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Fanny Kertzman

Alacranes y cheques sin fondos

Si por el lado del establecimiento liberal llueve, por los lados del uribismo, desafortunadamente, no escampa.

Revista Dinero
25 de agosto de 2013

El tema central de la 69 Asamblea de la Andi celebrada la semana pasada fue el ascenso de la clase media, que pasó de ser 16% de la población en 2002 a cerca de 30% hoy. Este hecho implica que aumentará el voto de opinión y que podríamos librarnos, por fin, de la politiquería y la corrupción en las elecciones de 2014.

Sin embargo los augurios no son buenos. Lo más aberrante es la resurrección de Ernesto Samper y la “renovación política” que representa Horacio Serpa como cabeza de lista del liberalismo. Después de que se ha probado con creces que la campaña presidencial, y posterior absolución por parte de la risible Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, fueron financiadas por el Cartel de Cali, Samper, con nadadito de perro, ha resucitado.

La Registraduría ha sido su coto político. Primero con su antigua secretaria jurídica, Alma Beatriz Rengifo. Ahora con Carlos Ariel Sánchez. Con Mónica de Greiff maneja la Cámara de Comercio de Bogotá. Pero no le basta. Quiere figurar.

Sorpresivamente, el que le dio oxígeno fue el presidente Juan Manuel Santos. El año pasado lo nombró presidente de la comisión “Alfonso Palacio Rudas”. Esto afortunadamente fue inofensivo, porque el propósito era organizar los actos de celebración del natalicio del Cofrade.

Pero hace tres semanas, ante el asombro de todo el país, Santos le aplicó resucitación cardiopulmonar, al nombrarlo en la comisión que iba a destrabar el paro de Catatumbo. Allá en Tibú fue padrino del bebé Camilo Ernesto Jaimes, nacido en medio de la gresca. Piedad Córdoba fue la madrina.

Pero al igual que el escorpión que picó al sapo que le ayudó a cruzar el río, Samper declaró: “Si me hacen el honor… voy a estar acá… para que se firme lo de las Zonas de Reserva Campesina”. A lo que contestó Piedad: “...el bebé es la semilla de la Zona de Reserva Campesina”.

¿Y no era que Santos, respaldado por todo el país, se oponía a la creación de semejante engendro? Ahora resulta que el vocero del Presidente tiene agenda propia. De hecho, en 2006 abogaba por el despeje de Florida y Pradera, al que todo el país se oponía. La creación de la ZRC del Catatumbo, así como lo fue la propuesta relativa a los dos municipios del Valle, significarían establecer una zona de despeje para tráfico de drogas y armas. Por eso es lo que aboga Ernesto Samper.

Pero si por el lado del establecimiento liberal llueve, por los lados del uribismo, desafortunadamente, no escampa. Aunque Óscar Iván Zuluaga es de lejos el mejor candidato, íntegro y serio, el del corazoncito del expresidente Uribe es Luis Alfredo Ramos, conservador, exgobernador de Antioquia, cuyo único mérito es mover 900.000 votos.

Poco han investigado la Procuraduría –que sí fue rápida en liquidar políticamente a una figura valiosa y renovadora como Alonso Salazar– y la Contraloría las innumerables irregularidades cometidas durante su gobernación. La lista es infinita. Cito unos pocos casos.

En Indeportes, instituto adscrito a la gobernación, se firmó un contrato por $24 millones con vigencia de un día: del 30 al 31 de diciembre de 2011. El primero de enero de 2012 tomaba posesión la nueva administración. Durante la gobernación de Ramos más de 80% de los contratos se hicieron por adjudicación directa, no por concurso o licitación. En el despacho del gobernador en 2011, 96% del gasto de funcionamiento se hizo sin respaldo contractual.

La Secretaría de Productividad publicó los resultados del programa Antójate de Colombia en una edición de 1.000 libros. Cada libro costó $122.500. Un convenio cuyo objetivo era “elaborar la prefactibilidad” de negocios y turismo en Carmen de Viboral costó $1.096 millones. El resultado del proyecto fue la entrega de cuatro libros.

No fueron solamente malos manejos, sino también desidia. A Mariana Pajón, Maria Luisa Calle y otros deportistas les dieron cheques por $10 millones y $20 millones que no tenían respaldo presupuestal ni compromiso de pago. En una palabra, cheques sin fondos. Les prometieron vivienda y no les cumplieron.

Corrupción, desgreño, mala administración, pésimo manejo de la Fábrica de Licores de Antioquia, sobrecostos en contratos, obras que se pagaron y nunca se hicieron. Esa fue la administración de Luis Alfredo Ramos, ahora ungido como candidato presidencial por Álvaro Uribe.

¿Será que estamos condenados a vivir otros cien años de soledad, esta vez no solo con cola de cerdo, sino con orejas de elefante?

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