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Una ambiciosa apuesta por la diversión a bordo hace Richard Branson en Virgin America.

Internacional

Una rumba de avión

El excéntrico magnate Richard Branson le apuesta a un nuevo negocio: los vuelos tipo night club. Finas bebidas, glamour y mucho diseño son parte del nuevo servicio.

17 de agosto de 2012

¿Quién dijo que el glamour es un tema puramente terrenal? El magnate británico Richard Branson está convencido de que tanto en tierra como en las alturas, sus empleados deben lucir chic. Por eso, desde el 8 de agosto pasado sus empleados de la aerolínea Virgin America estrenan uniformes diseñados por Banana Republic.

Se trata de una de las colecciones más sofisticadas para una compañía aérea, que combina diseños modernos y versátiles para facilitar el trabajo de los 2.000 colaboradores de la aerolínea. Los modelos han causado sensación entre los pasajeros de las 93 rutas que cubre dentro y fuera del territorio americano.

La colección incluye 13 piezas para las mujeres y 11 para los hombres, en los colores que identifican a la aerolínea: gris, rojo y negro.

Además de camisas, blusas, faldas y pantalones, la indumentaria consta de elegantes bufandas, gabardinas, gafas de sol, guantes, bolsos de mano y cinturones, entre otros. Incluso, para los viajeros que se antojaron con la colección, la aerolínea puso a la venta algunos accesorios como gafas y bolsos de mano.

Y no solo los uniformes han dado de qué hablar. Desde hace cinco años, cuando comenzó a operar Virgin America, sus directivos han buscado conquistar viajeros con detalles ‘de fina coquetería’ que traspasan los límites de las líneas convencionales.

A bordo ofrece un amplio menú de entretenimiento, juegos de luces LED, alimentos y bebidas a la carta y un diseño interior vanguardista; en tierra sus salas de espera hacen las delicias de los viajeros por sus cómodas instalaciones, servicios de comunicaciones y restaurantes gourmet.

Pero toda esta glamorosa estantería montada por Branson y su equipo directivo no ha conseguido un objetivo fundamental de cualquier accionista: hacer rentable la compañía.

Durante los últimos cinco años, desde el inicio de sus operaciones el 8 de agosto de 2007, Virgin America ha generado pérdidas, que solo en el primer trimestre de este año ascendían a US$49 millones y en el acumulado alcanzan los US$671,3 millones, según el San Francisco Chronicle.

Para 2012, cuando prevé llegar a 6,6 millones de pasajeros transportados –el año pasado movilizó 5 millones– la meta es generar, por primera vez, utilidades. Sin embargo, los altos costos del combustible, la crisis económica y la dura competencia podrían jugarle una mala pasada.

Mientras el excéntrico magnate se concentra en convertir a Virgin America en ejemplo de servicio al cliente, glamour y modernidad, sus socios comienzan a preocuparse por la demora en la tasa de retorno del capital.

Aunque todavía no es claro hasta cuándo la aerolínea mantendrá el actual ritmo de gastos, lo cierto es que la paciencia de los socios de Branson comienza a agotarse.