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David Yanovich

Cenit, una apuesta necesaria

El nacimiento de esta compañía es una de las mejores noticias que el sector ha recibido.

4 de julio de 2012

Con el nombre de Cenit bautizaron hace unas semanas una nueva compañía en Colombia, la cual nace para llenar un vacío latente que existe hoy en el sector de hidrocarburos en el país. Este nuevo gigante corporativo colombiano –será la segunda compañía mas grande de Colombia, con $13 billones de activos y un Ebitda estimado de alrededor de US$1.200 millones al año– recibirá los activos de transporte, almacenamiento y logística hoy pertenecientes a Ecopetrol, así como su participación accionaria en otros sistemas de transporte como Ocensa, Oleoducto Bicentenario, Oleoducto de los Llanos y, eventualmente, la participación que tuviese Ecopetrol en el proyecto del Oleoducto al Pacífico, en estudio en este momento.

Como a todo recién nacido, a Cenit se le recibe con alegría y optimismo. Pero como todo padre responsable, es importante establecer desde el comienzo las cosas que hay que ir mirando en la medida en que el niño vaya creciendo.

Comenzamos por los aciertos. El más importante, a mi juicio, es haber nombrado a Camilo Marulanda en la presidencia de la nueva compañía. El Dr. Marulanda lleva años en Ecopetrol, conoce a la compañía por dentro, sabe donde están sus fortalezas y debilidades, ha vivido toda la transformación de Ecopetrol de compañía estatal al mega monstruo listado en bolsa que es hoy; Marulanda, adicionalmente, es respetado no solamente por sus colaboradores en Ecopetrol, sino por toda la industria. Con este nombramiento, Cenit nace sin duda bajo la vigilancia y guía de un excelente timonel. Ojalá lo nombren en propiedad, y pronto.

El segundo acierto es la creación misma de Cenit. El sector de hidrocarburos venía clamando por una entidad independiente de transporte y logística, que pudiese dar más transparencia al manejo de la infraestructura del sector, y que tuviese reglas claras de acceso y regulación. La creación de esta nueva entidad permite abordar mucho más ágilmente y de manera abierta el acceso de los productores de crudo a la infraestructura existente y futura del país, máxime teniendo en cuenta que la estructura de producción es hoy dramáticamente distinta a la de hace unos años. Mientras el desarrollo petrolero colombiano se dio a través de muy pocos productores y calidades de crudo, hoy el país cuenta con múltiples productores y múltiples calidades, por lo que la infraestructura de transporte y logística debe responder a las nuevas necesidades del sector.

Con una compañía independiente de transportes y logística, es mucho mas factible llegar a la tan anhelada cifra del millón de barriles de producción, la cual ha sido esquiva durante los últimos meses. Pero más importante aún, tener una infraestructura de transporte robusta y que atienda las necesidades del sector, permitirá revelar de manera mucho más certera las reservas de crudo con las que realmente cuenta Colombia. Como las reservas de crudo son un concepto económico, y no físico, es imposible contabilizarlas si no se cuenta con la infraestructura requerida para llevarlas al mercado. Y eso precisamente es lo que buscará, entre otras, la creación de Cenit.

Por supuesto, todo nacimiento viene con enormes retos y traerá grandes dificultades. Si tuviera que destacar los retos más importantes de la nueva Cenit, me concentraría en dos.

El primero es regulatorio. Colombia no ha vivido nunca con una compañía independiente de transporte y logística de crudos, y el Ministerio de Minas y Energía no tiene hoy, a mi juicio, las herramientas jurídicas para regular este tema. Es importante complementar la regulación existente para convertirla en una más robusta y ágil a la hora de establecer las reglas de acceso y las tarifas de la nueva Cenit. Y en particular la relación entre esta compañía y Ecopetrol, de la cual está conectada todavía como con un cordón umbilical.

El segundo gran reto será de gestión, y particularmente en lo relativo a las relaciones laborales y la operación de la infraestructura, vis a vis la independencia de Ecopetrol. Si Cenit va a funcionar, el gobierno corporativo de la compañía tiene que garantizar la correcta toma de decisiones, blindándose de influencias que mucho daño podrían hacer en la compañía. Esto se logra exponiendo a la empresa al mercado de capitales (ojalá vía la democratización de su propiedad) y con una junta directiva independiente y con fuerza, destetada de Ecopetrol. Es necesario dar suficiente amplitud de funciones a los trabajadores de la nueva entidad para llevar a cabo sus tareas sin tener que estar sometidos al yugo permanente de papá Ecopetrol. Cenit, en otras palabras, debe nacer sin cordón umbilical.

En fin, bienvenida al mundo Cenit. Esperamos todos que, como ocurre con los hijos, traigas el pan debajo del brazo.

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