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| Foto: Germán Enrique Núñez

COMERCIO EXTERIOR

Vigor renovado

El comercio entre Colombia y Ecuador crecerá entre 7% y 10% este año, a pesar del problema fronterizo que lo detuvo transitoriamente.

Germán Enrique Núñez
12 de marzo de 2008

 

 

El intercambio comercial entre Colombia y Ecuador registrará este año un crecimiento que oscila entre el 7% y el 10 %, a pesar las diferencias parcialmente zanjadas en la sesión del Grupo de Río, realizada en República Dominicana.

Según el presidente de la Cámara Colombo Ecuatoriana de Industria y Comercio, Emilio Velasco Burbano, para fortuna del intercambio comercial, el conflicto no duró más de una semana, un factor que impidió que el impacto fuera considerable.

En cifras, el crecimiento del intercambio comercial no será despreciable pues si se cumplen los estimativos de la Cámara crecerá de los US $1.400 millones a US $1.500 millones, lo anterior explicado en el mayor dinamismo de la economía ecuatoriana que está mostrando mejores cifras en crecimiento. De hecho se espera un crecimiento de la economía cercano al 4,3 %, superior al 2,7 % del 2007.

El mejor desempeño de la economía tendrá justificaciones en la celeridad con la que se solucionó el problema de la frontera, los altos precios del petróleo – material del que Ecuador es exportador - y la mayor dinámica en las exportaciones tradicionales como pescado y no tradicionales de Ecuador.

Destacó también que hay un gran movimiento de empresarios de los dos países para aumentar las inversiones en empresas de ambos lados. Por ejemplo, el turismo ecuatoriano es uno de los sectores que mayor empuje registra por la calidad de los destinos y los empresarios colombianos ven en esa actividad un buen negocio, en donde se requiere experiencia y capacidad de añadir valor al proceso.

“En buena hora la relación comercial entre Colombia y Ecuador trasciende ampliamente los gobiernos pues dicha reciprocidad está en la frontera, en la gente, en las familias y en la industria así como en el comercio. Por todo esto resulta inconcebible para las dos naciones romper relaciones, más cuando está de por medio una hermandad estrecha que ata los dos pueblos y que finalmente se ve reflejado en crecimiento y progreso”, afirmó el señor Velasco.

Los proyectos para la frontera
El representante de los empresarios ecuatorianos en Colombia precisó que se hace urgente reactivar una serie de proyectos productivos en zonas de frontera tanto de Ecuador como de Colombia para incentivar con agroindustria, pesca y ganadería a los campesinos e indígenas que muchas veces son presa fácil de los violentos por la falta de oportunidad.

Explicó que antes del incidente ya existían algunos planes de desarrollo fronterizo los cuales no prosperaron como se pensaba por la falta de financiamiento y compromiso de la banca y otros actores.

“Yo escuche al ministro de Industrias del Ecuador hablar sobre la importancia de destinar dinero para el desarrollo de las fronteras de los dos países, pero para eso se requiere de la voluntad de los gobiernos para que se cristalice la iniciativa, que de salir adelante, dejará reductos importantes en beneficio de las comunidades allí residentes”, anotó.

Velasco invocó la solidaridad de los sectores público y privado de Colombia y Ecuador para que le inyecten capital y atención a la frontera. Cuando un país genera riqueza, dijo, la ilegalidad se deja de lado y con ello viene la paz, las ganas de competir y vender en los grandes mercados.

 

Por eso la importancia de encontrar fórmulas que apunten a la rentabilidad desde estamentos legales para que los líos desparezcan.

El presidente de la cámara dijo que una política de inversión fronteriza se puede acompañar perfectamente de los acuerdos y las preferencias comerciales con otros países. Para eso pidió mirar no solo hacia Estados Unidos, socio estratégico de la región, sino a la Unión Europea, China, la India y el bloque asiático en general, potencias industriales que pueden consolidarse como grandes socios comerciales y coadyuvantes en el desarrollo de la economía fronteriza, hoy sumida en la incertidumbre y muy a la deriva.