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| Foto: Archivo Semana

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TLC con EEUU promete empleo en Colombia pero con incertidumbre en el campo

El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre EE.UU. y Colombia entrará en vigor el 15 de mayo con la promesa de crear cientos de miles de empleos, pero bajo una gran incertidumbre en torno al futuro de los sectores agrícola, avícola y ganadero, algunos de los motores económicos.

11 de mayo de 2012

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, calculó en octubre de 2011, cuando su colega estadounidense, Barack Obama, dio el visto bueno al TLC, que por este acuerdo se crearían 300.000 nuevos puestos de trabajo, "de calidad y bien remunerados", cifra que el propio mandatario elevó a 380.000 recientemente.

Nadie resta importancia en Colombia al acuerdo comercial con el mercado más grande del mundo, con más de 310 millones de habitantes, un producto interno bruto superior a los 15 billones de dólares y un PIB per cápita de 46.800 dólares.

En 2011, el 38 % de las exportaciones de Colombia, cifradas en 21.700 millones de dólares, se dirigieron hacia EE.UU., mientras que las importaciones procedentes de ese país superaron los 13.600 millones de dólares.

Según cálculos oficiales, las exportaciones colombianas crecerán un 6 % con la entrada en vigor del TLC, ya que podrán ingresar a Estados Unidos sin aranceles unas 6.000 partidas de productos de la nación suramericana.

Además, aproximadamente el 80 % de las ventas estadounidenses a Colombia quedará libre de impuestos y eso beneficiará especialmente a sectores como el maderero, construcción, autopartes, fertilizantes o agroquímicos, y tecnología.

Pero no todos los rubros de la economía se beneficiarán del acuerdo. El sector arrocero, del que viven más de 500.000 familias colombianas, y el avícola, entre otros, temen consecuencias negativas.

Aún así, el presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Colombia (Analdex), Javier Díaz, expresó a Efe su optimismo: "no veo sectores netamente perdedores. Veo sectores beneficiados y unos sectores (relativos al agro) que tienen una sensibilidad porque van a tener competencia que no habían tenido".

Reconoció que para el arroz "se estableció un arancel del 80 % y una desgravación de 19 años", lo que significa una pérdida, aunque ésto no indica que los cultivadores "se vayan a ver arrasados".

Por su lado, el presidente de la Federación Nacional de Avicultores, Jorge Enrique Bedoya, advirtió de que el TLP puede disminuir significativamente el trabajo en este sector que genera unos 250.000 empleos.

Bedoya apuntó que, como en el caso del sector avícola, en el arrocero se impone "un arancel del 60 % y 18 años para desgravar".

Los ganadores están en "la industria liviana", según el presidente de Analdex, de la que dijo que "tradicionalmente ha tenido exportaciones a Estados Unidos y ahora espera consolidarse".

Díaz reafirmó sus argumentos al citar como ejemplo a Perú, país que "desde que entró en vigencia su TLC (con EE.UU.) las exportaciones han crecido un 25 %, se han creado 400 nuevos productos exportables y hay mil nuevas empresas exportando".

Ese optimismo contrasta con la percepción de la Confederación General del Trabajo (CGT), cuyo presidente, Julio Roberto Gómez, advirtió a Efe de que no tiene dudas de que varios renglones económicos se verán afectados.

"El sector agropecuario y el avícola se pueden ver resentidos por un intercambio comercial que no ha tomado las precauciones a los efectos de preparar al país para la competencia", anotó.

Gómez reconoció que un TLC puede resultar "beneficioso en la medida en que las economías que se aproximan guardan cierta similitud y unas relaciones de intercambio justo", pero en este caso "hay desventajas comparativas".

Explicó que "la infraestructura para enfrentar la competencia, en carreteras, puertos, aeropuertos, marina mercante, sistema ferroviario, genera situaciones de desventaja".

También, el presidente de la Sociedad de Agricultores Colombianos (SAC), Rafael Mejía, reconoció que la infraestructura "no es la adecuada para un TLC", pues están atrasadas inversiones en tecnología e innovación y en transporte, y la revaluación del peso colombiano sigue siendo una amenaza.

Por último, el senador opositor Jorge Robledo advirtió "del desastre agrario", pues se pone en peligro la producción de trigo, cebada, maíz, arroz y fríjol, mientras habrá "pérdidas grandísimas en carnes". EFE