre de los mercados es hoy un fenómeno mundial en el que el estilo de gobernar desde los extremos de los mandatarios más influyentes de la región, está correlacionado con esta realidad. Donald Trump en los Estados Unidos con sus polémicas medidas, Nicolás Maduro, quien ha llevado a Venezuela a la peor crisis de su historia, Jair Bolsonaro, presidente del Brasil, quien sorprende por sus posturas de extrema derecha; López Obrador, quien al ser el primer presidente de izquierda en México, intranquiliza a los inversionistas; Daniel Ortega de Nicaragua, al igual que Evo Morales de Bolivia han mostrado su intención de perpetuarse en el poder, generando toda clase de protestas, por solo nombrar algunos países del continente.   

Internamente, cerca de cumplirse el primer año de mandato del presidente Iván Duque, la sensación es de un gobernante que no termina por convencer, dejando un manto de dudas sobre si podrá cumplir sus promesas de campaña. Si vamos a las cifras reveladas por las entidades multilaterales, se estima que la economía latinoamericana en general tendrá un incipiente crecimiento; su pronóstico para Colombia en 2019 es de un crecimiento medio, no superior al 3,3 %, cifra menor a las estimadas para otros países como México, Chile, Perú y Bolivia, que se ubican entre un 5 % y 4 %., esta previsión deja al país en un quinto lugar, por debajo de los países mencionados anteriormente.  De igual manera, la banca nacional apuesta porque el dólar va mantenerse sobre los $3.000, pero ha alcanzado cifras realmente mayores, así que la lógica de este análisis sigue basándose en la posible reactivación de los ingresos generados por el petróleo, lo cual no resulta alentador porque el mensaje que se continúa enviando es que las expectativas de crecimiento de la economía continúan cifradas en que suba el precio de los hidrocarburos y no en el de desarrollar otros sectores o productos de valor agregado que estimulen la economía.

Frente a las expectativas reales de crecimiento, puede frenarse la inversión debido a la actual reforma tributaria de Duque, que entre otras muchas medidas que aún no terminan por analizarse a fondo, terminó poniéndole impuesto del 1% para patrimonios por encima de cinco mil millones, con lo cual, la tendencia natural de los empresarios es a trasladar sus compañías a países que no tienen ese tipo de impuestos. Antes parecía casi imposible montar una compañía en Estados Unidos, sin embargo hoy, a pesar de muchas de las cuestionadas decisiones de Trump, en el ámbito económico optó por reducirle los impuestos a las empresas y logró que muchos capitales regresaran al país, con lo cual viene logrando mayor crecimiento económico.  

Si bien la actual reforma tributaria logró proteger en parte a las clases menos favorecidas, al no grabar con IVA más productos de la canasta familiar y adicionalmente incrementar al 6 % en el salario mínimo frente a un IPC del 3,8 %, no ha sido posible fortalecer el consumo. El gobierno insiste en que la reforma tributaria va a favorecer a las empresas de la economía naranja, sin embargo, en concreto es poco lo que se ha avanzado en el tema, empezando porque hablar del sector creativo es ambiguo, se hizo una legislación con una gran dificultad de encontrar cuáles caben allí y cuáles no. 

Así las cosas, si con esta reforma tributaria no se han beneficiado ni las grandes, ni las pequeñas compañías, el sostenimiento del presupuesto nacional continúa en manos de unos pocos, con el agravante de que la anunciada reducción de gastos del Estado para que trabaje de manera eficiente, tampoco parece ser contundente, con lo cual lo que se ve venir es que muchos de los proyectos del actual gobierno continuarán en el refrigerador. 

La buena noticia es que, si bien las predicciones de las instituciones de banca multilateral no parecen alentadoras, estudios de rentabilidad demuestran que el crecimiento de una empresa depende más de factores internos que externos, siempre y cuando las decisiones empresariales, no se tomen pensando más en lo que sucede afuera. Por ejemplo, se escucha con frecuencia a empresarios decir: “No invierto porque el país va mal”, “no saco este producto porque la gente está en plan de reducción de gastos etc.”. La toma de decisiones al interior de las compañías debe centrarse en sus metas de crecimiento interno, la estrategia y el seguimiento a su implementación, el entorno debe analizarse para medir mejor el riesgo, buscar nuevos mercados en los países que están mostrando mayor crecimiento. 

Una buena alternativa para las empresas es definir como política no depender del entorno de un solo país. Esta práctica la han seguido compañías nacionales, especialmente de ingeniera que montaron una compañía igual en Perú y que en pocos años han logrado facturar anualmente lo mismo que en Colombia, pagan impuestos en los dos países y les ha resultado un modelo rentable. No hay que esperar a que la situación mejore para internacionalizarse, es posible empezar a buscar opciones en países como Perú, Chile, México, Costa Rica, como posibles mercados donde son muy bien aceptados los productos y servicios colombianos. 

La toma de decisiones no está en el otro, no está en el entorno político, económico y social, países que salieron de sus fronteras por ser mercados pequeños, como es el caso de Suiza, hoy son modelo de crecimiento, con empresas en su mayoría multinacionales. Si bien los empresarios colombianos son muy distintos, de acuerdo a la región donde hayan establecido sus negocios, algunos son más dependientes del entorno que otros, muchos llegan a pensar que si el entorno es bueno, están bien, lo cierto es que no es así, todo depende de la capacidad de análisis que usted tenga como empresario, de su capacidad de hacer negocios, de adaptación a otros mercados. 

Puede que actualmente el país no tenga las condiciones más favorables para crear empresa, pero no por eso hay que desistir, es una decisión personal buscar asesoría alrededor de buscar el mejor esquema para hacerlo, hasta que se encuentra el camino adecuado. Mucha pasión, mucha resiliencia, capacidad de iniciativa, inversión, reinversión y estrategia de su equipo de trabajo para salir adelante.

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